-¡Zayn! -grito buscándolo, hasta que voltea y me mira-. ¿Me harías un pequeño favor?
-Eh...claro, ¿qué necesitas? -dice extrañado.
-¿Te liarías conmigo accidentalmente para darle celos al mamonazo de Harry? -le suelto directamente.
-Pues...no hay problema, nena. Dime el plan -vaya...ha aceptado más rápido de lo que creía.
-A ver, ¿ves a Harry allí, hablando con Elisabeth? -asiente, mirándolos-. Bien, mira el gesto que hace con la boca. Se humedece el labio cada diez segundos, eso significa que tiene sed, así que dentro de poco vendrá a por algo de beber, entonces, cuando te diga, tropiezas con cualquier cosa y me besas contra la pared. ¿Entendido?
-Oye, ¿seguro que lo acabas de planear? Parece que llevas días pensándolo -dice mirándome asustado.
-No, es de ahora -digo entre risas-. Lo que pasa es que lo conozco bien, demasiado, diría yo. Aléjate un poco, para que parezca más natural -dejo escapar un largo suspiro.
-¿Nerviosa, nena? -me sonríe. Asiento y cierro los ojos-. Tranquila, saldrá bien.
Veo que Harry le da dos besos a Elisabeth y se acerca a la mesa de bebidas. Le hago una señal a Zayn y hace un ademán de tropezarse, cayendo sobre mis labios, y me besa dulce, lenta y suavemente. No siento nada especial, pero hay que admitir que el chico besa de maravilla. Se separa de mí y abro lentamente los ojos. Desvío la mirada y veo a Harry. Puedo notar cada músculo de su cuerpo tensarse, y sus nudillos se vuelven blancos al apretar el vaso que lleva en la mano. Deja caer el vaso al suelo, derramando el líquido que contenía dentro, y se da la vuelta con la intención de salir al jardín trasero, pero agarro su muñeca y lo detengo.
-¡Harry, espera! -grito y siento la vena de sus brazos marcarse.
-¡¿Por qué debería, Zoe?! -grita enfurecido.
-¡Porque necesito explicártelo!
-¡¿Explicarme el qué?! ¡¿Que eres una pequeña zorra que sólo trata de ilusionar a un chico para luego comerle la boca a otro?! ¡Porque eso ya me lo has demostrado bastante bien ahora mismo!
-¡¿Me acabas de llamar zorra?! -le pregunto señalándome a mí misma, con la boca abierta.
-¡Sí, porque es lo que eres! -no puedo evitar que una lágrima salga de mí y caiga por mis mejillas, y tras ellas cientos más.
-¡¿Pues sabes qué eres tu?! ¡Eres un maldito mujeriego que sólo me hace sentir bien un ratito para luego sonreírles a otras chicas, un mentiroso que sólo busca diversión, sólo buscas besos y caricias, estoy segura de que no sabes ni qué es el amor verdadero, pensé por un momento que podías haber sido alguien especial en mi vida, pero por lo que estoy viendo tenía una idea equivocada! -a pesar de nuestros gritos agonizantes, nadie nos oye por la fuerte música, sólo algunos que están demasiado cerca nuestra.
-¡¿Pero te estás oyendo?! ¡¿Quieres saber lo que pienso yo de ti?! ¡¿Que eres una niñata que está aprendiendo qué es salir de fiesta, que con sólo un par de copas te crees la reina del mundo, vas de víctima porque tu padre murió cuando eras pequeña, no sabes lo que es el verdadero sufrimiento, no tienes ni idea, intento darte lo mejor pero no sabes apreciarlo! ¡¿Y sabes qué?! ¡Que eso duele! -me ha tocado realmente donde más duele. Ha hablado de mi familia y eso no se lo puedo perdonar.
-¡¿Pero qué dices de desmadrarme?! ¡Es la primera vez que bebo en toda mi vida, y sólo he besado a dos chicos en mis diecinueve años de edad!
-¡Con Zayn tres!
-¡De eso nada, Zayn es el segundo chico que beso! ¡Y ni siquiera sentí nada cuando lo hice!
-¿Eso quiere decir que...?
-¡Sí, Harry! -lo interrumpo- ¡Tu fuiste mi primer beso! -me mira a los ojos sin dar cŕedito a lo que oye- ¡¿Por qué me haces esto?! -le pregunto a punto de derrumbarme.
-¡¡PORQUE TE AMO!! -la música para en ese instante y todos voltean a vernos. Los que aún se mantienen en pie cuchichean sobre nosotros, y los que ya apenas pueden abrir los ojos nos vuelven a ignorar. No dejo de mirarle a los ojos. Él también llora. No me había dado cuenta hasta ahora. No doy crédito a lo que acaba de ocurrir. La música vuelve a sonar, y ya todos han vuelto a lo que estaban haciendo.
-¿Me amas? -asiente, dejando caer más lágrimas por sus mejillas, que arden al igual que las mías.
En este momento no soy consciente de mis actos, y sin pensarlo dos veces me lanzo a sus labios, y lo beso, lo beso desesperadamente, nos separamos por necesidad de aire y volvemos a unir nuestras bocas. Me da un par de palmadas en mi muslo derecho, y subo las dos piernas, entrelazándolas en sus caderas, sin importarme qué vean debajo de mi vestido ceñido. Harry sube las escaleras como puede conmigo encima suya, llegamos a una habitación de invitados, cierra la puerta tras nosotros y me suelta. Se quita la camisa con desesperación. Sé a dónde quiere llegar, y me dejo llevar. Me voltea y me baja la cremallera del vestido, lo bajo por mi cuerpo y lo dejo caer al suelo, quedándome en ropa interior. Me saco las cuñas y le desabrocho el cinturón, le bajo los pantalones y me empuja a la cama, cayendo encima mía. Ambos estamos en ropa interior, y volvemos a besarnos apasionadamente, nuestras respiraciones se agitan por segundos. Me acerca más a él mientras me desabrocha el cierre del sujetador, dejándolo resbalar por mis brazos. No se para a mirarme, cosa que le agradezco. Recorre mi vientre con la lengua y dejo escapar un gemido. Comienza a besar mi cuello, y deja un rastro de pequeños besos hasta llegar a mi boca de nuevo. Muerdo su labio inferior y gruñe, vuelve a bajar a mi vientre y me baja las bragas, después le quito yo lo bóxers y continuamos con nuestra batalla de besos. Sin dejar mis labios, busca su pantalón, saca un preservativo del bolsillo, abre el pequeño envase y se lo coloca. Me mira fijamente y asiento. En un sólo movimiento me hace completamente suya.
-Déjame explicarte, Harry -le digo con la respiración entrecortada.
-Ahora no, pequeña. Ya habrá tiempo de hablarlo. Pero prométeme una cosa.
-¿El qué?
-Nunca más, ¿vale? Nunca más, pequeña -me susurra al oído.