Capítulo XVII

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—¿Ustedes están bromeando conmigo?

BaekHyun, quien estaba comiendo su cena, dejó los palillos a medio camino hacia su boca mientras veía a su hermano con incredulidad.

—Es exactamente eso. El bicho se vino con la planta australiana de mamá.

—Un bicho australiano —comentó ChanYeol con la comida en la boca y una sonrisa, viéndose muy infantil. BaekHyun le dio un manotazo por eso.

—Pues es exactamente eso.

Bufó por lo bajó y se acarició con suavidad la nuca mientras intentaba retomar con la actitud inicial de la cena.

Lamentaba no poder acostarse en su cama después de tanto tiempo.

—¿Cuándo volveremos a casa?

—Aún no nos han dicho. —Su madre le dio una sonrisa apenada—. Aunque debido a que es una fumigación, no sabremos si será pronto el que podamos volver.

—¿Fumigación? —ChanYeol se limpió la boca luego de hablar.

Él tan sólo rodó los ojos al verlo, sabiendo que el chico comenzaría con sus datos innecesarios. Algo así como una enciclopedia andante. Aunque sus estúpidos datos sí llegaron a servirle a BaekHyun en algún momento.

—Para una fumigación deben esperar cerca de cuatro horas.

Miró al chico, interesado con la información porque era menos tiempo del que realmente se esperaba.

—Sí, pues lo que sucede es que aún no se fumiga —agregó el señor Byun con una mueca.

BaekHyun suspiró en agonía y revolvió un poco los fideos que quedaban aún en su plato sin mucha motivación.

—¿Cuánto falta para que lo hagan?

—No lo sé. —Su padre se encogió de hombros—. Al parecer los fumigadores de por aquí no trabajan los fines de semana, así que tendremos que esperar hasta el lunes.

Agradeció que no quedara mucha comida en su plato porque definitivamente el hambre ya se le había ido por completo.

Recién era viernes por la noche y las ganas de estar cerca de ChanYeol realmente eran pocas, principalmente porque no sabía cómo comportarse con el tipo. Habían pasado muchas cosas y estaba confundido, se merecía un poco de tiempo a solas para aclarar su cabeza.

—Tengo sueño. ¿Puedo ir a acostarme ya?

Todos en la mesa lo miraron, probablemente por el tono desganado de su hablar y aquella mueca que sus labios habían formado sin querer, pero a pesar de ello nadie dijo nada.

—BaekHyun, cariño. —Su madre le sonrió con suavidad y él descubrió de inmediato que estaba nerviosa—. Quiero avisarte que no puedes entrar a la casa, ya sabes, por medios de sanidad.

—¿Y qué esperas que use? —preguntó con voz baja, no atreviéndose a alzar mucho la voz a pesar de que estaba molesto.

—Como sabíamos que habías llevado ropa para el viaje, no nos tomamos la molestia de sacar un poco para ti. —La mujer mostró su amplia sonrisa con aquella particular forma que él había heredado, como si estuviera disculpándose mediante gestos.

—ChanYeol puede prestarte ropa, cariño —agregó rápidamente la madre del chico en un intento de aliviar la tensión—. ¿Verdad, Channie?

—Da igual lo que diga, lo hará de todos modos. —Rodó los ojos al escuchar la respuesta del chico.

—Permiso —susurró por lo bajo.

Se levantó de la mesa para luego tomar los utensilios que utilizó. Se dirigió a la cocina y los dejó a un costado del lavaplatos, así mismo como le había enseñado su madre que debía hacer cada vez que iba a comer a la casa de los Park.

De contradicciones y primeras veces • || ChanBaek ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora