Pov Mariane~
Un pequeño bullicio hace que mis cinco sentidos se despierten, pero aun así no logro tomar conciencia completamente. Siento todo mi cuerpo pesado, aparte de un dolor de cabeza horrible.
—¿Cuándo crees que despertará? —pregunta una voz bastante ronca.
—Deberíamos hacer ruido, quizás así sea más rápido… —responde otra persona.
—No sean idiotas y déjenla dormir. Despertará cuando el efecto deje de funcionar. —ahora habla una voz un poco más seria y algo más conocida.
—Pero llevamos prácticamente toda la tarde viendo como duerme. —reprocha una de las personas presentes.
—Cuídenla hasta que despierte. Debo hacer una llamada. —tras decir eso, escucho que cierran una puerta y nos sumergimos en un completo silencio.
Aún sigo teniendo el horrible dolor, pero me acabo de dar cuenta que estoy en una cama muy cómoda. Me remuevo sin darme cuenta y empiezo a abrir lentamente lo ojos. Cuando por fin los tengo algo abiertos, visualizo a dos personas mirándome. Uno lleva una olla en una mano y en la otra una cuchara de palo, mientras que el segundo llevaba… ¿Una guitarra? ¿Para que mierda querría una guitarra? ¿Acaso pretendía despertarme golpeándome con ella?
Me miran horrorizados y supongo que mi cara debe ser la misma que la de ellos. De un salto salgo de la cama y me voy a un rincón mientras recorro la habitación con la mirada.
—Te dije que deberíamos avernos quedado sentados esperando… —dice un chico alto de pelo negro, con cara de idiota pero de bonitos ojos color miel.
—Pero no hubiera tenido ninguna gracia. —responde el segundo algo más alto que el primero, pelo rubio y al igual que el anterior con cara de idiota pero de unos ojos realmente hermosos color azules.
Me quedo mirándolos mientras se ponían a discutir las mil y un maneras para despertarme. Aprovecho ese lapsus para empezar a gatear hacia la puerta, cuando estoy a solo unos metros, siento que ésta se abre y aparece un chico con pantalones negros desgatados y una polera roja. Lo único que hice fue tirarme hacia un lado para intentar esconderme de él.
—¿Qué creen que están haciendo? —les pregunta sin aún verme en el suelo, aunque su voz se me hace bastante familiar.
—¡CORRE GABRIEL! —grita el rubio mientras se pone a correr por toda la habitación.
—Idiota, como quieres que corramos si estamos en una habitación. —responde Gabriel pegándole en la nuca al rubio.
Intento no reírme por lo idiota que se ven. Ahora podrán darse cuenta que lo de cara de idiotas no era por exagerar. Veo que el chico está muy concentrado viéndo a los otros dos y sigo gateando sin ser percibida por ninguno de los tres. Cuando ya estoy en la puerta unos fuertes brazos me toman de la cintura y me alejan de allí.
—¿¡QUE CREES QUE HACES IDOTA!? Suéltame ¡AHORA! —empiezo a gritar como loca desquiciada e intentando soltarme de su agarre.
—Tú no irás a ninguna parte, princesa. —dejo de moverme ya que es en vano y me deposita otra vez en la cama.
—¿Cómo que no iré a ninguna parte? ¡Déjenme salir de aquí malditos depravados! —ya hecha una furia y mis ojos llenándose de lágrimas.
—Tenemos órdenes de tenerte aquí por un largo tiempo. —responde ¿Gabriel? Lo miro sorprendido e imágenes de la noche anterior se vienen a mi cabeza.
"Estábamos en la fiesta de Kevin, estaba con Ash tomando cerveza en la barra, después de un rato nos fuimos a bailar, Ash se me pierde de vista, decido ir de nuevo a la barra por más alcohol, choco con un chico guapo, hablamos, nos fuimos a bailar, me dan ganas de vomitar, él me saca al patio delantero cosa que encontré extraña y después todo se vuelve oscuro".
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Secuestro por Venganza [Sin Editar]
RomanceDicen que las venganzas no son para nada buenas y mucho menos si secuentran a una persona para poner en acción dicha venganza. Mariane Montgomery es victima de este suceso tras despertar y desconocer todo a su alrededor. Nunca pensó que asistir a un...