Pixeles. -_Frerard_-

Extra.

A petición de:
ale28353
@Transmission_Revenge

Pos haber si les gusta :v ya no puedo exprimirle más a esto xD

Ahora sí ya es lo final final final de los finales :)

Recogía las flores poniéndolas en una canasta, limpiándose el sudor de vez en cuando con la manga de la playera.

Ya tenían suficiente polux para ese mes, después de todo, la academia seguía funcionando.

Einberg se había puesto más atenta en sus vigilancias y tratados internacionales, así como en la elección de un pixel en su campo de trabajo.

No estaban de más los exámenes de prueba a sus emociones y nuevas construcciones para una posible catástrofe en un futuro.

Joshua lo estaba manejando muy bien, y siempre que podía, les mandaba sus saludos de alguna u otra forma. Después de todo eran compañeros y con Frank, muy buenos amigos.

Aún seguían teniéndole gran respeto pues, además de un gravedad más, él era el único que quedaba.

No sabían cuando volvería a mutar el elemento y para la próxima ya estaban preparados.

Tal vez fue la exclusividad que se les dio, la demasiada importancia.

Seguían siendo elementos que podían superarse de manera correcta de alguna u otra forma.

No debía dársele tanta importancia. Ahora lo sabían.

- Gerard.- Escuchó su nombre. Alzó la mirada viendo a Evan que le hacía una seña para que se acercara.

- Dime.

- El camión ya está aquí, necesitamos la ayuda para subir la carga.- Asintió siguiendo al castaño llegando cuando un ruido se efectuaba en el lugar.

Corrió junto con Evan para ver qué sucedía.

Una de las cargas había caído encima de un hombre, era muy pesada y al parecer estaba gravemente herido.

- ¡Cheech!- Llamó a su suegro. Este le vio algo asustado.

- Es Logan. Se le ha movido la palanca y la carga le cayó encima.- Asintió acercándose a ellos y alzando la mano para que en un movimiento rápido pudiera salvar al chico, colocando la carga en el camión.

Enseguida los demás tomaron el cuerpo de Logan para tratarle.

- G-gracias.- Susurró este. El pelinegro asintió sonriendo.

- ¡Papá!- Un grito le hizo alzar la mirada hacia la colina. De ahí un niño con sus botas de hule y su oberol, corría hacia él.

Le sonrió ampliamente abriendo los brazos para cargarle.

- Hola pequeño.

- Dice papi que ya está listo para marcharnos.- Le informa abrazándole del cuello. Cheech les observa con una sonrisa y asiente.

- Mejor que papi no espere, ¿verdad?

- ¡Abuelo!- El niño se nueve hasta que Gerard le suelta y va a los brazos del viejo hombre. Este le sonríe y así comienzan a platicar de varias cosas.

Mientras, Gerard ayuda a movilizar las cargas más rápido sin ayuda de la máquina.

Dejar de ser un pixel le cambió la vida. Y amaba esa nueva forma en la que era, pero no podía ocultar por siempre lo que había sido.

En ocasiones como esas o para protegerse de los que aún tenían maldad en su corazón en tiempos de paz.

El prestaba de sus buenas intenciones para defender a los suyos.

- Es hora.- Le informó a su suegro. Este asintió dejando ir al niño.

- Cuando regresemos, iré a visitar a la abuela.- Le dice él pequeño. Cheech sonríe asintiendo.

- Le diré. Es una promesa.- Y así se van hacia la colina, subiendo hasta el final donde Gerard carga al niño y juntos ven al llegar una belleza.

Frank mueve el agua como una danza, y empieza a distribuirla por todo su prado.

Cuando esta cae hasta la ultima gota, es cuando nota que le observan y sonríe.

- Así que ahí estabas, Huh.- Miles ríe saltando de los brazos de su padre para ir con Frank.

Tan solo tiene cinco años.

Un pequeño huérfano desde bebé a causa de la guerra.

Cuando le vieron en el orfanato, tan pequeño e indefenso, no dudaron en llevárselo.

Era cuestión de mandar una carta a Joshua, que enseguida autorizó su pedido.

El niño ya era suyo. Su pequeño hijo.

- ¿Ya nos vamos?- Gerard asintió y Frank le sonrió. Se acercó al castaño dándole un casto beso.- Ugh. No se besen en mi cara.

- Es mi amor hacia papi.- Le dice entre risas el pelinegro.

Entra a la casa cambiándose de ropa y así tomando la maleta. Aseguran la puerta y se dirigen hacia colina abajo, en la parada de autobuses, donde suben a uno que les lleva directo a la ciudad.

Miles ve el paisaje correr ante sus ojos mientras Gerard le observa con ternura cantando una canción de viaje, y Frank hace lo mismo con él.

Jamás en esos cinco años, pudo recordarle de nuevo.

Pero eso esta bien, por qué hicieron nuevos recuerdos.

Y Gerard hizo de cada uno de ellos demasiado especial.

Y el sentimiento en su pecho hizo más llevadero y fácil el asunto, por qué aunque no recodara nada, sabía y tenía muy en claro que amaba a ese hombre.

Al llegar a ese gran monumento de piedra, se le heló la sangre.

Por un momento quizo retractarse pero los brazos de su esposo le abrazaron por detrás dándole apoyo.

Cerró los ojos por un momento sintiéndose fuerte.

Asintió y suspiró abriéndolos de nuevo y avanzando hacia las dos grandes piedras frente suyo.

- Hola...- Sonrío. - Se que ha pasado mucho y seguro están molestos conmigo. Realmente lo siento... Intenté recodarles pedo no pude...- Entonces un par de lagrimas salieron de su pecho, hincandose enseguida y colocando las flores en casa lápida.- Pero se, mi corazón me lo dice, que ustedes significación mucho para mí. Y les agradezco haber estado en mi vida. Gracias.- Se queda un momento ahí, teniendo miles de palabras que decir y ni una sola que pueda salir con claridad.

Toca ambas lápidas sonriendo al leer sus nombres:- Seguro fueron los mejores amigos que jamás pude desear. Los quiero chicos.- Les dijo como despedida antes de ponerse de pie y caminar fuera del cementerio.

Un gran baldío de almas de la guerra, que le traía escalofríos.

Se sentía débil y pesado, y en esos momentos agradecía no recordar nada por que si cargaba con ese dolor en su estado, el recordarlo todo seguro lo hubiera matado.

Y al salir de ese lugar de tormentos, un pequeño de pelo café y ojos olivo jugaba con un pelinegro hincado a su altura.

Era la mejor escena que podía ser dichoso de ver en el mundo.

No lo cambiaría por nada.