REGRESSION - Harry Styles

XXVI

Narra Janis:

Otra vez viene.

-¿Janis estás bien?—Niall del otro lado de la puerta. Llegó hace tres días y lo único que hace es cuidarme.

Empecé a vomitar.

-Son los vómitos, no sé cuándo se detendrá—Dije después de perderlo en el agua del inodoro.

-Te prepararé una sopa—Dijo.

Intenté reponerme en postura, me sentía bastante mal. Mi piel lucía fatal, y mi pelo perdía brillo. Y otra vez ganas de vomitar. De rodillas, esperando, ya me sé todo el ejercicio.

Al rato Niall y yo tomábamos sopa. Niall había puesto un canal de Reino Unido, era bastante divertido. Ahí van los intentos del rubio para que pueda reír.

El teléfono sonaba y fui a descolgarlo

-¿Si?

-Janis, soy yo, Barb.

-Hola Barb.

-¿Cómo estás amiga?

-Lo estoy llevando como puedo.

-Quisiera estar ahí contigo.

-Tienes lugar aquí, si deseas venir.

-Lo sé, es que estoy esperando tener noticias de Niall. Dijo que se iba de viaje con su familia y aún no ha llamado.

-Oh, veo. Espera un segundo—Dije y dejé el teléfono en la mesa. Caminé hasta el sofá y miré a Niall. Él me miró y no dijo nada.

-¿Por qué le mentiste a Barbara?

-¿Es ella en el teléfono?

-Contesta mi pregunta.

-Es que quizás se ponía celosa.

-Es peor que le mientas. Ahora iré, le diré que estás aquí, y seguirás tú la discusión con ella.

-Está bien.

Niall caminó atrás mío. Tomé el teléfono y escuché que ella seguía allí.

-Barbara.

-Janis, ¿qué pasó?

-Quiero decirte algo. Niall está aquí, vino a verme, y no te dijo porque creía que no lo tomarías bien. Me acabo de enterar.

-¿En serio?—Su tono cambio— ¿Puedo hablar con él?

-Sí—Le pasé el teléfono a Niall y me alejé de la sala.

Me recosté en el sofá y me quedé dormida viendo aquel programa.

*

Me desperté con un intenso mareo y revoltijos en el estómago. Corrí al baño para seguir vomitando, como hace dos días.

-Janis, ya me preocupa esto, no creo que sea como estés emocionalmente, ¿podemos ir al doctor?

-Está bien.

Me vestí y subí al coche de mi padre, tenía aún su olor. Eso me llevó a recordar el velatorio, el día siguiente al accidente. Todos sus amigos estaban allí dándome apoyo, y yo solo quería desaparecer. Mi hermano Daniel se mostró tan neutral como siempre, y se fugó al día siguiente, ni siquiera quiso hablarme. Sólo me dijo "Arreglaré el auto de mamá y me lo llevaré a Alemania" y lo mandé al carajo.

-¿Todo bien con Barbara?

-Pues... no.

-¿Está muy enojada?