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Al día siguiente, la policía estaba en mi casa haciéndonos algunas preguntas, yo le dije todo lo que había escuchado y visto mientras ellos lo anotaban en una libreta. Mi madre parecía bastante preocupada, mientras que mi padre solo se tocaba la barbilla con la mirada perdida, ellos ni siquiera habían escuchado algo.
Después de que los policías se fueron, yo tome mis cosas y salí de la casa, tenía que ir a la escuela. Subí a mi coche y maneje tratando de olvidar lo de la noche anterior. En cuanto llegue a la escuela todas las miradas se posaron en mi, las noticias corrían rápido aquí y más si tu papá es el dueño de una de las mejores empresas del país, yo caminé como si nada hubiera pasado, hasta que Halsey apareció.

- Por dios, Nora, tuviste que haberme llamado - dijo cuando estuvo a mi lado. - Casi me muero de la preocupación.

- Si algo hubiera pasado ni siquiera estaría aquí en estos momentos. -Respondí - No fue nada grave.

- Pero hasta salió en las noticias. - Empecé a caminar con ella detrás de mi.

- Las noticias exageran todo. - Llegamos hasta el salón de clases y me senté en mi lugar. - Tranquila, estoy aquí que es lo importante.

Mi día pasó normalmente, aunque la gente aún seguía hablando de lo sucedido, yo trataba de olvidarme de eso y estar tranquila, de nada servía estar pensando en la noche anterior. Lo más seguro sería que mi padre contrataría más seguridad para la casa y cámaras de vigilancia, por si acaso.

Antes de ir a casa pase por la biblioteca de la escuela por algunos libros para mi tarea, entonces vi a alguien observándome a lo lejos, le sostuve la mirada unos minutos, no lo conocía, ni siquiera de la escuela. Traté de mantenerme calmada antes de tomar mi libro y salir por la puerta principal lo más rápido posible, cuando llegue a mi auto y recupere el aliento, pensé que solo estaba exagerando.

Llegue a casa unos cuantos minutos después, eran casi las seis de la tarde y aún tenía que hacer mi tarea, casi nunca tenía tiempo para hacer lo que me gusta o salir. Me estacioné en la entrada, pero no donde normalmente lo hago ya que había otro auto estacionado ahí, no era de mis padres o de alguno de los chóferes, este era nuevo para mi. Tome mis cosas y baje del auto pero al parecer tantas cosas no cabían en mis manos ya que cuando traté de cerrar la puerta todo se me cayo. Maldije en voz baja, ya que no es muy usual en mi decir malas palabras, cerré la puerta de mala gana y me arrodillé en el piso para recoger mis cosas, entonces escuche unos pasos acercarse, no alce la mirada por qué seguro sería alguien de la casa, los pasos se detuvieron en frente de mi, traía unos zapatos negros muy brillantes, parecían recién comprados. Alcé la vista para ver de quién se trataba, mis ojos se encontraron con unos color gris, eran desconocidos para mi, así que me levante y lo enfrente.

- ¿Y tú eres? - Pregunté.

- Pensé que ya lo sabría señorita Jones. - Yo fruncí el ceño y lo mire de arriba a abajo, traía un traje negro al igual que sus zapatos, una camisa color blanca y una corbata a juego, aparentaba no pasar de los treinta, pero lo que más llamó mi atención fueron los dibujos que estaban en su piel, o más bien los que se alcanzaban a ver. En sus manos, en sus dedos y en su cuello, era como si estuviera cubierto por ellos. - Soy su nuevo guardaespaldas.

Yo apenas pude analizar lo que me dijo, solo abrí la boca en forma de sorpresa pero no salió nada de ella, levante rápidamente lo que aún seguía en el piso y entre a la casa con el detrás mío. ¿un guardaespaldas?
Camine rápidamente hasta el despacho de mi padre, toque la puerta un par de veces pero no espere una respuesta, solo abrí la puerta y entre. Al parecer mi cara mostraba mi enojo y desconcierto por qué en seguida se levanto de su asiento.

- Luego te marco. - Le dijo a la persona con la que hablaba por teléfono y me miró.

- ¿Es verdad lo que el dice? - Le pregunte -

- No queríamos hacerlo Nora, pero es necesarios, es por tu seguridad.

- Pero... míralo papá, el parece más un delincuente que los que entraron a la casa la otra noche. - Me queje, la expresión de el... parecía como si quisiera defenderse pero no dijo nada, sólo apretó la mandíbula.

- El está capacitado para su trabajo cariño, es uno de los mejores.

Lo mire una vez más pero no lo podía creer, parecía que recién salía de la prisión. Y no es que no me gusten los tatuajes pero en exceso no es algo que me agrade mucho.

- Lo siento Nora pero la decisión ya está tomada.

Apreté los puños y salí de su despacho no sin antes fulminar con la mirada a ese... ni siquiera sabía su nombre. Subí las escaleras rápidamente hasta llegar a mi habitación pero sabía que el me estaba siguiendo, así que antes de entrar en ella me giré hacia el.

- No tienes que venir hasta mi habitación. -Lo enfrente.

- Solo quería aclarar que mi nombre es Tayler. - Me estaba mirando justo a los ojos, era intimidante. -

- No quería saberlo. - Respondí - Ahora puedes irte.

Entre a mí habitación y cerré la puerta detrás de mi. No puedo creer que ahora tendré que cargar con un maldito guardaespaldas y es que no hago más que ir a la escuela y de regreso, bueno tal vez de vez en cuando voy a un par de fiestas, pero se cuidarme sola.

Antes de ir a dormir baje a la cocina ya que por el enojo no me había acordado de comer algo y ahora mi estómago lo estaba reclamando, al terminar la escalera vi a Tyler en el umbral de la puerta de la cocina, no sabía que estaba haciendo ahí, si todos sabían que a esta hora yo ya estaba por dormirme, pase a lado de él sin siquiera mirarlo y abrí la puerta del refrigerador.

- Lo mejor será que nos llevemos bien, si queremos que esto funcione. - Lo escuché decir detrás de mi.

- Disculpa, pero yo no quiero que esto funcione. - Le dije con arrogancia.

- Entonces tendrás que aguantarte.

- Mira, conozco a mis padres y se que después de un tiempo, cuando noten que todo fue una exageración, terminaras yéndote de aquí.

- Se ve que no conoces nada del mundo niña. - Camino por la cocina hasta llegar a la mesa y sentase en ella. Yo solté una risotada.

- Pues más que tú, yo creo que si.

- No me refiero al mundo, literal. - Aclaró.

- Lo se. - Me limité a decir.

Se levanto de la mesa y camino hasta la puerta.

- Mañana estaré a primera hora - Dijo y se fue.

Y justo como lo dijo, cuando salí de mi casa el ya estaba esperando en su Mercedes color negro.

- Iremos en mi coche. - Dije sin más, tendría que acostumbrarme a esto hasta que se terminara.

Llegamos a mi universidad unos cuantos minutos después, el estaba sentado en el lado del copiloto ya que nunca dejaba que nadie conduciría mi coche, aunque el había insistido en que el manejaría me negué rotundamente. En cuanto me estacioné el bajo del coche y corrió para abrirme la puerta, como era de esperarse todos empezaron a hablar sobre quién sería el chico con el que venía, aún que claramente se notaba que era que era un guardaespaldas por el auricular que tenía en el oído, el traje gris y los lentes oscuros. Estaba demasiado formal para mi gusto.
Baje del carro sin tomar la mano que me ofreció, tome mi bolsa, cerré la puerta de un empujón y camine hasta Halsey quien me miraba con la boca abierta.

- No te emociones. - Le dije antes de que dijera algo.

- Pero si está guapísimo. - Dijo después de unos segundos en los que casi se comía a Tayler con la mirada.

- Te lo regalo. - Añadí fastidiada, ni siquiera estaba tan guapo ¿o si?

- Nunca me cuentas las cosas importantes niña. - Me reclamó.

- Solo es temporal, mis padres exageran todo. - Tayler estaba a una distancia aceptable, así que no escuchaba lo que decía.

- Pues yo que tú lo aprovecharía muy bien. - Lo estábamos mirando así que cuando el nos miro a nosotras yo me giré y Halsey alzó la mano y lo saludo, alcance a ver que el no hizo un solo movimiento.

Esto sería una tortura.

Mi Guardaespaldas. (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora