A través de Sus Ojos |Completa|

Capítulo 32✓

Evadí el tema por completo luego de volver al departamento, al igual que a Cameron. Se que tengo que hablar con Adam, pero creí que le llegaría la indirecta que no quería hablar con él.

Liliana ha salido con Jasón para solucionar el problema del dinero para que todo sea legal, o al menos traten de que no sea tan ilegal del todo.

Se suponía que deberían volver antes de que las clases terminarán, debido al hecho que me salte la clase de economía que da Adam, las clases para mí ya han finalizado.

Busco en mi teléfono el número de Lily, marco ya que debo saber en dónde están y debo volver al departamento.

—El número que usted marco se encuentra ocu...

Corto la llamada.

Tengo que arreglar las cosas con Cameron

Busco el número de la madre de Cameron en mi teléfono, ya que no quiero hablar con él por el momento. Marco el número de su madre.

— ¿Quién habla?

—Señora Diana soy Alicia.

—Querida dime solo Diana—pide, una sonrisa delicada suena por la vocina— ¿pasa algo?

—No, no pasa nada, le podría decir a Cam que no pase por mí... —pause. Piensa rápido Alicia , inventa algo ya —Porque tengo que ir a ver a mis padres y me tardaré con ellos.

Cameron siempre pasa por mi después de clases así que debo avisarle que no debe venir por mí hoy.

—Por supuesto querida, yo le pasó tu recado.

—Gracias y hasta luego. —Termino la llamada.

Me iré al infierno por estar mintiendo.

Tomo asiento en una de las bancas a la entrada de la universidad para esperar a Jasón y Lily.

—Alicia— dice alguien. Giro mi cabeza para ver de quién se trato.

— ¿Carol?— pregunto en forma de saludo — ¿pasa algo?

—Vengo a darte la invitación para la fiesta de graduación, será en el salón estrellas doradas y puedes ir con tu pareja — explica mientras me da la invitación.

—Gracias Carol nos vemos luego— le digo mientras guardo la invitación en mi mochila después de tomarla.

—Descuida no es nada —dice— Le entregas la de Lily.

—Claro —agarro la invitación.

Salgo de las instalaciones de la universidad dispuesta a tomar un taxi ya que no hay señales de mis amigos, pero la mala suerte me persigue y no hay ningún taxi disponible.

Decido caminar aunque el departamento este algo lejos, puede que encuentre un taxi disponible en el camino.

El sonido de un claxon me hace que apresure mis pasos. El vidrio del auto comienza a bajar despacio.

Qué no sea él, que no sea él.

Giro mi rostro para poder ver al conductor.

Maldición es él.

— ¿Te llevo a tu casa?— pregunta.

Sigo caminando fingiendo que no lo escuche y así evitarme más problemas de los que ya tengo ahora mismo.

— ¡Alicia!— insiste con mi nombre.

Y no me queda de otra que hacerle caso, giro mi rostro.