Inefable.

C U A R E N T A & N U E V E

Me estaba viendo atentamente el ojo derecho en el espejo, el delineado no me había quedado como quería. Lo único que tenía que hacer en este momento era concentrarme en hacerlo bien y quedar perfecta para esta noche.
Las dos semanas se habían pasado volando, River tenía razón, por suerte estaba él, el que me hizo reaccionar e ir en busca de mi vestido.
Nicole estuvo una semana y si estaba como yo, no tenía noción del tiempo que quedaba y al estar en su estado era muy difícil encontrar eso que ella llamaba 'perfecto para Bianca', si Bianca. Y era verdad, lo que iba a hacer lucir su vestido era su pancita y lo que todos rezábamos era que Bianca deje de crecer un ratito para que el vestido quede justo.
El nombre surgió de la mente pequeña de Luca, al decirlo a nosotras no entendimos el por qué pero su explicación fue tan buena que nos convenció.

Mamá estaba fingiendo que nada pasaba, trataba de entablar conversación conmigo pero siempre venía Stephen y eso se quedaba en el aire, sin continuación. Él, por otro lado, no me dirigió la palabra ni mirada, yo tampoco tenía la necesidad de recibir algo de su parte por lo que tanto problema no me hice. Pietro y yo habíamos hablado y concordamos en que la prueba quedará para más adelante y que no se interponga en estos tiempos, en los que yo estaría dejando una etapa muy liberal, la adolescencia.

Suspiré y alejé el delineador de mi rostro, por fin estaba como quería, amaba como el labial rojo hacía lucir mis labios y la sombra de brillo resaltaba con la luz. Estaba nerviosa, por primera vez en la vida, recién había caído que era lo que realmente pasaba y lo que pasaría en un futuro, todavía no quería terminar esta etapa de la vida, quería llorar y hacer un berrinche pero sería algo ridículo para mi edad.
Vi la hora y supe que ya era tiempo de bajar, agarré mi monedero y guardé el celular con la llave de mi coche, respiré antes de salir y me dirigí a la escalera.

River estaba ahí abajo, habíamos hecho un trato no hablar ni decir cómo estaríamos vestidos, yo no le dije mi color ni él trato de averiguarlo ya que yo quería verlo con el esmoquin tradicional y que tanto amaba en los hombres. Mi respiración se aceleró, y mi corazón empezó a correr, en mi entrepierna comenzó un cosquilleo al igual que en mi panza, en este momento dudaba en donde estaban las mariposas. A él todo le quedaba bien pero el esmoquin era algo tan inexplicable en él, tan inefable.
Su sonrisa resaltaba en él y me morí de ganas de comerle la boca. No presté atención a quien estaba abajo pero cuando llegué junto a River los vi a todos, menos Luca y Nicole. No quise prestarle mucha atención a los demás así que me acerqué a la boca de mi novio y lo besé, sus manos se dirigieron a mis caderas rozando con sus dedos mi espalda baja que estaba descubierta por el vestido. No quería separarme de él pero con el simple hecho de acordarme de los demás lo hacía incómodo.

— Dios mío Azul— sonríe mi abuela— ese vestido es fantástico es vos.

— Muy escotado– gruñe River.

— Está todo seguro para vos, no te preocupes— le susurro. El vestido era rojo y largo, tenía un tajo en la pierna izquierda y la espalda descubierta sosteniéndose de finas tiras, el escote era en V y llegaba hasta abajo de mis pechos. No era sutil, lo aceptaba pero a penas lo vi me enamoré de él y supe que era el indicado para mí.

— Estás muy hermosa.

La miro y la veo con los ojos iluminados por las lágrimas que contiene.

— Gracias.

— Coincido con tu madre.

Todo el living queda en silencio y yo sigo buscando 'algo' en mi bolso.

— River, por favor cuídala.

No lo puedo creer, de verdad no puedo. Es gracioso y a la vez tan bajo de su parte, dos semanas en donde me ignoro por completo y todo lo que tengo de vida que me trató para la mierda. No lo iba a soportar, menos de su parte.