XVIII

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Su rostro se enrojeció de cólera levantándose enseguida de la cama y empujando al pelinegro.

--- Como mierda te atreves a venir aquí!?--- Gerard trago saliva.

--- Admito que esperaba una mejor bienvenida de tu parte... Pero me conformo con los pastelitos de tu madre.--- Sonrió. Frank rodó los ojos haciendo una rabieta y sentándose frente a él.

--- Bien, esto es lo que harás. Dirás que solo has venido a saludar y que te tienes que ir por alguna cosa de la guerra o algo así.--- Enfatizó el castaño.

--- Pero si no tengo nada que hacer.--- Se encogió de hombros.

--- Pero yo no te quiero aquí!!--- Masculló el chico agua. --- Mira, Gerard... Quiero, no, necesito!, que te vayas de aquí.

--- Porque?---

--- No es obvio?, tú me dejaste!. No puedes venir aquí diciendo que quieres recuperarme cuando fue tu maldita culpa todo!!--- El pelinegro apretó los dientes tomando aire y negando.

--- Frank... Lo lamento.

--- No me sirven tus disculpas.

--- Pero es que quiero que lo sepas!!, enserio lo lamento, Frank. No quise...--- Negó, poniéndose de pie y acercándose al castaño, poniéndo cada mano entre él y apoyando su frente a su pecho. --- No quería...--- Frank tembló negando y tratando de alejarlo, habiéndolo tomando de los hombros para ello y fallando en el intento cuando el chico gravedad tomó sus muñecas y le obligó a recostarse en la cama, encima suyo, viéndole divertido y con ternura.

Frank tornándose rojo de cólera era algo de admirar.

Y el beso que le robó después, apurado y torpe, ganándose una mordida en el labio, era algo de burlar.

--- Cabrón!---

--- De acuerdo, me lo merecía.--- Rió el mayor.

--- Chicos?, vengan a desayunar!--- La voz de Linda se oyó cerca provocando que el castaño empujara al pelinegro enfurruñandose más y haciendo un puchero molesto.

--- Te vas!--- Le señaló. Gerard, quien seguía sonriendo negó despreocupado y se pudo de pie abriendo la puerta de la habitación del menor.

--- Me quedo.--- Y sin más salió, dejando a Frank haciendo bilis, saliéndole humo por do quier.


--- Y como estas!?--- Preguntó Linda al chico gravedad, quien ya comía tranquilamente la fruta cortada en su plato, con Frank a su lado con la mirada baja.

--- Oh, muy bien. Por suerte, la guerra ha terminado. Ahora las clases se reanudarán y seguiré con mi entrenamiento.--- Respondió fluido.

--- Nos alegra mucho verte a salvo.--- Le dijo Cheech. --- Ahora que los tiempos malos han cesado, sería bueno que olviden aquello y sigan adelante.

--- Los tiempos malos nunca cesarán, solo están en pausa. Pero hay que vivir en esos lapsos de tiempo.

--- Oh, claro, claro.--- Linda le tomó de la mano acariciandolo. --- Debió ser difícil para ti.---

--- Lo fue.--- suspiro.

--- Bueno, basta de cosas tristes!!, mejor cuéntanos!, alguna chica que hayas dejado atrás por la guerra?--- Exclamó Cheech con diversión.

Frank alzó la mirada tragando duro y mirando de reojo al pelinegro, quien sonrió ladeando el rostro.

--- Una muy linda.--- Confesó. El castaño abrió los ojos haciendo una mueca y bajando la mirada de nuevo para seguir comiendo.

Pixeles. -_Frerard_-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora