Capítulo 2

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Bajamos del bote y entramos al colegio. Después de la charla de Albus, entramos al gran comedor haciendo dos filas.

Tom veía donde debería estar el techo, donde estaba el cielo estrellado.

—¿Sabes? es un hechizo —murmuré viéndolo.

Él solo encogió los hombros.

Albus puso el banco y encima el sombrero.
Este abrió su boca y empezó a cantar.

"Oh, podrás pensar que no soy bonito, Pero no juzgues por lo que ves.Me comeré a mí mismo si puedes encontrar un sombrero más inteligente que yo. Puedes tener bombines negros, sombreros altos y elegantes. Pero yo soy el Sombrero Seleccionador de HogwartsY puedo superar a todos. No hay nada escondido en tu cabeza que el Sombrero Seleccionador no pueda ver.Así que pruébame y te diré dónde debes estar.
Puedes pertenecer a Gryffindor, dónde habitan los valientes. Su osadía, temple y caballerosidad ponen aparte a los de Gryffindor.
Puedes pertenecer a Hufflepuff, dónde son justos y leales. Esos perseverantes Hufflepuff de verdad no temen el trabajo pesado.
O tal vez a la antigua sabiduría de Ravenclaw, si tienes una mente dispuesta, por qué los de inteligencia y erudición siempre encontrarán allí a sus semejantes.
O tal vez en Slytherin harás tus verdaderos amigos. Esa gente astuta utiliza cualquier medio para lograr sus fines. ¡Así que pruébame! ¡No tengas miedo! ¡Y no recibirás una bofetada! Estás en buenas manos (aunque yo no las tenga). Por que soy el Sombrero Pensante.

Al terminar de cantar todos aplaudieron.
Después de eso Albus se puso al lado del banco y extendió un gran pergamino dónde estaban los nombres de todos.

—Cuando los llame, pasan adelante y se sientan —explicó sonriendo.

Estaba muy nerviosa así que en un acto de reflejó, sujete con fuerza el brazo de Tom, este hizo una mueca, pero no me reclamó.

Albus empezó a llamar uno por uno, muchos Gryffindor y Ravenclaw.

—Riddle Tom —llamó.

Tom me vio y yo quité mi mano de su brazo.

—Suerte —susurré y él asintió sin tomarme mucha importancia.

Caminó hasta el banco y se sentó mientras me veía, el sombrero empezó a murmurar.

—¡Slytherin! —exclamó y Tom caminó a la que sería su mesa, sin antes quitarse el sombrero.

—Grindelwald Calíope —dijo Albus y me guiño un ojo.

Suspiré nerviosa y caminé hasta sentarme en el banco, mi tutor me colocó el sombrero y este empezó hablar en mi cabeza.

—Calíope, tan especial, tan inocente e ingeniosa a la vez, tienes un potencial del cual no tienes idea, harás cosas grandes.. estas dispuesta hacer todo por amor y eso será tu perdición... creo que me arrepentiré de eso más adelante... ¡Slytherin! —dijo por fin.

Sonreí ampliamente y después de quitarme el sombrero, que realmente no entendí nada de lo que dijo, me senté junto a Tom.

—Interesante, pensé que quedarías en Hufllepuff —respondió burlón.

—Pensé que no sabías sobre las casas —inquirí levantando una ceja.

—En realidad si sabía, Dumbledore me lo dijo antes de venir... pero eres una persona aburrida, así era fácil ignorarte  —contestó burlón.

Frunci el ceño mientras veía hacia otro lado de forma enojada.

El director empezó a dar la misma charla de siempre y después hizo aparecer la comida.

Comía en silencio escuchando atenta a las conversaciones de los demás, ignorando a Riddle.

Volteé la vista un momento y Tom me veía encarnando una ceja.

—¿Ya no hablarás conmigo? —preguntó burlón.

—No —dije indiferente mientras bajaba comida a mi regazo para darle a Fay.

Después de que la cena terminó, fuimos guiados por el prefecto a la sala común de Slytherin, era en las mazmorras y había que decir una contraseña para poder entrar. Cuando todos entramos nos explicaron que del lado derecho dormían las niñas y del izquierdo los niños, y que cada estudiante tenía una habitación particular, cortesía de Salazar Slytherin.

Después de que algunos se fueran a dormir, me senté en un sillón que quedaba al frente de la chimenea.

La sala era simplemente preciosa, era de un crema oscuro, tenía muchos candelabros negros guindando del techo negro, cada pared tenía espadas, trofeos de quidditch, cuadros, habían muchos escritorios con sillas, habían sillones de cuero negro.... muy elegante.

Sentí que alguien se sentó a lado, vi de reojo y era Riddle

—¿Qué tengo que hacer para que me vuelvas hablar? —preguntó soltando un bufido.

Sonreí internamente.

—Discúlpate —dije simple.

—¡Jamás! —dijo negándose rotundamente.

—Entonces dame un abrazo —propuse viéndolo.

—¿Cuál era la palabra que tenía que decir? —preguntó burlón.

—Muy chistoso —musité sarcástica.

Él sonrió burlón y me abrazó de lado.

Sonreí feliz y lo abracé, después de un momento nos separamos, veo que no es una persona muy paciente.

—Bien, nos vemos mañana Pía —dijo sonriendo de lado.

—¿Pía? —pregunté confundida.

-—Jugué con tu nombre. Calíope...  a.í.p... Pía —dijo restándole importancia.

—Buenas noches Tom —dije conmovida y besé su mejilla para correr a mi nueva habitación.

Esto serán los siete mejores años de mi vida.








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Calíope Grindelwald《Tom Riddle》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora