Han pasado tres semanas desde la primera vez que volví a quedar con Abel, después de todo.
Todavía no nos hemos peleado, me trata como si fuera una princesa. Nos hemos ido viendo casi cada día. La verdad todo es tan perfecto, que parece mentira.
Hoy he vuelto ha quedar con Lara para ir al centro y allí ver a Dennys y Abel ya que de aquí dos días me iré de vacaciones y no lo veré hasta dentro de dos semanas.
Me meto en la ducha. Me visto, me pongo unos shorts de cintura alta azules con un top negro y las super star. Seguidamente me seco el pelo y me lo aliso. Por último me aplicó un poco de máscara de pestañas y me voy a buscar a Lara.***
En cuanto llegamos a la estación aún quedan 5 minutos para que llegue el tren así que nos sentamos en un banco.
-Hola guapas, ¿para dónde vais?- preguntó un chico lleno de tatuajes y piercings. Lleva una gorra una camiseta de tirantes y unos pantalones cortos de chándal. En la mano tiene un porro que se está fumando y parece que ha venido de un grupo de chicos que está en el otro banco.
-No te importa.- contesto.
-Vaya la niña buena tiene carácter- dice riéndose.
-¿Quién ha dicho que tenga que ser buena?-pregunto molesta porque no me conoce y no sabe cómo soy.
-Tienes cara de ser inocente- sonríe.
-Pues no te fíes de las apariencias- Digo mientras entramos al tren, que acaba de llegar.***
Vemos a Dennys y Abel esperándonos como siempre. Los saludamos y nos dicen de ir a una fábrica abandonada donde nunca va nadie y podremos estar solos.
Una vez llegamos a la fábrica subimos tres pisos de escaleras y nos encontramos con varias habitaciones con puertas. Dennys y Lara se van para una habitacion del fondo, nosotros nos quedamos en otra habitación que está cerca de la escalera.
Nos sentamos en el suelo y empezamos a fumar mientras hablamos.
-¿Porque te has puesto tan lejos de mi? -pregunta Abel sonriendo mientras me coge de la cintura y me sienta encima de su regazo.- Ahora mejor.
Lo miro sonriendo y pegamos nuestros labios lentamente hasta que su lengua empieza ha hacerse camino hacía el interior de mi boca.
Sus manos viajan por mi cuerpo hasta quedarse entre la cintura y el culo. Me pega a él con fuerza para que no quede ni un milímetro de espacio entre nuestros cuerpos.
-Cada día me gustas más- susurra mientras sus labios rozan los míos.
-Te quiero- contesto y nos volvemos a pegar. Poco a poco va bajando los labios, se me eriza la piel mientras pasa su lengua por mi cuello y baja hasta mi escote. Se quita la camiseta excusándose de que hace mucha calor y yo hago lo mismo. Muerde la tira del sujetador y sube hasta besar mi cuello. Le levantó la cabeza y empiezo a besarlo, voy bajando por su cuello y acabo en su pecho. Volvemos a pegar nuestros labios y baja sus manos hasta la parte trasera de mi pantalón, lo levanta lentamente y sigilosamente mete sus manos, cogiendo fuertemente mi culo. Sus labios se mueven lentamente con los míos, nuestras lenguas juegan entre ellas.
Nos pasamos la mayoría de la tarde besándonos pero también, hablamos, nos picamos él uno al otro y reímos mucho.
-Te amo Aroa- dice entre beso y beso. No le contesto sigo teniendo la sensación de que esto es demasiado perfecto para ser real.
De repente escuchamos un ruido que viene por el pasillo y rápidamente me pongo la camiseta. Justo cuando he acabado de ponérmela Lara y Dennys abren la puerta diciendo que vamos a perder el tren si no corremos.
Corremos hacia la estación y llegamos justo a tiempo.***
Llegó a casa y me miro en el espejo. Odio el color de mi pelo. Me hace parecer inocente. Quiero tener el pelo oscuro, negro. Voy al comedor a buscar a mi madre.
-Quiero teñirme de moreno- le digo de golpe.
-¿Porque hija, no te gusta tu pelo?- pregunta.
-No, quiero tener el pelo oscuro, que la gente no me reconozca como zanahoria.
-Tu pelo tiene un color especial, que ha la mayoría de gente le gustaría tener.- responde mi madre.
-¿Vas a prohibir que me lo tiña?- le digo.
- Puedes decidir por ti misma, pero se lo tendrás que decir a tu padre cuando llegue.- dice.
- No me va a dejar, ¿¡y porque se lo tengo que decir!?, nunca está en casa porque siempre está fuera. Se pasa el dia trabajando y después se va con sus amigos. Si quiero que venga algún sitio conmigo no lo hace porque según él no tiene tiempo. Se podría decir que no tengo padre. Pero en cambio a la hora de castigarme siempre está allí.
Y tú hasta hace dos meses trabajabas siempre y solo estabas por las mañanas. Yo no he aprendido a ser independiente me habéis obligado a serlo.
-Haz lo que quieras.- dice mi madre agotada de la conversación.
-Vale, ¿y cuando me lo voy a poder teñir?- pregunto.
- Ahora te doy el dinero y pido hora para mañana.- asiento y me vuelvo a mi habitación.***
Voy a la peluquería que está a dos calles de mi casa. Entro y me siento en la silla que me dice la peluquera. Me hace particiones, empieza a tintarme las raíces y seguidamente las puntas. Me deja media hora con papel de plata por toda la cabeza para que el tinte coja color y después me lava el pelo. Me lo seca y me lo alisa.
Una vez ha acabado me miro en el espejo. «Me encanta, me queda perfecto» dice mi subconsciente. Ahora sí que no pareceré una niña buena.
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Wounds that change
Novela JuvenilTodo el mundo ha tenido un primer amor. Ese amor que te ilusiona y no te hace pensar en nada más. Ese amor que te hace perder la cabeza y acaba rompiéndote el corazón. Ese amor del que siempre se aprende. Aroa Lewis, una chica con carácter, fría, or...