C U A R E N T A & C I N C O

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Simplemente no quería ni abrir los ojos, eso sería recordar todo y era lo que no quería. Todo me dolía, nunca esperé que las personas más importantes en mi vida me mintieran haciéndome vivir cosas falsas con personas falsas. Ocultándome quien de verdad era y de ellos no me lo esperaba.

Me dolía la cabeza de tanto llorar, ayer fue el día más mierda que tuve. River, trato de ayudarme pero no lo logró necesita algo más y él no era quien podría dármelo.

Me levanté sosteniéndome la cabeza, todo me daba vuelta. No me importó no encontrar mis zapatillas, camine descalza hasta la puerta para comprobar que no haya nadie. Entré a mi cuarto y lo primero que hice fue buscar en mi mesita de luz las pastillas para la resaca que me servirían para el dolor de cabeza, cuando encontré las pastillas aproveché y empecé a buscar lo que necesitaba ahora pero sólo encontré una cajita vacía de los MarlBoro.

Frustrada entré a la ducha y traté de relajarme en la tina con agua tibia. Cerraba los ojos e instantáneamente venían flashes de mi infancia, en todo faltaba él, en cada momento importante para mí falta él, la persona que yo lo veía como un papá, aunque esa palabra sea muy grande para él, yo lo veía así. Las lágrimas salían aunque yo no quería, suspire pero nada servía, me terminaba derrumbando de nuevo. Me mojé la cara tratando de tranquilizarme y poder salir, no podía esperar más, quería olvidarme de todo.

Me enrollé una toalla en mi cuerpo y salí para buscar la ropa. River estaba acostado en mi cama viendo su celular.

— Hola.

Me mira y sonríe, da unos golpecitos a su lado para que vaya con él, puedo ver su pantalla y lo que estaba mirando eran fotos nuestras.

— ¿Cómo estás?— se mueve hasta acostarse sobre mí y estar frente a frente. Me encojo de hombros para no decirle que estoy mal, y que irme se me dificulte un poco más de lo que ya es— no me gusta verte mal, ¿sabes?— niego mientras sonrío, él me mira a los ojos en todo momento— sábelo entonces— me da un pico— porque lo que más odio es verte así, mal, apagada, que esa sonrisa que tanto amo y que tanto me encanta no esté.

— Me encanta cuando te pones cursi— le doy un pico— pero es difícil para mí olvidarme de todo, de la noche a la mañana mucho más, necesito tiempo para asumir y acostumbrarme, aunque creo que eso es lo más fácil— suspiro.

— ¿Por qué decís eso?

— Con— me aclaro la garganta— con mi papa, supuesto papa— duele tanto decirle papa— no nos llevábamos como padre e hija no teníamos esa relación sagrada que todo el mundo tenía, con Pietro me llevó bien y me encanta estar con Cielo. Lo que más difícil va a ser es entender porque me mintieron porque todos lo sabían y me dejaban vivir esa vida con ese hombre, porque cuando Pietro me conoció no fue capaz de decírmelo en ese momento y esperar tanto, cuando ni siquiera me lo dijo él o mamá, lo escuché yo— me callo para poder aguantar el llanto. River se queda callado mirándome por un buen rato.

— En todo momento me vas a tener a mí para apoyarte y sostenerte, en ningún momento de nuestra relación te voy a soltar ni abandonar.

Lo beso transmitiéndole todo el cariño y amor que siento por él. Lo abrazo pegándolo a mí mientras él remarca el borde que la toalla justo sobre mis senos. No me importaba hacerlo ahora porque aparte de lo que necesito para olvidarme de mi catastrófica vida, también lo necesito a él.

Nos cambiamos los dos, bueno el se ponía la ropa que le había sacado y yo ropa nueva del armario, unos jeans rotos en la rodilla un buzo gris y unas zapatillas blancas. Agarré un poco de dinero y mi celular.

Inefable.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora