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Es domingo, desperté a las siete de la mañana ya que la noche anterior me acosté temprano, no me importaba levantarme temprano, así podría ir a el cuarto de entrenamiento y hacer un poco de ejercicio. Me levante de mi cama, me puse ropa deportiva y salí de mi habitación.
El cuarto de entrenamiento está en la planta baja, en un cuarto al lado de la cocina así que fui por un poco de agua antes de entrar. Pero al parecer no había sido la única en querer hacer ejercicio esta mañana.
Tayler estaba pasando una toalla por su cuello limpiando las gotas de sudor que escurrían de él, no tenía camisa así que pude tener una mejor vista de sus tatuajes. Estaba hablando por celular.

- Luego te marco Cariño - dijo en cuanto me vio y colgó.

- ¿Era tu novia? - pregunte sin pensar.

- Yo no tengo Novias. - respondió fríamente. Típicas palabras de un patán.

Pasó a mi lado, yo apenas y le llegaba a su hombro, así que era un poco incómodo tenerlo tan cerca. Se detuvo a mi lado, mi hombro casi rozaba con su pecho tatuado. Pensé que diría algo pero no fue así, solo se quedó ahí parado unos segundos y después salió del cuarto.

En la tarde  no tenía nada que hacer más que recorrer mi casa de arriba a abajo, y eso era lo más aburrido del mundo, salí al jardín y me senté en el césped mirando hacia la nada, estaba más aburrida que nunca.

- Creo que alguien necesita diversión. - Tayler apareció de algún lugar. - Nunca había trabajado con alguien tan aburrido - Yo lo fulmine con la mirada.

- Por eso yo dije que no eras necesario.

- Hablas como si yo fuera un objeto.  - No dije nada. - Conozco un lugar cerca del centro. - Yo lo mire. ¿Está insinuando que salgamos?

- ¿Y? 

- Si ya te cansaste de subir y bajar las escaleras, quizá podríamos ir.

- ¿Tu y yo? - pregunte.

- Podríamos llamar al tipo de ayer si quieres. - Dijo con sarcasmo, yo lo pensé un momento, era domingo en la tarde, estaba ahí, sin hacer nada y si me quedaba un minuto más encerrada, moriría del aburrimiento. Me paré del césped, el me ofreció su mano pero yo no la tome. - ¿Entonces?

- No tengo nada que perder.

Subimos a mi auto, yo conduje como siempre, el solo me indicaba por donde tenía que ir y yo solo obedecía. Estaba todo en silencio, excepto cuando él me daba las indicaciones, así que prendí el radio. Sonaba la Canción de Maroon 5 she will be love, yo le aumente un poco al volumen, me encantaba esa canción así que empecé a tararearla. Escuche que Tayler río pero cuando lo mire su expresión estaba serio. Me dijo que diera vuelta en una esquina y unas cuantas calles después detuve el coche, un tipo alto me abrió la puerta, yo le di las llaves de mi auto y él se lo llevó para estacionarlo en algún lugar. Tayler llego a mi lado un segundo después, para mi sorpresa me tomo de la cintura y me guió hasta el interior de el local. Como es Domingo el lugar casi estaba casi vacío a excepción de unas cuantas personas, había mesas redondas con bancos altos a su alrededor y en el centro de ellas una vela adornaba el lugar. Había música pero nadie estaba bailando en la pista de baile que estaba en el fondo, parecía que esas personas solo habían ido para pasar el rato, como nosotros.
Nos sentamos en una mesa en el fondo, Tayler jalo mi silla y me ayudó a sentarme y después el se sentó al lado mío.

- ¿Habías venido aquí antes? - le pregunte

- No, pero había oído hablar de aquí. - tenía la mirada puesta en otra parte.

Una mesera llego y pregunto si queríamos algo de tomar, Tayler pidió una cerveza y yo una piña colada, con poco alcohol por qué alguien tenía que manejar de regreso a casa. Antes de irse la mesera miro a Tayler y se mordió el labio inferior, claro, estaba coqueteando con él. Yo puse los ojos en blanco y ella se fui sin decir una palabra.

- Bueno, espero que esto me quite el aburrimiento. - dije. Pero él no me respondió. Solo miraba la puerta fijamente.

Minutos más tarde llegó la mesera con nuestras bebidas, el tomo su cerveza y le dio un largo trago, parecía incómodo y estaba haciendo que yo me pusiera incomoda también. Me levante de la mesa y le dije que iría al baño, él solo asintió, antes de entrar al baño vi que me estaba mirando. Me mire en el espejo, no estaba vestida para venir a un lugar así, traía puesto unos jeans de mezclilla y un suéter rojo con bolsillos a los lados. Por lo menos mi cabello se veía decente. Me lave las manos solo para hacer tiempo y regrese a la mesa.

- ¿Todo bien? - me pregunto y yo dije que si.

- ¿Por que eres guardaespaldas? - le pregunte, no tenía otro tema más interesante de conversación.

- Mi padre lo era, así que...

- Siguiendo los pasos de la familia.

- Algo así.

- Y ¿él que piensa de los tatuajes? - mire sus manos en donde la tinta escondía su piel.

- No lo sabe. - como era eso posible - No lo he visto desde que tenía quince. - Oh.

- ¿Y a los cuantos años te hiciste tu primer tatuaje?

- Un mes después de que mi padre se fuera - parecía incómodo de estar hablando de esto pero aún así lo hacía. Decidí dejar ese tema a un lado.

Unos minutos después la puerta del local se abrió, en ella entraron tres hombres, miraron hacia nuestra mesa en cuanto entraron y por su expresión supe que no era nada bueno, mire a Tayler quien también miraba hacia ellos pero no parecía alarmado ni nada por el estilo, solo los fulminaba con la mirada.

- Quiero irme. - le dije, no me gustaba la forma en que esos hombres nos miraban.

 El no dijo nada, solo me tomo de la mano, sacó unos billetes de su pantalón poniéndolos sobre la mesa y salimos del local. El empleado que había estacionado mi auto no estaba en ningún lado así que empezamos a caminar hacia la esquina, mire hacia atrás y vi que los hombres también habían salido del local y venían detrás nuestro. Sentí un miedo que nunca había sentido en mi vida, pero trate de tranquilizarme, mi mano y la de Tayler seguían agarradas, el caminaba mucho más rápido que yo así que básicamente yo corría detrás de él. En la siguiente cuadra había un pequeño callejón, entramos en el y nos escondimos detrás de unos botes de basura, mis manos temblaban y mi respiración estaba agitada. Tayler volteó a verme y me dijo que me tranquilizara, pero era imposible cuando unos tipos estaban siguiéndote y no tenía idea de el por qué. Vi que él saco algo de su pantalón y me altere un poco cuando me di cuenta de que era un arma, tape mi boca con mi mano y rece para que nada malo pasara. Unos segundos después se escucharon unas voces acercándose, se detuvieron justo en la entrada del callejón.

- Los perdimos - dijo uno de ellos, su voz era grave y rasposa.

Uno de ellos dijo algo más que no pude escuchar y se alejaron del lugar, respire profundo y me relaje un poco más. Mis manos aún temblaban y me entraron unas ganas enormes de llorar, pero no lo hice. Por instinto abrace a Tayler, creo que lo necesitaba. El tardó un poco en responderme pero acaricio mi cabello lentamente unos minutos en lo que me tranquilizaba.

- Todo esta bien - susurró y yo no había podido contener unas cuántas lágrimas. Me separe de él, el hizo que lo mirara y con sus dedos seco las lagrimas que caían por mi rostro. Sentí una corriente eléctrica pasar por mi cuerpo así que me aleje de él. - Vayamos a casa.

Tomamos un taxi ya que ninguno de los dos estábamos en condiciones de conducir, el dijo que regresaría más tarde por el coche, yo solo asentí. Cuando llegamos a casa yo subí a mi habitación, sabía que Tayler tenía que hablar de eso con mi padres y yo no quería escuchar el "Te dijimos que sería necesario" que seguro me dirían. Tome una ducha y me metí en la cama, mañana sería un día nuevo, esto solo había sido un susto. Un gran susto.

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Mi Guardaespaldas. (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora