3 Kevin.

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   Hoy empezamos la semana de vuelta. Lunes de vuelta, pero solo queda un mes de clases y vienen las vacaciones de verano.
  
   Hoy amaneció nublado y las primeras horas de clases se ha escuchado el cielo tronar.

-Si se larga a llover te llevo a casa- dijo Ale mientras bajabamos por las escaleras. Teníamos hora libre, ya que un profesor faltó y no adelantaron la otra clase porque el profesor está en el salón del A.

-Bueno- le dije a Ale. Nos sentamos afuera de la biblioteca.

-¿Te volvió a hablar tu futuro novio?- me preguntó mientras jugaba con su pelo.

-Me preguntó ayer si venía hoy al colegio- le dije-. Me escribió a las doce de la noche cuando estaba haciendo tarea de química.

-La que yo no hice- dijo Ale poniendo una cara de perro pateado.

-Vamos al curso- le dije suspirando-. Te voy a ayudar. No quiero que me anulen la tarea culpa tuya.

-¡Te amo Fran!- dijo abrazándome.
  
   Nos levantamos y empezamos a caminar por el pasillo que nos llevaba a nuestro curso y apareció Kevin frente a nosotros, qué casualidad que apareciera ¿No?

-¡Hey Fran!- dijo Kevin sonriendo mientras se acercaba a nosotros. Nos estrechamos las manos y se quedó mirándome sonriente.

-Hola Kevin- le dije sonriendo tímidamente. Me sentía muy incómodo. Era la primera vez que me hablaba en persona, y en el colegio. Por eso se me hace extraño que empiece a hablarme y saludarme con confianza de un día para otro, aparte de eso, no sabía todavía si era gay.
  
   Ale tosió como si tuviera algo en la garganta y Kevin bajó a la tierra-Ah, hola Ale- dijo y la saludó con un beso en la mejilla.

-Te espero en el curso- dijo Ale mientras se iba.
  
   Ahora por dejarme solo no te voy a prestar la tarea.

-¿No tienes que estar en clases?- le pregunté. No sabía que decirle.

-Ay tú, niño genio- dijo adoptado una voz de viejita y alborotó mi cabello. Mucha confianza, como si fuéramos amigos.
  
   Me sonroje y acomodé mi cabello-Ya vuelve a clases- le dije riendo. Tenía que tratar de no sonrojarme.

-Acompáñame afuera- dijo haciendo un ademán hacia al otro lado del pasillo.

-Pero...

-Tengo que ir a la biblioteca- dijo-. Vamos.
  
   Empezamos a caminar hacía la biblioteca y quería que la tierra me tragara. Era muy incómodo, aparte de que soy de pocas palabras con las personas que apenas conozco.

-El profesor de química me reprobó- dijo un poco enfadado-. Me dijo que busque a alguien que me ayude.

-¿Y te sugirió alguien?- le pregunté mientras miraba cómo unas débiles gotas de agua caían a la tierra.

-A ti- dijo.
  
   ¡Ah! ¡Ahora lo entiendo todo! Se interesó en mí sólo para ayudarlo, bueno, más bien hacerle la tarea de química.

-Pero yo...

-Me dijo que eres el que tiene las notas más altas de todo el año- dijo-. Me recomendó algunas chicas pero te prefiero a ti, y no pienses que te hablé solo por eso. Y no quiero que me hagas la tarea, solo quiero que me ayudes a aprobar.
  
   Me sonroje de vuelta ¡Mierda! Ojalá que no lo note, pero por lo menos no me pide que le haga la tarea, como los demás.

-Bueno- le dije mientras frotaba mi nuca con una de mis manos. Sentía mi cara toda roja-. Te ayudo, pero esto es en serio.

-Si- dijo-. Yo quiero sacarme ese viejo de encima.
  
   Entramos a la biblioteca y pidió un libro de química. Salimos de la biblioteca y empezamos a volver a nuestros cursos.

I'm Your SecretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora