Capitulo 22

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Desperté algo desorientada, sentía bastante movimiento en el lugar y como ya es de esperarse no sabía en dónde me encontraba. Trate de incorporarme pero algo me lo impedía, claro, seguía con las manos y los pies amarrados.

No podía enfocar perfectamente la vista ya que me llegaba bastante la luz directo a los ojos. Mis sentidos no estaban al cien por ciento pero podía escuchar algunos murmullos cerca, como si estuvieran a mi lado.

Cuando por fin pude ver perfectamente no me sorprendió que me volvieran a tener encerrada en algún lugar. Estaban guardián uno y guardián dos sentados en la puerta mirándome fijamente.

-Mira quién acaba de despertar. –dijo el más grande.

-Mariane Monstgomery, un gusto volver a ver tus hermosos ojos. –dice el más pequeño.

-¿En dónde me tienen? –digo en voz baja, realmente no tenía fuerzas para hablar.

-Inglaterra es un hermoso lugar, ¿no lo crees Ethan? –pregunta el grandulón cruzándose de brazos y sonriendo

-Amo Inglaterra, es el mejor lugar para tener a una chica encerrada. –dice Ethan sonriendo de oreja a oreja.

La puerta se abre y de ella aparece otra vez Frank y como siempre con un maldito cigarro en la boca. Al verme me sonríe y se acerca. Me tenían amarrada a una silla, las cuerdas estaban muy apretadas en mis muñecas y en mis tobillos que lograban hacerme bastante daño.

Recorre el lugar con la mirada mientras avanza hacia mí. No hago nada cuando llega ya que cualquier movimiento me haría daño y ya en sí estaba completamente débil.

-¿Cómo estas? –dice acercando una silla que estaba a un lado y sentándose.

-Esa es una pregunta bastante estúpida al saber en qué condiciones me tienes, Frank. –le escupo en la cara.

-Sí, tienes razón. –dice calando del cigarro y tirándome el humo a la cara–. Pero lo hice más por cortesía que para saber si de verdad estas bien.

-Maldito desgraciado. ¿Qué quieres de mí? –digo mirándolo directamente a la cara.

-En realidad de ti no quiero nada.

-Entonces, ¿por qué me tienes aquí? No creo que sea porque es divertido.

-En realidad es divertido ver cómo sufres. –dice con una sonrisa–. Pero al que en realidad quiero hacer daño es a tu padre, ¿y qué mejor que tener secuestrada a su pequeña y querida hija?

-¿Qué tiene que ver mi padre en esto?

-Pues simple, él tiene lo que yo debería a ver tenido desde un principio.

No comprendía lo que quería decir, es decir, ¿todo lo estaba haciendo para hacer sufrir a mi papá? ¿Cuál era la idea de secuestrarme a mí? Era su sobrina favorita y siempre lo demostró ante a todos que me quería como si fuera su propia hija.

-Frank no entiendo nada de lo que quieres decirme. –le digo removiéndome un poco y haciéndome daño en las muñecas por la presión.

-En un principio la empresa debería a ver quedado a mi cargo y no en manos de tu querido padre, Mariane. –comienza a relatarme pacientemente mientras se acomodaba en la silla–. Cuando murió tu abuelo, es decir mi padre, la empresa por herencia debería a ver quedado a mi cargo. Pero al parecer mi propio padre nunca confío en mí como el heredero para que la empresa siguiera en la cima como lo estaba en ese tiempo y decidió que Georg se encargara de todo dejando así la empresa a su cargo.

-¿Todo lo haces por la empresa? –le pregunto incrédula–. Mi abuelo tomo una buena decisión en no haberte dejado la empresa a tí.

-Eso debería quedar más que claro. Esa empresa debería a mi cargo y no en manos de Georg. ¡Yo era el mayor, yo debería a ver heredado la empresa!

Secuestro por Venganza [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora