Capitulo 27

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Nunca había odiado viajar por el hecho de que jamás había subido a un avión. Pero definitivamente no era lo mío. Me vinieron nauseas, creía que todo giraba y más de una vez le dejé a Gabriel el brazo completamente adormecido por apretarle para controlar mis nervios.

Cómo había dicho Andrés salimos esa misma noche hacía el aeropuerto. Sólo llevábamos una maleta cada uno, el padre de Mariane nos había reservado una habitación en un hotel en Inglaterra y nos financiaría todo hasta que volviéramos.

Era muy gentil de su parte pero me hubiera gustado todo hacerlo por mi cuenta. Odiaba que otras personas pagaran mis cosas, sentía que estaba siendo algo aprovechador. Pero el señor Montgomery había insistido tanto y tenía a Juan y a Gabriel a su lado incentivando a que yo aceptara que no me quedó de otra.

Estábamos por aterrizar cuando hubo otra vez turbulencia. Gabriel no paraba de quejarse por cómo lo apretaba y Juan se reía a su lado. En cambio Andrés se mostró en todo momento indiferente al show que estábamos montando en el avión.

Una vez en tierra, salimos a recoger nuestro equipaje y dirigirnos al hotel. Andrés se iría a la central de policía para ver que tal el avance dejándonos a nosotros descansar en la habitación de hotel.

Se lo agradecí mil veces porque aún tenía el corazón que bombeaba a mil por hora por lo nervioso que iba una vez el avión había aterrizado sin problemas.

Les juro, nunca jamás volveré a subirme a un avión. A excepción cuando nos tengamos que ir, esa sería la última vez que lo haga.

Había decidido una vez en la habitación que me pondría a dormir. Estábamos los tres juntos en una suite bastante grande y Gabriel no paraba de inspeccionar todo a su alrededor al igual que Juan. Parecían dos niños pequeños yendo por primera vez a Disney, solo que en éste caso estábamos en una de las habitaciones más caras del hotel y todo era de lujo.

Si hubiera sido por nosotros, estaríamos en un hotel de con suerte una estrella en dónde habría una sola cama y hubiéramos tenido que túrnanos para dormir en ella mientras que los otros dos tendrían que hacerlo en el suelo.

Hasta ahora me alegraba haber aceptado que Georg nos pagara todo.

Se me hizo imposible dormir. Juan se puso a saltar en las camas como niño pequeño de tres años y Gabriel no dejaba de gritar que quería salir para conocer el lugar.

Estaba a punto de tirarlos a los dos por la ventana para que me dejaran de una jodida vez descansar aunque sea una media hora pero no lo hice por respeto al suelo por recibirlos a ellos.

Para que dejaran de molestar decidí salir con ellos de una buena vez. Gabriel se fue a cambiar de ropa por que según él tenía que verse entre elegante y casual para las inglesas, en cambio Juan decidió quedarse tal cual estaba al igual que yo. Mi corazón ya lo tenía alguien y no me interesaba conocer a ninguna otra chica.

Una vez Gabriel estuvo listo salimos del hotel. Le había mandado a Andrés un mensaje de que saldríamos a dar una vuelta. No puso objeciones, solo me recomendó que si veía alguna cosa que sirviera que le avisara de inmediato.

Dudaba que pudiera encontrar algo pero aun así le dije que cualquier cosa le avisaría sin duda alguna.

Tomamos un taxi y nos dirigimos a una plaza que nos habían dicho que era bastante linda. Gabriel había sacado mi cámara de mi maleta y comenzó a sacar fotos desde la ventana del taxi, a pesar de que la había encontrada tirada aún seguía funcionando y no había perdido ninguna de las fotos que se encontraban ahí dentro.

Llegamos y le pagué al conductor con el poco dinero que nos había dejado Andrés para movilizarnos. La plaza era bastante extensa y cómo habían dicho era realmente hermosa. Bancas por todos lados, una pequeña fuente al medio, muchos niños jugando alrededor y varias parejas paseando por los alrededores felices.

Secuestro por Venganza [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora