REGRESSION - Harry Styles

XXVII

 Los días pasaban y yo estaba mejorando en salud. Niall se quedó a vivir en Australia. Le dije que podía quedarse aquí, ya que sería un gasto innecesario el tener un apartamento, aquí hay tres habitaciones.

Le di la noticia a mi hermano, para mi sorpresa, se puso muy feliz. Vendría a verme en una semana.

Barbara, y toda la familia Sullians, también estaban contentos. Planearon unas pequeñas vacaciones para verme. Olivia me regañó lo suficiente, sé que no dijo mucho porque no quiere herirme, no después de todo lo que pasó.

Y por fin apareció una persona en mi vida, que sabía que llegaría. Barbara conoció a alguien de quién se enamoró, y es Louis. Él no sabe que yo existo, me conocerá cuando vengan en vacaciones, y es lo que más quiero, volver a abrazarlo. Es tan raro saber todo lo que pasó y ser la única. Me recuerda a Harry, como él siempre conocía a todos y sabía todo, y actuó... y escondió sus sentimientos. Me pregunto cuántas veces intentó llegar a mí.

Trato de no pensar en él. Se ha borrado de mi vida, y caí en la cuenta de que estoy olvidando cosas que tuve con él, creí que jamás pasaría, incluso me asusta.

*

Narra Harry:

-¡Tengo que volver!

-Esta vez no puedes, esta vez sería muy peligroso.

-Zayn ya no está.

-No era él el problema, eres tú.

-Tengo un bebé en camino, debo verla, debo decirle que estaré con ella.

-Si vuelves, perderás todo, incluso Janis dejará de existir. ¿Quieres eso?

-¿Es una amenaza? ¿Eres capaz de eso?

-Tellus, mi misión es equilibrar al universo, no cuidarte.

-¿Por qué no puedo ser feliz?

-Porque no existe la felicidad, sólo la consciencia.

-Sólo algo más grande que tú podría darme órdenes.

-No doy órdenes, mantengo la energía. Y si hay sólo algo más grande que yo, es el Universo.

-No hay consciencia allí.

-Hay creación.

*

Narra Janis:

Barbara venía de la mano de Louis. Ella cruzó la mirada con Niall, luego la corrió.

-Qué bronceado, Niall—Dijo Phil.

Barbara me abrazó y me presentó a Louis. Aunque moría de ganas de abrazarlo, sólo lo saludé con un beso en la mejilla, y él sonrió.

Olivia, Marcus, Teban, Phil, todos me abrazaron, me sentí en casa otra vez.

Todos fueron a mi casa a almorzar. Luego, llevaron su equipaje al hotel donde se hospedaban, el más lujoso de Sydney.

Poco a poco, charlaba más con Louis y Barbara. Me estaban distrayendo de mi auténtica e insulsa vida, por el momento. Toqué mi vientre sintiendo tanta riqueza en mi alma, creo que esto fue lo que funcionó en mi vida. Barbara también se acercaba y tocaba mi vientre, acariciaba y se emocionaba, ella no podía creerlo. Estaba un poco molesta porque Harry no aparecía, pero dijo "Niall será un buen padre" y yo me callé, no sé por qué lo dijo, sé que Niall me juró que me protegería y acompañaría, que sería como un tío para el bebé, pero Barbara lo vio como padre, y entonces me hice la idea de que podríamos ser una familia.

A los cinco días de estar con todos ellos, me animé a ir a la playa. Mi cuerpo no era el problema, no me molestaba ya tener un notorio crecimiento en mi abdomen, y en muy poco tiempo; mi preocupación era que mi piel estaba blanca como una hoja, y siempre fui más tostada, por lo cual quise recuperar esa Janis.

Una vez allí, todos aparecieron con un licuado de uva, por lo que yo fui por uno también. Me dirigí a la cabaña de jugos y dije: "Un jugo de uva, por favor"

-¿Janis?

-Cher—La miré.

-Janis... —Dijo otra vez.

-No puede ser que me reconozcas.

-No he olvidado lo que te hice.

-Te he perdonado.

-Louis está con ella—Dijo cambiando el tema y mirándolos.

Bajé a cabeza y volvieron las ganas de llorar. Por más que intente llevar el presente de la mejor manera, el pasado ya escrito vuelve a enfrentarse. Louis, Cher, Harry, todos siempre me rodearán, incluso Zayn, y lo sé. ¿Cómo cuidaré de Clara?

Al rato, estaba más tranquila. Tuve sensaciones de ataques de pánico, pero nada que vaya más allá. Louis estaba sentado a mi lado mientras veía como Barbara se metía al mar, con Phil, Olivia y también Niall.

-¿Están hace mucho?—Dije.

-No, un mes—Dijo sonriendo.

-¿Estás enamorado?

-No, no lo estoy, pero me estoy permitiendo conocerla—Dijo y giró a ver detrás de mí.

-¿Puedo acompañarlos?—Era la voz de Cher. Asentí mirándola y ella se sentó a mi lado. Louis no dejaba de verla, y sé que esto ocasionaría lío. Siento tanta lástima por Barbara, ¿qué tiene que no se enamora ni Niall, ni Louis de ella?

-¿Cómo te llamas?—Preguntó Louis a Cher.

-Soy Cher, ¿y tú?

-Soy Louis—Le dijo sonriendo.

-Lindo nombre—Le dijo ella.

-Gracias—Dijo. Sé que él tenía ganas de hacerle un cumplido también, pero estaba yo, seguro creería que le iría con el cuento a Barb.

-Esta noche... haremos una cena, ¿quieres estar?—Le pregunté a Cher.

-¿Puedo?—Dijo

-¿Se conocen?—Preguntó Louis.

-Es mi mejor amiga—Dije rápido. Cher estaba con la boca abierta y mirándome con ilusión en sus ojos.

-¿Y Barb?

-A Cher la conozco de aquí, a Barb de allí.

-Se vale tener dos mejores amigas—Dijo Cher. Louis se sonrió, y sé que pensó. Siempre me dijo "Lo que más amo de Cher, es su dulce voz". Estoy casi segura de que él pensó que su voz es dulce, en este momento.

Nos fuimos a mi casa al rato. Cher fue a la suya, allí. Ni siquiera sé por qué Cher estaba viviendo aquí, debo preguntarle.

El sol caía, la luna brillaba cada vez más, las nueve de la noche. Cher llegó a casa luciendo más linda que en la playa, Louis, con su vaso en la mano y la palabra dirigida a Barbara, se paralizó. Miró a Cher, y pronto intentó disimular. Barbara no había notado nada, estaba mirando a Niall, y cuando llegué a mirarlo a él... él estaba mirándome. Sonreí y él me sonrió, miré a Barbara y ella estaba mirándome. Era la situación más triste que me tocó vivir hoy.

Dejé de prestar atención al resto, me encerré en el baño, luego de cenar. Comencé a llorar y a extrañar a Harry, con cada parte de mi espíritu. Necesitaba su presencia, su calor, necesitaba sus palabras, que me deje la piel de gallina, que me tranquilice, que me vuelva loca y me haga enojar, necesitaba tenerlo conmigo, y él no estaba.

Sentí un chirrido en el espejo, éste estaba empañado y había algo escrito en él: "No me he marchado". Llevé mis manos a la boca para minimizar mi sollozo, seguí llorando.

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