Inefable.

E P I L O G O

Dos meses después.

— ¿No te da miedo ser el primero?

— ¿Por qué?— quita la vista de su brazo para mirarme.

— Podría salir corriendo en este momento— sonrío.

— Se que no lo harías y si se te ocurre, te buscaría hasta el fin del mundo solo para tatuarte en tu cara mi nombre y luego irme— vuelve la vista a la máquina al ver que el tatuador se está preparando para comenzar.

— Quédate tranquilo— le agarro la mano libre— no duele y tampoco me voy a escapar— lo beso.

— Necesito que se queden quietos y que no muevas el brazo, lo que menos queremos que su primer tatuaje sea una mala experiencia— reprocha Raúl, colocándose los guantes.

— Ok, perdón.

Acerco la silla junto a River para sentarme, es su primer tatuaje y aunque él no quiera demostrar que un poco de miedo tiene, se le puede notar en su mirada al ver todo el lugar atento.
El ruido de la máquina hace que él se tense bajo mi agarre, hago que me mire para que deje de ver su brazo y le sonrío. Las agujas tocan su piel y la mueca de incomodidad se le planta en el rostro.
Sabía algo de su miedo sobre las agujas que él tenía pero al comentarle la idea que tenía no lo dudo ni un segundo y dijo que sí, era algo lindo de su parte y único ya que repitió miles de veces que iba a ser el primer y último tatuaje que se haría.
Después del que yo me había hecho, el causante de ese caos y de conocer a River, tenía ganas de hacerme otro y ver ese tatuaje en Pinterest me enamoró, al igual que River.

— Listo, tu turno.

— ¿Ya está?— pregunta River, Raúl le asiente.

— Salí— él se para y yo me siento mientras lo veo ir al espejo al ver el resultado, por este lo podía observar y notar su sonrisa.

Raúl me pone el papel para que se calque el diseño en mi piel y lo saca preguntándome con la mirada si estaba correcto en el lugar que yo quería, asiento y comienza a preparar de nuevo la máquina.
River miraba todo, los diseños que estaban pegados en la pared, los piercings en él mostrador, parecía un niño descubriendo un nuevo mundo pero al escuchar el ruido de la máquina se acerca junto a mí para sostenerme la mano.

— Cuando terminemos, te quiero mostrar un lugar.

— ¿Qué lugar?— le preguntó curiosa intentando olvidar que en este momento tenía tres juegos de agujas traspasando levemente mi piel.

— Sorpresa— sonríe y me muerdo los labios.

Estuve sentada por al menos quince minutos mientras River tratada de distraerme conversando, Raúl estaba concentrado y confiaba que lo estaba haciendo bien, fue el primero que me tatuó y amigo también, siempre que tuviera alguna idea se la traía a él para que juntos la pudiéramos formar al igual que el diseño, como hicimos esta vez.
Me encantaba lo que habíamos elegido, era lo que quería con él, lo que desde el baile de graduación le venía repitiendo, para siempre. Y este tatuaje representaba eso, nuestro para siempre y la forma que teníamos para decirnos te amo, las manos unidas era lo que queríamos, estar para siempre así, unidos.