Oro y sangre ( Lux x Katarina )

Una oportunidad

Capítulo 28

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Una oportunidad

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-Señorita ¿Esta bien?... ayúdame a levantarla, parece que se golpeó... no sé muy bien con qué.

Lux sintió que le tiraban del brazo y la ayudaban a pararse. Miró a su alrededor y la marcha se había detenido, los demacianos en la fila la miraban curiosos.

-¿Estas bien?- preguntó Quinn llegando a su lado.

-Oh...- murmuró asintiendo- estoy bien, no sé qué sucedió.

-Estas pálida- comentó la otra chica- Quizás te bajo la presión, hace unos momentos te veías sofocada también ¿Golpe de calor, agotamiento?

-Descansaremos aquí unos minutos- anuncio Garen que estaba observando la interacción a lo lejos.

Los hombres no tardaron en romper la fila y dispersarse en la cercanía, abasteciéndose a la orden de descanso.

-Quizás- concordó Lux sintiéndose atontada por no saber que la desestabilizo.

-Hemos estado trabajando muy duro, no te presiones- recomendó la tiradora y le paso un recipiente con agua a la rubia esta asentía.

Habían pasado tres días desde el encuentro con las criaturas en el rio, y desde que Lux desapareciera la noche siguiente a esa.

Como Quinn había esperado, la demaciana volvió al campamento sana y salva temprano esa mañana. Solo la vio intercambiar una mirada con su hermano, mas no dijo nada de donde había estado o lo que hizo, y nadie le cuestionó tampoco.

No volvió a alejarse de los demacianos desde ese momento y parecía genuinamente más concentrada en la misión.

"Como si hubiera concluido algo o resuelto por su cuenta lo que sea que estaba pasando" pensó la mayor analizando a la maga mientras bebía agua.

Lux, por su cuenta, sentía la mirada curiosa que estaba recibiendo, pero como venía haciendo en esos días, decidió ignorarla. El tiempo de dar explicaciones llegaría y no era este.

El mismo sentimiento tenia para con su hermano. Estaba claro para ella que le estaba fastidiando tanto misterio pero al mismo tiempo parecía entender que no era momento.

Miró hacia adelante y lo vio hablando con otro de los lideres, ambos hermanos se evitaban, pero como acababa de demostrar el mayor haciendo parar la marcha, estaba consiente de ella aun.

Se puso de pie, dispuesta a estirarse, cuando sintió que al hacerlo algo caía de su bolsillo.

Miró al suelo siguiendo el sonido y encontró el cristal de oscuridad, se inclinó tomándolo inmediatamente, como si al hacerlo pudiera solucionar que se había quebrado y ahora solo quedaban piezas de él.

Lo contemplaba ahora en su palma, los fragmentos de cristal sin ningún tipo de brillo y arruinado no hacían nada, como venía desde hace tiempo, opacos y sin nada especial.

Lux suspiró ante la perdida y cerró su puño. Su curiosa cabeza hizo que no tardara en parecerle extraño que el sonido que escucho no era de cristales rompiéndose, sino solo cayendo.

Miró al suelo y en el sector donde había levantado los trozos había pasto.

-Quizás...- murmuró abriendo el puño de nuevo y viendo los fragmentos- ¿Ya estaba roto desde antes?... ¿Desde cuándo?

Cerró el puño y escondió los trozos con velocidad al sentir que todos a su alrededor se ponían en alerta.

Miró hacia varios lados hasta que entendió que los soldados estaban en guardia hacia un sector del lado derecho. Alguien se aproximaba.