¿Un teatro? Pero no estamos en cualquier sitio, estamos en el escenario. Una pequeña mesita redonda nos separa, adornada con la misma tela aterciopelada del telón del lugar. En ella dos delicadas copas de cristal llenas champán y dos platos de porcelana con detalles en dorado de pasta a la carbonara esperan a ser devorados. La tenue luz de dos pequeñas velas alumbran la mesa.
-¿Te gusta? -dice Harry, formando una gran sonrisa en sus labios.
-¿Que si me gusta?-vuelvo a recorrer el auditorio con mis ojos, fascinada- Joder, Hazza, es perfecto.
-Me alegro de que te agrade -coge las dos copas y me ofrece una- ¿Brindamos?
-¿Por una noche maravillosa?
-Por una noche maravillosa -sonreímos y chocamos nuestras copas entre sí.
El champán recorre mi garganta. Esta bebida es realmente asquerosa, pero aún así tiene algo que me gusta.
-He estado pensando y...-dice Harry indeciso.
-Y...
-Y me he dado cuenta de que aún no sabemos prácticamente nada el uno del otro.
Tiene razón. Ahora que me lo planteo, a pesar de haber salido con él muchas veces y ser su...mejor amiga, no sabemos nada de nuestras vidas.
-Bueno, pues...empieza tú -apoyo mis codos sobre la mesa y sujeto mi barbilla entre mis manos, dispuesta a escucharlo.
-¿Desde el principio?
-Desde el principio.
-Bien, pues...Mi nombre es Harry Edward Styles Cox, nací el 1 de febrero de 1994 y tengo veinte años. Mi padre abandonó a mi madre cuando se enteró de que estaba embarazada de mí, eso es algo que odio de él, sea quien sea. A mi madre le tengo mucho cariño, pero desde que se va a casar con el tío ese no hablo con ella apenas. Tengo una hermana mayor, Gemma, y la quiero con toda mi alma, aunque hace tiempo que no sé de ella. Desde pequeño me ha fascinado la música, y de hecho formé una banda con mis amigos en el instituto, pero me mudé y tuvimos que separarnos. Trabajé en una panadería, pero me despidieron porque siempre llegaba tarde. Ahora prefiero vivir el día a día y disfrutar las pequeñas cosas que me da la vida. Actualmente vivo con mi madre, pero apenas la veo por casa. Listo, tu turno.
-Interesante vida -realmente no sabía nada de él-. A ver, pues mi nombre es Zoe Marie Hamilton, nací el 25 de diciembre de 1995 y tengo 19 años. Mi padre falleció cuando yo tenía poco más de un año en un incendio, era bombero. Cuatro años más tarde adoptamos a Noah, amo a ese enano cabezón. Para mí mi madre es como mi mejor amiga. Mi pasión es también la música, y toda canción tiene un significado especial en mi vida. Y... aún no sé qué demonios hacer con mi vida.
-Interesante vida la tuya también -dice entre risas, a lo que yo me río también.
-Seguro que me dejo algo que contar, pero ya saldrá con el tiempo.
-Eso espero, pequeña -me sonríe de lado. Maldito Styles, eso no se hace.
(...)
NARRADOR OMNISCIENTE
La velada es cada vez mejor, Harry y Zoe llevaban hablando y riendo un largo rato, y la noche todavía es joven.
-¿Este lugar tiene camerinos? -pregunta Zoe señalando a sus espaldas.
-Claro que tiene -responde Harry asintiendo- ¿Te apetece ir a verlos?
-Ni se te podría haber ocurrido una idea mejor -se sonreían el uno al otro.
Harry y Zoe se levantan de sus asientos, dejando caer una de las velas que había en la mesa, pero ninguno de los dos se ha inmutado. El fuego empieza a apoderarse muy lentamente la tela aterciopelada de la mesa.
Los camerinos son exactamente como en las películas de Hollywood, aunque menos lujoso. La madera es el material principal de la habitación. En una de sus esquinas se encuentra un gran tocador, con un espejo rodeado de pequeñas bombillas que darían luz al actor o actriz. El resto del camerino está abarrotado de material de atrezzo y perchas con distinto vestuario.
-Oye, Harry -dice Zoe frunciendo el ceño-. ¿No huele a quemado?
