XXXVIII

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Pixeles

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Pixeles. Cuarta parte. Fortaleza.

Las cadenas enroscadas en sus muñecas les escocían más que las que estaban en sus tobillos.

Logró abrir los ojos divisando un escalofriante escenario donde él era como la atracción principal.

Era extraño. Era como estar en medio de algún podio y alrededor hubieran extrañas murallas. Aún así seguía viendo el cielo, pero a lo lejos se escuchaba las bombas explotar. El viento agresivo y la tierra removerse. El calor del fuego y las olas del mar oyéndose agresivas.

Estaban en guerra.

- Despertaste al fin.- Su voz le desvío de sus pensamientos captando toda su atención. Apretó los labios viendo a Tyler caminar hacia él.

- Qué es esto?- Masculló.

- Bienvenido a Einberg. Hogar dulce hogar, no crees?- Su rostro se deformó sin creerlo.- Al final logramos someter a ese estúpido presidente. Sus pixeles no son mucha competencia para los nuestros. Nada mal para unos simples traidores, Huh?...

- Qué hiciste!?, por qué!?

- Shh, tranquilo. Tranquilo Gerard. Yo solo quiero que dejen de tratarnos como simples esclavos. Un pixel gravedad tiene todo en la vida o eso te hacen creer mientras los superiores te hacen trabajar hasta el cansancio defendiendo sus culos y siendo como su guarda espaldas personal. Ja. Estoy harto de ello. Harto de que este país sea tan débil que necesite a los gravedad para sobresalir. Y por ello he reunido a muchos pixeles de todo el mundo que están dispuestos a ganar esta guerra y hacernos de Einberg. Renaceremos y seguiremos siendo la mayor potencia de todas. Cueste lo que cueste. Así que, dime, Gerard. Ahora que sabes todo esto, tienes dos opciones. O morir o unirte a nosotros. Qué decides?-








Mikey estaba sobre el agua mientras creaba grandes barreras protectoras que impedían a las bombas llegar al barco.

Ray le ayudaba con las bombas que no lograba esquivar y pulverizaba estas antes de que les diera.

Frank estaba en el centro de mando moviendo el timón hacia algún lugar seguro.

Cuando se halló lo suficientemente lejos, mando a tirar el ancla y reunió a sus marines.

- Escuchen. Al parecer han invadido Einberg. Encargo al teniente Urie para que se quede en el barco y contacte a las tres bases de la Marina que faltan en responder. Al igual que todo aquel que pueda venir a ayudarnos. Los demás bajaremos de aquí y pelearán en la costa. Solo ahí pueden ser más fuertes que el enemigo. No se dejen vencer, recuerden que somos más fuertes en el agua así se no se arriesguen a salir de ella, entendido!?- Todos gritaron un "Si" al unísono. - Dejó a Stump a cargo en Costa.

Entonces Frank hizo señas y los marines empezaron a saltar hacia la costa, creando barreras para las bombas que les tiraban y atacando con el agua de manera sutil. Como serpientes de agua, o balas de agua. Incluso empezaron a fabricar pequeños tsunamis.

Frank bajó de último dejando a Urie a cargo quien enseguida se movilizó, y luego alcanzó a Mikey y Ray, yendo a la costa por otro camino más largo pero seguro, entrando por donde había un faro que no estaba custodiado en ese momento.

Llegaron a la costa, y entonces corrieron sin perder el tiempo hasta las afueras de lado sur.

Lo primero que vieron fue lo desolada que esta se hallaba, y varios cuerpos caídos de civiles y soldados.

Se detuvieron un momento observando aquello de manera demencial, respirando algo agitados.

- Esto... Es una guerra!. Están matando a todos!

- Ahora qué hacemos?, a donde ir?- Hablo Ray. Frank le miró algo contrariado con un nudo en la garganta.

Todo aquello era extraordinariamente mucho.

Incluso para él que ya había visto la muerte desde varios ángulos. Eso era, una locura.

Trago duro y siguió su camino, esta vez de manera lenta, apreciando todo su alrededor, siempre cauteloso.

Se dedicó a mirar por un momento a una niña de cómo unos ocho años que estaba abrazando un cuerpo adulto. Ambos tenían ya días muertos. Entonces eso le llevó a pensar que aquello llevaba tiempo así.

Y estaban tan ignorantes de todo.

Y tenían que haber secuestrado a Gerard para que se diera cuenta de la realidad. La cruda realidad.

Sus ojos se abrieron de inmediato entonces recordando a sus padres.

En esa parte de la costa no se podía sembrar polux, así que ellos estaban del otro lado de su ubicación actual.

Alguien le jaló entonces adentrandole hacía dentro de una casa en ruinas.

Mikey le hizo una seña de silencio mientras divisó a Ray escondido tras otra pared más adelante, viendo a cuatro hombres pasar, cuyo adorno llamativo era una pañoleta roja.

El moreno salió entonces haciendo una maroma extraña que le hacía emanar fuego de sus cuatro extremidades.

Ray entonces avanzó hacia ellos, eran elemento tierra. Luchaban con potencial, pero cada que intentaban golpearle, resultaban fatalmente heridos con el cuerpo de este que empezaba a emanar humo, como si se quemara entero.

Al final, acabó con ellos de manera fácil y se aseguró de quitarles la pañoleta a tres para ir a donde Mikey y Frank para dárselas.

- Podremos pasar desapercibidos.

- Aún no.- Dijo el rubio quien se puso de pie y fue hasta los muertos quitándoles más cosas.

A Ray le hizo amarrar su afro y ponerse unos lentes de sol negros. A Frank le dio una vaina para su cabeza y él se colocó unos lentes transparentes;- Ahora si lo haremos. Vámonos.

- Pero a dónde?- Preguntó el castaño.

- A presidencia. Ahí deben estar potenciados los nuestros protegiendo al presidente no?, ahí sabremos toda la información.- Asintieron ante la idea de Mikey y emprendieron la caminata, siguiendo su observación por ese mar de putrefacción.

Pixeles. -_Frerard_-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora