XLII

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Sus uñas se enterraban a la tierra, su cuerpo mantenía el calor e incluso absorbía más desde el fondo del manto.

Iba en aumento.

Gruñó cuando sintió como una flecha, seguro de oro, atravesaba su presión, siendo breve y apenas clavada en su hombro.

- Raymond Toro, ríndete, ahora!- Gritaron por un megáfono. El moreno ni siquiera alzó la mirada.

Cualquiera que no sea Mikey o sus amigos, no merecían su atención.

Por otro lado, Gerard estaba liso, viendo un buen ángulo para entrar en acción, y dándole la señal al rubio.

Corrieron entonces hacia donde todo tenía lugar, siendo Mikey quien se adelantara.

- Ahora!- Un campo de fuerza gravitacional logró expandirse al rededor de Ray, alejando a al menos la mitad de soldados, la otra siendo resistente con su propio elemento o resguardada por Tyler Boher.

- Gerard!!- Se quejó el maestro gravedad, viendo al pelinegro que se había quedado estático a algunos metros de Ray. Cubriendo sus espaldas, Frank y Mikey.- Captúrenlos!-

- Ahora Ray, de nuevo!- El moreno alzó su mirada insegura al rubio, pero este yacía ya protegido por otro campo gravitacional inverso.

Tyler abrió los ojos notando su plan, protegiendo lo más que pudo a los suyos, tarde cuando el moreno notó que podía arrasar con todo de nuevo.

Y así lo hizo.

Una gran explosión que pulverizó a muchos hombres en el camino y el mismo radio de trescientos metros.

Hubiera sido peor si sus energías no hubieran estado al borde.

Enseguida Gerard aumentó la presión gravitacional alejando con extremo a Tyler y quienes eran resguardados por su manto, dando la señal y siendo Mikey quien cargara al moreno junto con Frank.

- Vámonos, ya!- Todos asintieron y empezaron a correr hacia la salida.

El cielo estaba nublado y los rayos con truenos se hacían presentes.

Tyler gruñó ordenando la captura de los chicos, pero ellos ya habían corrido lejos.

La lluvia recia permitía a los elementos agua ir más rápido tras los invasores, y el mismo Gerard había elevado aquella extraña burbuja en la que estaban, huyendo de todo maleficio.

Las tormentas que se creaban le hacían difícil la huida, pero el mismo Frank y Mikey se encargaban de desviarlas.

Su verdosa mirada paró en la del traidor. Tyler le mataba con la mirada pero ahora estaba bien, no tenía miedo, no con Frank y sus amigos a su lado.

- Me las pagarás, Gerard!!- Gritó de último. El pelinegro alcanzó a escucharlo suspirando, desviando la mirada para ver la avellana fija a él.

Mikey trataba de socorrer a Ray y el solo se alejaba más y más de aquel sitio.





Fueron descendiendo, con la mirada de Frank aterrada ante el horror.

Estaban ahora a las afueras de Einberg, donde sus padres vivían.

La guerra les había llegado por igual, con los campos de polux totalmente destruidos, con la soledad latente.

Ni un alma en las luminosas calles que se caracterizaban de ese sitio, y la mayoría de los campos aún sacaban el humo de sus incendios.

Pixeles. -_Frerard_-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora