28 La vuelta II

69 7 0
                                    

Alejandra:

Iba al lado de la ventana en la camioneta de mis padres. El sol se estaba escondiendo y el cielo estaba de un naranja atardecer hermoso. Estábamos volviendo de mis vacaciones.

-¿Irás a la casa de Franco?- preguntó mi mamá. Solo faltaban kilómetros para llegar a casa.

-No sé- le dije y suspire-. Le voy a escribir pero estoy muy cansada para ir a su casa.

-Te podemos dejar en su casa ahora- dijo mi padre-. Después te voy a buscar.

-No- dije-. Estoy muy cansada. Quiero llegar a casa.

Llegamos a casa, bajé mi valija con mis cosas y me encerré en mi habitación. Me tiré a mi cama y abracé la almohada. La extrañaba tanto, extrañaba tanto mi cama más de lo que había pensado.

En mis vacaciones salí todos los días a la playa, salí tres veces de las fiestas que se hacían en la playa y estuve acompañada por Aaron, un chico que vivía ahí, cerca de la playa que lo conocí en una de esas fiestas.

Ese chico me hizo olvidar a Santiago en un instante, y en la cama te deja sin energías. Era algo totalmente distinto a Santiago. Ese chico solo estaba conmigo sólo por un tiempo pero a la vuelta, cuando nos estábamos volviendo me dio ganas de quedarme a su lado. Sentía que si era mi novio iba a ser mejor que Santiago.

A veces me sé quedar pensando en Santiago, que en esto salimos lastimados los dos, más yo que él. No sé por qué no lo podía dejar. Todos me decían que no y mi cabeza decía que lo dejara, pero mi corazón decía que no. Siempre tenía luchas internas dentro de mí por ese tema, y cuando lo hice me dolió mucho.

Todos me miraron como la mala menos Morgana, Bruno y Franco. Lucas y los demás me miraron como la mala de la película. Capas que lo fui cuando aún seguía con él por hacerlo sufrir.

Mi mamá me había preguntado por qué terminamos y le dije que estaba cansada de estar con él, que sentía que no lo amaba, pero después me di cuenta que mi cabeza estuvo todo el tiempo manejando mi relación y mi cerebro se había cansado de ver la cara de de Santiago, se había cansado de escucharlo pero mi corazón no. Todo el tiempo estuve haciendo caso a mi cabeza y salí lastimada.

Ahora no quiero nada serio con nadie hasta que las cosas se calmen.

Marqué el número de Franco y tardó un rato en contestarme.

-¡Ale!- dijo alegre desde el otro lado.

-Para tu información no estoy muerta- le dije. No me había llamado en todas mis vacaciones.

-¡Oh! Lo siento. Lo había olvidado- dijo-¿Cómo la estás pasando?

-Ya volví- le dije y me mordí los labios.

-¡¿Qué?!- gritó asustado desde el otro lado de la linea.

-¿Por qué tan asustado?- pregunté.

-Es que... ¿No ibas a volver en dos semanas?- preguntó. Se lo notaba muy nervioso.

-Franco- dije-, las dos semanas ya pasaron.

Lo noté raro desde navidad que me saludó muy simple. Siempre me había escrito para navidad mensajes demasiado largos y los leía a la mitad porque siepre eran largos. Yo era la cortante pero parece que los roles se han cambiado. Esta navidad me puso un simpre: "Gracias" "Feliz Navidad para ti también".

-Ah... Eh... No he tenido noción del tiempo- dijo-¿Y qué tal tus vacaciones?

-Ven a casa si quieres que te cuente- le dije-. Estoy muy cansada para ir a tu casa. Te espero.

Antes de que me contestara le corté. Franco se eataba portando de manera extraña. Creo que se ha quedado aún enojado con lo de Química, esa pelea que tuvimos después del examen de Química.

Franco:

¡No! ¿Por qué tuvo que volver Alejandra?

Hoy me iba a ver con Santiago y Bruno pero tengo que ir a la casa de Alejandra ya que no le pude decir que no.

Llamé a Santiago:

-¿Qué pasó?- preguntó-Ya vamos a tu casa.

-No vengan- le dije y suspire.

-¿Por qué? ¿Le pasó algoa alguien o a ti?- preguntó preocupado.

-Alejandra volvió- dije. No se oía nada desde el otro lado.

-Oh- dijo-¿Mañana puedes?

-Sí, mañana sí- dije-. Nos vemos mañana.

~*~

Estuve todo el camino a casa de Ale arrepintiéndome de decirle que no iba a poder ir, pero ya es tarde porque estoy frente a su casa. Toqué el timbre y apareció abriendo la puerta.

-¡Fran!- dijo y me abrazó. La abracé, aunque no quería.

Pasamos a su habitación y nos sentamos en su cama.

-Y cuéntame- dijo Ale-¿Qué ha pasado últimamente?

-No muco- le dije y me encogí de hombros-. Mis padres tuvieron una pelea, se arreglaron para navidad, después que te fuiste empecé a ser amigo de Santiago y Bruno.

-¿Qué?- dijo y me miró con el entrecejo fruncido-¿Son amigos?

-Sí- le dije. Estaba ocultando bien mis nervios, hasta ahora-¿Tiene algo de malo eso?

-Mucho- dijo y miró al frente-. Te convencerá para que me llenes la cabeza, para que vuelva con él.

-No- le dije. Tenía ganas de ahorcarla-, y estuvo muy mal lo que le hiciste.

-¿Dejarlo?- preguntó enojada.

-En eso hiciste bien- le dije-. Lo que hiciste mal fue llamarlo cuando estuviste de vacaciones.

-¿Y por qué?- preguntó como si fuera inocente.

-Él te dejó en paz, y tú lo hiciste sentir mal- le dije y fruncí el entrecejo-. Él no te llamó estando con otra chica.

Alejandra no dijo nada.

-¿Tengo razón o no?- le pregunté.

-Si- dijo pero cambió de tema-¿Te arreglaste con Kevin?

-Sí, pero... Ahora somos solo amigos- le dije y recordé lo que había pasado en el supermercado-. No vamos a volver.

-¡Oh!- exclamó-¿Por qué eres así? Tienes la oporrunidad de tener novio y lo desaprovechas.

-Alejandra...- le dije y tuve ganas de decirle. No tenía miedo pero...-, sabes cómo soy.

-Siempre estás con estúpidos una sola noche para tener sexo y punto. Ahora no entiendo por qué no tuviste sexo con Kevin y después lo dejaste.

-Porque no se lo merecía- le dije y suspiré-. Él vino con buenas intenciones.

-Y lo desperdiciaste- dijo y me dio un suave empujón.

Si supiera por qué lo dejé ir. Si solo lo supiera me dejaría en paz.

I'm Your SecretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora