Después de estar toda la tarde en el hospital con Cameron, mi madre me dijo que era hora de volver a casa para comer algo.
Había perdido el ritmo de mi alimentación, pero debido a las insistencia de mi madre agendé una cita con una nutrióloga para llevar una alimentación saludable, se que a él no le gustaría verme en mi estado, lo hago por él.
¿Quien tendrá a su mascota?
Me han entregado los resultados de los exámenes que presente, les marque a mis padres para avisarle que sigo manteniendo bla beca y no tendré que dejar de estudiar.
—¿Cómo has estado? —me pregunta Lily al encontrarse conmigo en el pasillo.
—Bien supongo. —me encogo mis hombros. —¿Cómo va tu asunto con tu padre?
—Todos sigue igual —responde evadiendo la mirada.
—Aún siento algo de culpa —le dije a Lily
Habían pasado ya algunos días y Cameron aun no despertaba del coma, mi familia a estado más pendiente de mi al igual que Lily. Estaba harta que me dijeran <tranquila todo estará bien> <solo ten confianza>
Se que ellos quieren hacerme sentir mejor pero no quiero que me digan esas palabras que lo único que hacen es sentirme mejor.
—Pero no has hecho nada malo —contesta ella.
—¿Y que pasa si el no despierta?
Aunque he tratado de mantener mis esperanzas siempre, el pesimismo me gana.
—Sabes que el despertara, solo confía.
—Estoy harta de escuchar eso siempre —le dijo molesta.
Ella solo suspira. Se me intentan ayudar pero no ayuda mucho el hecho me que repitan constantemente el que debo confiar solamente, no basta con eso.
—Venga, vamos a caminar por un rato. —propone— ¿Quieres ir a mi casa?
—Claro —respondo— ¿Siguen teniendo el chocolate de Suiza?
En casa de Lily tienen un chocolate que es traído de Suiza ya que su padre es dueño de una porcentaje de las acciones de esa chocolatería y por ende las cajas llegan como pan caliente a su casa. Chocolates que se hechan a perder porque su familia detesta el chocolate.
—Te regalo todas las cajas que quieras. —rie— ¿Has pensado en volver a tener mascota?
—No, que Dios libre a los animales domésticos de mi cuidado.
—¿Qué hay de un pez?
—¿Has olvidado a Romo el pez? —pregunto.
—Si, olvidaste darle de comer —recuerda. —¿Qué hay de un ganzo?
—Los ganzos no son domésticos —digo para que deje hablar. —¿Qué hay de un lagarto?
—Mis padres tendrían un ataque al ver a un depredador en la casa.
—¿Qué hay de los gatos?
—Dylan es alérgico a su pelaje. —rio.
—Eso no es cierto. —refuta.
—Claro que sí. —afirmo.
(...)
—¡He regresado! —grito mientras dejo las llaves en la mesa junto a la perchera.
—¿Cómo te fue hija? —pregunta mi madre desde el gran sillón rojo que compro por equivocacion en un tienda de descuentos en línea. Tiene un tazón grande repleto de palomitas de maíz.
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A través de Sus Ojos |Completa|
RomanceCameron Muller es un veintiañero que perdio la vista a sus diecisiete años, en un accidente, Despues de años se reencuentra con su amor de preparatoria Alicia. Alicia sera la razon por la cual el desee seguir viviendo. Juntos lucharan para poder...