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Cuando salí de mi casa la mañana siguiente, mi auto ya estaba en su lugar, al igual que Tayler, quería agradecerle por lo que hizo ayer pero mi orgullo no me lo permitió, solo lo mire y subí a mi auto, pero entonces me di cuenta de que no tenía las llaves, Tayler me las tendió sobre su mano pero cuando las iba tomar en cerro el puño impidiéndome tomarlas.

- ¿Que haces? - le pregunte confundida.

- Órdenes de tus padres, no conducirás por unos días. - yo lo mire con la boca abierta.

- ¿Y puedo saber por qué?

- Creen que es necesario que yo maneje por si hay alguna emergencia como la de ayer.

Yo lo mire frustrada pero no dije nada, salí del auto y subí del otro lado, en cuanto entre el prendió el auto y condujo hasta la universidad. No hablamos en todo el camino, no es que lo hiciéramos muy seguido pero ayer había sido diferente, me había contado algo de su vida y tenía pinta de que no lo hacía con todos. Después recordé la parte en que lo abrace y cuando el limpio mis lágrimas, sentí que mis mejillas se pusieron rojas así que me moví incomoda en el asiento. El me miró y frunció el ceño.

- ¿Estás bien? - preguntó - Parece como si te estuvieras ahogando en calor.

- Estoy bien - dije y baje la ventana para que entrara un poco de aire.

No dijo nada más y yo lo agradecí. En la escuela Halsey me atacó con preguntas, como era costumbre los chismes corrían rápidamente por aquí, aunque aún no sabía cómo era que se enteraban de todo. Yo le dije que no quería hablar del tema y ella lo entendió. Al terminar las clases Halsey me insistió en que fuera al partido de fútbol que habría después de clases, yo me negué pero era imposible decirle que no a ella.
Tayler caminaba detrás de nosotras atrayendo la mirada de todas la chicas que pasaban por nuestro lado, algunas de ellas hasta trataron de hablar con él pero solo las ignoraba, que hasta me daban lastima las chicas que habían tomado el valor para hablarle.
Nos sentamos en las gradas que se empezaban a llenar poco a poco, era un día nublado y por lo que las nubes grises nos decían no tardaría en llover, cuando nos sentamos deje un espacio vacío pero Tayler no se sentó, solo miraba alrededor. Le toque el brazo y le dije:

- ¿Puedes sentarte? No dejarás ver a las personas de atrás.

Parecía que iba a negarse pero en cambio se sentó a mi lado, está vez no iba de traje, vestía un pantalón de mezclilla y una camiseta blanca que le lucia muy bien, espera... yo había pensado eso.
Deje esos pensamientos a un lado y me centre en el partido, aunque no entendía nada. El equipo de la escuela gano por varios goles más y en cuanto sonó el timbre que indicaba que el partido había  terminado todos saltaron de sus asientos y celebraron, y también la lluvia se hizo llegar. Yo traté de cubrirme pero fue imposible, mire a Tayler quien quito unas gotas de lluvia que estaban en su cara y me miró, su camisa blanca empezaba a empaparse haciendo que se transparentarán los tatuajes que llevaba debajo, ya los había visto antes, cuando estaba haciendo ejercicio pero no había prestado mucha atención, en su brazo derecho tenía dibujado un tigre que cubría toda la parte superior de su brazo y abajo solo podía ver algunos rostros de unas personas. Pero el que más llamó mi atención fue el de un bebé. Quizá tenía hijos.
Antes de que pudiera seguir admirando sus tatuajes, el me tomo del brazo y caminamos debajo de la lluvia hasta llegar a mi auto. Estábamos empapados. Entramos en este y enseguida prendí la calefacción, no quería congelarme y mucho menos enfermarme. Él se desabrochó unos botones de su camisa dejando al descubierto su pecho, no quería mirar pero era imposible, se notaba que se esforzaba mucho en el gimnasio.

- Deja de mirarme - dijo unos segundos después, yo aparte la mirada de el.

- No te estaba mirando - mentí.

- Entonces supongo que la lluvia te afecto.

- Está bien, lo hacía, pero es que no puedo entender cómo tienes tantos dibujos en tu cuerpo - dije finalmente, él solo levanto la comisura de sus labios en una pequeña sonrisa.

- Deberías de intentarlo. - yo abrí los ojos.

- Nunca en la vida - Respondí firmemente, no quería rayar mi piel.

- Eso decía yo - añadió.

Yo no respondí, nunca había pensado en hacerme un tatuaje o una perforación o algo que deformará mi piel. Sabía que no era la chica más bonita del mundo, ni siquiera de la escuela, pero estaba conforme con mi cuerpo y con mi aspecto físico y no quería deformarlo con nada.
Cuando estuvimos en casa yo subí a mi habitación a tomar una ducha, sabía que había una habitación en donde los empleados podían asearse pero aún no sabía si Tayler estaba viviendo aquí, era raro que no lo hubiera pensado desde el día en que llego. Lo he visto varias veces en las noches y también cuando el sol apenas empieza a salir, entonces lo más probable es que si, está viviendo aquí. Pero no quería quedarme con la duda, así que decidí que en la noche bajaría a investigar un poco.

A los ocho de la noche, la casa se escuchaba en total silencio, la mayoría de los empleados regresaban a sus casas a las seis de la tarde, es por eso que se me hacía raro ver a Tayler tan tarde y tan temprano por aquí. Deje mi laptop en donde estaba haciendo mi tarea, aún lado y me levante de mi cama. Por más ridículo que suene camine de puntitas para no hacer ruido, me reí de mi misma en mi mente, era mi casa, bueno la casa de mis padres y podía ir y venir de donde quisiera. Abrí la puerta, camine por el pasillo y baje las escaleras, lo único que se escuchaba por ahí eran mis pasos con mis pies descalzos.
Traía puesta la pijama, la cual consistía en un short corto color rosa y una camisa de tirantes igualmente rosa. Mi cabello estaba sujetado en un moño alto de los cuales varios cabellos se negaron a sujetarse y caían por los lados rebeldemente.
Entre en la cocina y me entretuve un poco tomando jugo de naranja que estaba en el refrigerador, antes de entrar en el cuarto de los empleados, ahí había otra dos puertas más, parecía que estaba vacío, así que entre en la primera puerta, había un par de cosas en los burós pero de ahí en fuera parecía estar vacía, camine por la habitación viendo que más podía encontrar, me detuve en el buró del lado izquierdo, había una foto pero cuando la iba a tomar algo o más bien alguien me interrumpió.

- No te han dicho que no está bien entrar a las habitaciones de las demás personas sin su permiso. - era él. Me giré sobre mis talones para encontrarlo en el umbral de la puerta recargado y con una pierna cruzada.

- Pensé que no había nadie. - dije por qué  era la verdad. - ¿Duermes aquí? - pregunte.

- A veces. - camino hacia mi, agarro la foto que tenía en el buró y la metió en el cajón. Yo quede atrapada entre el, el buró y la cama.

- Bueno pues ya me voy. - dije un poco nerviosa. Su camisa de tirantes blanca me dijo que venia de hacer ejercicio. Traté de caminar pero él no se movió.

- No sabía que usabas lentes. - yo levante la mano y toque los cristales que estaban en mis ojos. La mayoría de las veces solo los usaba para hacer tarea, pero creo que esta vez olvide quitármelos. - Te quedan bien.

- Gracias. - dije por qué fue lo único que llego a mi mente en ese momento. Dios, está quitándome mi oxigeno.

- ¿Buscabas algo en especial? - preguntó sin alejarse ni un centímetro.

- No. - mi voz sonó un poco ronca así que tuve que aclarar mi garganta. - Yo... creo que ya me voy.

Finalmente él se dejó caer en la cama dejarme respirar mucho mejor, yo me moví de el rincón en el que estaba y salí de la habitación lo más rápido que pude.
Al llegar a mi habitación fui directo al baño y lave mi cara con agua fría. Había tenido novios antes, pero nunca había pasado de besos y caricias, pero Tayler me había hecho sentir algo que nunca había experimentado y ni siquiera me había tocado. Me dije que todo era por los nervios de entrar en su habitación, por qué no podía gustarme, es el empleado de mis padres y ni siquiera me gustan sus tatuajes. Aunque debo admitir que es guapo, bastante, la verdad.
Despeje mi mente, me senté en mi cama y me distraje terminando mis tareas.

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Voten! 🙏🏼💗

Mi Guardaespaldas. (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora