XXII

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Se veían cómplices mientras arreglaban sus armas y las cargaban para hacer un chequeo rutinario.

Llevaban ahí al menos una semana y media y no había sucedido nada aún.

Así es, nada.

El pelinegro se mordió el labio cuando una sonrisa demasiado sexy a su gusto se formó en su mejor amigo que no tenía miedo de demostrar ante todos su coquetería.

Caminó hacia el seguro de sí, viendo como los otros chicos le miraban divertidos.

"Vienes conmigo?" Le dijo. Frank alzó una ceja dudoso.

"A donde?" Gerard sonrió ladeando el rostro.

"A buscar más municiones." El castaño rió asintiendo acompañándole, dejando que la risa de Mikey les coreara su salida de la tienda de campaña donde se arreglaban, entrando a otra exclusiva de armas.

Una vez dentro, y sin esperar, el pelinegro jaló al castaño contra un estante de metal, con este estrellándose brusco, jadeando cuando el mayor le tomó de los muslos cargándole para rodearle la cintura, apoderándose de sus labios con pasión, metiendo su lengua sin permiso, y tragándose la boca del menor.

Un gimoteo le encendió aún más de lo que ya estaba, con Frank enrollando sus manos a su cuello, pegándose para así frotarse con el.

"Aghh... Gee..." Ahora el pelinegro le besaba el cuello, mordiéndole el lóbulo de la oreja sin cuidado. "Espera... La noche... Hmm" cerrando los ojos cuando una de las manos del chico gravedad se posó en su erecto problema en su parte baja, acariciandole fogoso. "Hmhu así..." Ladeo la cabeza hacia atrás dejando que le siguiera llenaron de chupones visibles, volviendo a besarse después a punto de follar en una tienda de campaña de armas.

"Tórtolos!" Respingaron agitados y con los labios hinchados ante el llamado de Mikey, con Gerard gruñendo irritado y Frank sonriendo excitado.

"Qué quieres, Michael!?" Exclamó colérico.

"Tyler dice que ya debemos irnos. O sales o entro a buscarles..." Seguido de una risa burlona.

Frank coreo su risa con la suya, bajándose de Gerard y poniéndose de puntitas para darle un beso a su novio que ya sacaba humo por las orejas.

Gerard bufó resignado siguiendo al chico agua, saliendo del sitio, viendo a todos los demás mirarles cómplices.

"Se hace tarde." Habló el rubio incitando a que empezaran a caminar hacia el helicóptero.

El pelinegro fue el primero en hacer un pequeño berrinche disimulado y tomar el arma que Raymond le ofrecía.

"Gracias." Con Frank tomando la que Rob le daba, caminando todos juntos hacia el helicóptero.

Una vez dentro se colocaron los cinturones en silencio, continuando el no tan largo viaje hasta llegar al área a explorar.

Bajaron de prisa separándose enseguida y haciendo lo dicho.

Una vez visto que como ya costumbre, no había nada, se dispusieron a regresar al punto de encuentro.

"Así que sexo rudo en la estantería de armas?" Le susurró Mikey haciendo al castaño respingar y enrojecer sus mejillas.

Negó riendo y mirándole de reojo.

"Posiblemente..." Confesó. Mikey le apuntó.

"Ajá, eres la pasiva!" Frank rodó los ojos sin más que agregar volviendo a descargar su arma y esperando a los demás. "Acaso nunca quisieras ser tú el activo?" Frank carcajeó incómodo ante la conversación, suspirando para así mirar a Mikey, pues eran los únicos que habían llegado al sitio de encuentro.

Pixeles. -_Frerard_-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora