Lo he perdido todo.
No me importa qué pase conmigo, no me importa qué me dirán, tampoco me importa ser útil o inútil, y mucho menos avisarle a los detectives que mi novia regresó ¡como hombre!
No fui precavido. Tampoco fui transparente. Fui bruto, fui descortés, la inoperancia me ganó, yo mismo me subestimé, sabría que no podría lidiar con esto, es que ya no soy mi pasado. Pero mi pasado es mío.
He cerrado con llave la puerta de la habitación. Barbara se ha pasado unas veces intentando convencerme para hablar. Janis no ha vuelto, están buscando otro chef. Sólo le abro a Lucy cuando trae café, ella sabe cómo me siento, tiene compasión.
No tengo ganas de salir, tampoco quiero ducharme. Si estoy empezando a ser normal, tampoco quiero estudiar o trabajar, ¿Quién gastaría así su tiempo cuando puede pensar y pasar de cambios de humor? Lo digo algo flojo cuando sé que me alimento gratis y duermo cómodo, pero, llegamos al mismo encuentro, a nadie le gusta.
Estar lejos de Clara tanto tiempo, obstruye mi razón, me desorienta. Una niña tan pequeña, ¿quién diría que sería el sentido de mi vida, ahora que tengo una?
-¿Harry? —Me llamaron. Abrí los ojos, eran las seis de la tarde.
-¿Lucy?
-Sí—Hubo un silencio—Me preguntaba si querías café.
-Ouh—Dije y me coloqué unos jeans, olvidándome la playera claro. Abrí la puerta y allí estaba Lucy, diría que más baja que yo. Estoy alcanzando el metro ochenta y ella se quedó allí, por el sesenta. Miró mis ojos, no estaba nerviosa, digo, como cualquiera estaría.
Ella tenía la jarra con café llena—Es amargo.
-Me encantaría—Sonreí, ella también.
Volví a la habitación por una camisa, y bajé junto a ella. Nos sentamos en la mesa y me sirvió café, también me obsequió unas galletas.
-¿Estás bien, Harry? —Preguntó luego que vio señales de apetito en mí.
-Ahora si—Dije mirándola, ella apartó la vista.
-Puedes contar conmigo. Quiero decir, no lo tomes algo precipitado, sé que soy una simple mucama, pero puedes confiar en mí.
-¿De dónde conoces a Janis? —Su rostro empalideció.
-¿A... a quién? —Juraba que ella no tenía que ver en esto, pero me equivoqué. Tomé la taza de café, la lancé contra la pared. Mis músculos tomaron fuerza, pero me sostuve de la mesa... Lucy asustada con sus brazos cubriendo su rostro, me miraba.
-¡¿De dónde?! —Me detuve, respiré, y ahora mi voz prometía salir despacio y en tono bajo — ¿Conoces a Janis Grunt?
-Es su difunta novia—Dijo con timidez.
-¿Y de dónde conoces a Sam? —Ya no parecía tan asustada.
-Sam... era mi ex novio—Está mintiendo. Janis está en el cuerpo de Sam—Ya no lo somos. Hemos terminado antes de entrar a la casa. Me engañó.
-¿No se te ocurrió avisarnos de esto? —Sabía que eran mentiras, quería saber hasta dónde llegaba.
-Necesitaba este trabajo, en serio—Ahora la actuación de lágrimas, ¿cómo me comí todo esto antes? Nadie es tan bueno e inocente, nadie incluyéndote, Lucy.
-¿Hace cuánto tiempo estabas con él?
-Hace años. Cumpliríamos 44 meses—Dijo. Janis se ha ido hace un año, es imposible.
-Está bien, lo siento, Lucy—Dije. Ella limpió sus lágrimas y se fue a la cocina. Volvió para limpiar la taza hecha añicos y el café—Buenas galletas—Dije serio. Ella me miró con cuidado, sospecho que no volverá a acercarse.
Mientras tanto, me duché, me vestí, me arreglé. Una idea vino a mi cabeza y no puedo dejarla pasar.
Un taxi me dejó en el centro, específicamente en el registro de las personas.
Entré al lugar y esperé como cualquiera, a que me atiendan.
-Buenas noches señor, ¿qué necesita? —Dijo un muchacho de pelo corto, moreno, dientes blancos y ojos claros. Yo apenas puedo lucir bien con mi barba creciente, me siento un bochorno.
-Necesito buscar a Sam Vurns.
-¿Necesita localizarlo?
-No, necesito saber quiénes son sus padres.
-Vale, lo buscaré de inmediato. ¿Nueva Orléans únicamente?
-Nueva Orleans.
El chico hizo lo que sea que debía hacer, en su computador, hasta que habló.
-Señor, lamento decirle que no podré ofrecerle información de él. Es un caso de homicidios, no cerrado. Sólo la policía tiene acceso a aquello.
-¿Nada de sus padres? —Dije. ¿Homicidio?
-Lamento no poder ayudarle. El siguiente por favor—Dijo corriendo su cabeza. Me alejé de la fila, un poco más desorientado, pero jamás dormido.
Siguiente parada, la estación de policías.
*~*~*~*~*~*
En la entrada de estación de policías, noté a un grupo de ancianos. Llevaban un colgante, traían allí un pase como visitantes. Me acerqué despacio a una señora. Simulé leer su folleto, ella lo notó y me dejó hacerlo, mientras mi inquieta mano derecha arrebata el broche de su colgante.
Una vez adherido a mi camisa, pasé sin problemas, y sin interrupción de la recepcionista.
Subí unas cuántas escaleras, y llegué al cuarto piso, Homicidios.
Cada marco en la pared, llamaba mi atención. Personas desaparecidas. Otras encontradas, que fueron asesinadas. Otras de asesinos prófugos... y jamás me sentí en peligro, lo mismo para Janis.
La sala de una oficial, será rápido esto, será sencillo.
Toqué la ventana de su puerta. "Adelante" dijo con una voz fuerte.
Ingresé. Era rubia, de ojos verdes, delgada y de estatura mediana. Sentada, vestía formal... ¿policía?
-Hola, soy Brian Kesler—Mentí—Trabajo para el periódico de Nueva Orléans. Estaba aquí por un caso, uno viejo—Dije.
-Detective Jung. Tome asiento—Lo hice—Un caso viejo, ¿cuál exactamente?
-Sam Vurns—Dije—El adolescente alto que...
-Fue asesinado. Sí. Mire Kesler, no puedo brindarle información de un caso abierto. Y no es viejo, ¡Hombre! ¿Qué no recuerda? Sólo ha pasado un año—Un año—¿Mira las noticias? Sería trágico, trabajando en un periódico.
Reí por cortesía, parecía de las detectives con la lengua suelta.
-¿No puedo tener acceso a más detalles? —Supliqué. Ella sentía atracción, puedo notarlo.
-Debo solicitar un permiso. Es un asunto delicado—Dijo.
-¿No puede hacerlo ahora? —Ella revoleó los ojos.
-Ya vengo, no se mueva—Dijo. Salió por la puerta. El tiempo corría, como mis manos buscando expedientes en el casillero de la esquina izquierda. V... V... Vurns. Abrí cautelosamente la carpeta.
Homicidio. Fallecido, Sam Vurns. Se lo encuentra en su hogar, planta baja, dos heridas con arma de fuego. Una bala en pecho, otra en la garganta, desangrándolo en segundos. Segunda víctima y sospechosa, su novia Lucy Haiyls, suicidio, primer piso, arma de fuego. Bala en el cráneo, no tiene salida.
Sus fotos.
La fecha.
Ha sucedido cuando Janis se fue.
¿Lucy ha fallecido? ¿Qué mierda estoy viviendo?
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REGRESSION - Harry Styles
Fanfiction"Te haré volver, en carne y hueso, a nuestro pasado, aunque esté hecho trizas, es el único espacio que compartimos" - Todos los derechos reservados. Prohibida su copia. Agradecimientos especiales a Editorial Luna por la portada.