El Faro de la Oscuridad

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Capítulo 24

...

El Faro de la Oscuridad

...

Lux sintió la brisa fría que se había colado por la ventana, y con pereza se envolvió más en las frazadas de la cama, pero pese a verse ya cómoda de nuevo, no pudo evitar empezar a despertar.

Reconoció la habitación en la que estaba, la cual había dormido un par de veces tiempo atrás, luego la isla y como llegó a ella, el recuerdo de lo que había hecho anoche le llegó junto con sentir su cuerpo desnudo y con eso se acurrucó más en la cama.

Sabía que estaba sola en la pequeña habitación, y los rayos de la luz de día le indicaban que ya no era tan temprano.

Encontró su camiseta en un costado de la cama, y desperezándose un poco la tomó para ponérsela, no tardó en dar con sus pantalones en el suelo e hizo lo mismo.

-No estamos en condiciones de hacer el viaje que piden...

La voz se escuchó del otro lado de la puerta, cercana a la cocina del apartamento.

-Las órdenes son que lleguemos allí antes...

Lux se acercó con sigilo a la puerta, creía reconocer las dos voces aunque no estaba segura.

-... buscare alguien que los lleve.

-Tú también debes ir...

-Yo tengo cosas que hacer...

-... más importante...

-Ya de por si es raro... y ahora nos...

De repente las voces se callaron y Lux no pudo escuchar nada más.

-Que molesto... Acompáñame afuera.

Fue lo último que escucho seguid de alguien cerrando de un portazo la puerta.

-Ya puedes salir de detrás de la puerta, Lux.

La rubia se irguió al instante de escuchar la voz de Katarina y, un poco avergonzada, abrió la puerta, dándose pasó a la cocina. En ella solo estaba el viejo sentado en la pequeña mesa y la pelirroja con los brazos cruzados apoyada en una pared.

-No estaba espiando- se excusó sin que nadie la acusara, lo que hizo sonreír al viejo- solo... acabo de despertar y escuche voces, no quise interrumpir.

-No importa- contestó Katarina suspirando, restándole importancia al asunto mientras se acercaba a la rubia- no era nada realmente.

-Oh...

Lux recordaba lo último que vio anoche, antes de caer ella Katarina se adelantó a dormirse, había pasado varios minutos viendo su rostro, relajado y con una sonrisa, de esas que a uno le queda luego de sentirse satisfecho y cansado. La sonrisa que ahora estaba recibiendo de la chica no era muy diferente de la que se había esforzado por guardar en su memoria anoche, tan honesta, tan difícil de disimular.

-Buenos días- saludó la asesina, sacandola de su anonadado.

-Mmm- exclamó asintiendo un poco- bueno días.

-¡No me digan que ahora se van a saludar cortésmente!- se quejó el viejo desde la mesa- Si yo tuviera que saludar amablemente a cada mujer con la que he estado ¡Seria ahora un finísimo caballero de sociedad alta! ¡Que locura! Solo por ponerla estaría dando muestras así, que diferente es todo ahora.

Katarina rodó los ojos, manteniendo su buen humor, no dejándose incomodar por los comentarios.

-Hay café en esa jarra- volvió a hablar la asesina- quedó un poco de pan y algunas masas, no es mucho, pero desayuna lo que quieras.

Oro y sangre ( Lux x Katarina )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora