XXVIII

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Despierta como si hubiera tenido una pesadilla de la cual incluso sudó del miedo.

Aunque, cuando le ve, ahí parado al ras de su ventana, sabe que eso es incluso peor que la pesadilla.

- Qué haces aquí?- Le pregunta algo contrariado. Frank aún debe agarrar con fuerza el costado de la cama para no tambalearse y caer de nuevo acostado.
Gerard se relame los labios y le voltea a ver.

- Vine a verte.- Suelta casual, y Frank quiere estar enojado por eso, pero no puede.

Que va, no está enojado por ver a Gerard, y no cree que sea un estorbo, simplemente que ha pasado tanto...

- Cuánto tiempo estuve inconsciente?- Le pregunta. Gerard ladea el rostro pensando en eso y al final suspira para sentarse a su lado.

- Casi todo un día.- Abre sus avellanas algo sorprendido sentándose enseguida, procediendo a pararse, tambaleándose al final y cayendo de golpe, si no fuera por el pelinegro que le sostiene y le obliga a caer encima suyo. - Con cuidado... El médico dice que estas recuperándote a una medida estándar considerando que alguien normal hubiera muerto enseguida ante tal golpe.

- He recibido peores.

- Y no lo dudo.- Interrumpe sin más, zanjando la posible pelea con el castaño.- Pero este a sido uno muy letal, incluso para un pixel. Te ha quebrado varias costillas y dislocado el hombro. Te abrió el costado de la cabeza, y tuvimos suerte de que haya sido algo pequeño.- Frank se estremece a medida que las manos del mayor van avanzando por sus caderas, abrazándolo completo pero sin presionarlo. - Necesitaste mucho polux para sanar tus heridas.- El castaño suspiró mirando al techo de su camarote y negó.

- Y no había mucho, lo sé.- Le dice.

- Por qué?

- Hay cuatro tripulaciones alrededor de Einberg. Una en cada dirección. Por cada una hay más de doscientos hombres. Tienen que enviar cantidades pequeñas para cada uno en caso de daños internos, cada mes.-

- Qué!?, cada mes!?, pero... Dime que accidentes como estos no pasan siempre...- El avellana soltó una risita mirando hacia abajo, a donde las manos del pelinegro estaban, viendo lo finas y curveadas que eran, su forma no había cambiado, y seguro la textura tampoco.

Recordaba bien el tacto que le daban, y hubiera dado todo para volver a sentirlo los primeros dos años.

Ahora, un año después, cuando creyó haber mantenido a raya sus estúpidos sentimientos, se topa con esta gran pared cayéndole encima.

Y creyó haberle dado tregua, Huh.

Gran equivocación.

- Ataques como estos son muy comunes cada semana.- El agarre de Gerard se intensificó poniéndole más nervioso al punto de llevar sus manos a encima de las suyas y presionarlas leve.

- Te duele aún?- Preguntó preocupado. Le jodia estarlo realmente, pues aún no sabía que era lo que había orillado a Frank a alejarse de él de la nada... Y en ocasiones aún se sentía terriblemente enojado, pero en otras, como esa, solo quería atarle de pies y manos y encerrarle en alguna habitación para jamás dejarle salir.

Para mantenerlo suyo siempre.

- Nada que un tiempo de descanso no arregle.- Soltó sin más quitándose las manos de Gerard de su alrededor, levantándose enseguida y desviando la mirada ante la contraria, verde y brillante.

- Te he traído del mío.- Añadió llevando su mano a su bolsillo derecho, donde sacó una jeringa cargada de aquel precioso líquido azul levemente morado neón.

Pixeles. -_Frerard_-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora