—Señorita Mariane es hora de levantarse, llegará tarde a la universidad —escuchaba que alguien me hablaba pero no lograba dar con la voz. Me costó hasta que la reconocí.
—Sí Gloria, me levanto en un momento —tras decir eso, escucho como la puerta de mi habitación se cierra.
Muy a regañadientes me levanto y voy directo al baño a darme una larga y relajante ducha para así poder despertar. Después de unos 20 minutos o quizás, salgo envolviendome en una toalla y saliendo del cuarto de baño para ir hacía el armario de mi habitación. El día estaba soleado por lo que decido ponerme unos shorts y una polera de tirantes blanca. Me seco mi largo cabello castaño y aplico un poco de maquillaje para no tener tanta cara de zombie.
Bajo a desayunar y me encuentro con mi padre bebiendo una taza de café mientras leía el periódico.
—Buenos días papá. —lo saludo con un beso en la mejilla.
—Buenos días cariño. Gloria te ha dejado el desayuno servido. —responde con una gran sonrisa en su cara. Era raro no verlo sonreír.
—¿Y mamá? ¿dónde se encuentra? —pregunto ya que no la he visto en la cocina.
—Salió a hacer unas compras. Vuelve en un rato más o eso creo. —contestó mi padre sin despegar su mirada del periódico—. Ya sabes que se vuelve loca en las tiendas.
Me río dandole la razón, mi madre tenía un serio problema con las compras. Termino de desayunar y me despedo. Tomo mi bolso del sillón y salgo para encontrarme con una Ashley sonriente fuera de casa, esperando apoyada en su auto mientras veía algo en su celular y sonreía como una idiota enamorada. Cosa que es imposible ya que no tiene novio.
Es mi mejor amiga, la conozco desde que me mude a esta ciudad. Es como la hermana que nunca tuve. Fuimos juntas al instituto y jamás nos separamos. Es de cabello largo y rubio, de ojos color azul muy intenso, en terminos simples parece una modelo de Victoria’s secret.
La saludé con un beso en la mejilla y nos subimos a su convertible de último modelo. Nos dirigimos hacia la universidad como rutina de toda la semana. Al llegar, como siempre, se estacionó en el mejor espacio de todos. Nos bajamos y nos dirigimos hacia nuestro salón ya que estudiábamos lo mismo, administración de empresas. En nuestro camino hacia el salón de clases siempre llamábamos mucho la atención debido a que como soy la hija de un gran empresario, Georg Montgomery, sería yo la siguiente heredera de la cadena de bancos de la cuidad de Los Ángeles. Y a Ashley por el hecho de parecer toda una súper modelo y también porque eramos inseparables.
Al entrar en la sala nos sentamos en nuestros puestos de siempre.
—Y cuéntame... ¿qué pasó entre tú y Aarón? —preguntó mi amiga ansiosa por saber si había ocurrido algo más en mi salida de ayer.
—Pues no mucho que digamos. Aparte de conversar sobre varias estupideces, me la pasé bastante bien. —le respondo con una gran sonrisa.
—Vamos Mari, algo tiene que tener el chico. Aparte, está bastante bueno. No creo que solo hayan conversado. —me responde con una sonrisa malévola.
—Sinceramente no es mi tipo, Ash. —ya no quería seguir hablando del tema. A pesar de pasarlo genial con Aarón no era del todo lo que yo buscaba en un chico. Era algo complicada en ese sentido.
Minutos después entra el maestro y empieza a escribir en el pizarrón. Después de unos largos cuarenta minutos tocan el timbre de cambio de hora, recojo todas mis cosas y espero a Ash para poder salir juntas hacía nuestra siguiente clase.
La mañana pasó de lo más tranquila. A la hora de almuerzo entramos a la cafetería y nos sentamos en nuestra mesa favorita que está justo al lado de un gran ventanal que daba hacía el patio.
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Secuestro por Venganza [Sin Editar]
RomanceDicen que las venganzas no son para nada buenas y mucho menos si secuentran a una persona para poner en acción dicha venganza. Mariane Montgomery es victima de este suceso tras despertar y desconocer todo a su alrededor. Nunca pensó que asistir a un...