T R E I N T A & S E I S

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Ya está todo el patio decorado, se esmeraron tanto que parece ser el baile de graduación. Todos ayudaban, no hubo nadie que no haya colgado una guirnalda o cortado papelitos de colores de las revistas que robaron en la recepción del campamento. Se compartió tanto que todos hablamos con todos, nos hicimos compañeros de decoración y tuvimos la oportunidad de conocernos más sin importar el apodo de nerd, los lindos, las tontas, la prima de..., el capitán o la capitana.

Oficialmente la pareja del curso es la de Luca y Nicole, a cada segundo se besaban o él acariciaba su vientre. Todos murieron de amor al verlos, las fotos no faltaron, obvio, hasta me dieron una idea, hacer un collages de fotos para su aniversario de novios, por lo que me enteré ya casi llegan al año juntos.

— ¿Y qué te vas a poner?

— No lo sé— afirmo el nudo de la toalla para que se aferre a mi cuerpo— ahora me iba a fijar.

— ¿Ahora?— la miro a través del espejo y veo que abre los ojos como platos— ¡En menos de dos horas es la fiesta mujer! ¿Cómo podés estar tranquila y segura que va a ver algo en tu valija que te guste y te quede bien para la fiesta?

— Todo me queda bien— le guiño un ojo y ella los rueda.

— Yo estuve días para ver algún vestido o conjunto que quede bien con mi panza.

— Tanta panza tampoco tenés— hago una mueca y miro la ropa en mi valija, ¿esté vestido negro? No, muy corto— te queda todo bien a vos, solo tenés que ver que te quede por la panza, además te hace más linda.

— ¿La panza o la ropa?

— La panza, obvio.

Mientras reímos de pavadas, busco algo en la valija. Me decido por unos jeans negros ajustados rotos en las rodillas con un top gris, como en la noche se pone frenco, arriba me pongo una campera de cuero negra. Maquillaje, solo lo básico. Mientras me ponía las botas de plataforma, no tan altas, la puerta de la cabaña se abre de golpe haciéndome sobresaltar al igual que a Nicole quien se estaba delineando el ojo.

— Lucas...— bufa entre dientes.

Él ni siquiera le contesta, solo le da una mirada fugaz para después entrar al baño cerrando la puerta con todas sus ganas. Entre nosotras nos miramos confundidas.

— Voy a buscar una toallita desmaquillante para limpiarme la cara— se para— voy y vuelvo para ver que le pasó a este.

Asiento y le sonrío, si que se manchó, hasta parece un mapache. La actitud de Luca me dejó desconcertada, es obvio que está enojado, lo conozco como si fuera mi hijo. Siempre que se enoja se encierra y por largos tiempos no sale, por eso en esos estados suyos no lo molesto ni hago el intento de hablarle pero ahora voy a hacer una excepción, el lugar que eligió para calmar sus aguas no es el mejor. Me estoy orinando y él está en el baño.

— Luca— toco la puerta y espero apoyada en ella alguna señal de él— Luca dale— suspiro— ¿te vino Luca?— trato de ser graciosa para que el salga para decirme que no y que nuestras discusiones como hermanos empiecen— Luca— apoyo la frente en la puerta— necesito entrar me estoy orinando— ya me estoy enojando y me importa nada que él si lo esté— ¡Luca....!

Antes de seguir gastanto su nombre, la puerta se abre haciendo que mi equilibrio se pierda al ser la puerta un pilar para el. Luca me agarra de los hombros y me ayuda a estabilizarme, me suelta cuando ya lo consigo y lo miro. Su cara esta sonrojada, su cabello despeinado y sus ojos colorados, está enojado.

— ¿Esta todo bien?

Me mira y no me contesta, trata de buscar algo en mí por qué en verdad no me quita los ojos. Bufa incoherencias y vuelve a frotarse su cara.

Inefable.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora