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Primera parte

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Primera parte. Pixeles.

La academia "Pharrels."

Encargada de entrenar a los "pixeles", guerreros inmortales una vez inyectados el "polux", sustancia cuyo objetivo es detonar la habilidad especial que el gen dominante del hombre procese.





Gracias a un error de sistema, Frank Iero cayo en la habitacion a compartir de Gerard Way, hijo de Donald Way, uno de los hombres mas ricos de toda Einberg, ademas de ser el principal accionista de la academia.

Que hacia alguien tan pobre como el con alguien de tal alta sociedad como Gerard?

Sus padres apenas y pudieron pagarle la mitad de la colegiatura, de no ser gracias a su beca especializada.

Solo era un hijo de granjeros cosechadores de "polux" a las afueras de la ciudad.

Pero Gerard jamas lo hizo inferior a el por eso, de hecho, su gran amistad comenzo seis meses después de compartir por primera vez la habitación.

Resulta que los padres del pelinegro saldrían de Einberg por asuntos prioritarios con la empresa del señor Way, dejando así al menor vacacionar nada mas y nada menos que en la propia academia.

--- Si quieres puedes venir a mi casa... es chica, comparado con lo que estas acostumbrado pero mis padres te acogerán enseguida.--- dijo un Frank de tan solo quince años.

Un Gerard de dieciséis le vio algo sorprendido, puesto que en aquellos seis meses que llevaba compartiendo la habitación con ese pequeño castaño de ojos avellanas, este jamas le había dirigido mas de cinco palabras al día. Ahora le dijo veintiuno, las contó.

--- SI!--- Respondio sonriendo enseguida.

Frank respingo sonrojándose leve inconsciente desviando la mirada apenado.

La verdad era que le avergonzaba sentir ese extraño gusto hacia alguien de su mismo sexo, mas solo se calló y asintió avisando a sus padres enseguida de la visita inesperada.

Donald Way acepto enseguida, dandole a su hijo el permiso de ir con la familia Iero de vacaciones navideñas, llegando incluso a ofrecer una suma de dinero por la hospitalidad de su hijo en esta, siendo rechazada por el simpático Cheech y la tierna linda.





Frank recordaba aquello con nostalgia viendo ahora a aquel estúpido pelinegro con tan solo calzoncillos puestos, mal acostado en su cama. Su espalda descubierta y sus ronquidos que suplicaban ser acallados.

Negó.

Cuando fue que se enamoro de el?

A si...





Llegaron a casa de los Iero siendo recibidos por Linda quien no hizo diferencia ante el invitado inesperado regalándole un gran abraso de mamá oso.

Pixeles. -_Frerard_-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora