A través de Sus Ojos |Completa|

Capítulo 35✓

Cameron.

—Alicia— vuelvo a decir seriamente —repite lo que acabas de decir una vez más.

—Sino quieres verme más entiendo que yo tengo toda la culpa, qué cosas digo ¿verdad?— responde con rapidez que solo entiendo poco—sabes tengo que irme, necesito ver mi pez no se haya muerto.

Escucho unos pasos alejándose, intento levantarme pero me detengo al recordar que aún no logro ver bien y hay más probabilidad que termine en el suelo.

— ¡Alicia!—grito— ¡Tú no tienes mascotas!

Suelto una pequeña risa. Ella es única.

— ¿¡Que paso estas bien!?—la voz de Karen interrumpe.

—Tranquila, todo está bien— le digo para que se calme— ¿Creí que irías de compras?

—¿Por qué Alicia de fue?— vuelve a preguntar— No había nada interesante y volví antes de lo previsto.

—Tenía algo que hacer— le respondo sin importancia.

—Me habían espantando— responde mientras suelta un suspiro —pensé que le habías dicho que has agendado otra cita con el doctor y todo se había complicado.

—No aun no le he dicho—digo.

—¿Y porque no ?— cuestiona— Los secretos son un arma de doble filo.

Excelente pregunta.

—No quiero que sufra más de lo que ya ha sufrido —recargo mi peso en el respaldo— ¿Qué secretos tienes tú?

—Sino se lo dices, la lastimarás más así que tienes que decirle lo riesgoso que es la cirugía.

—Lo sé Karen —respondo con fastidio— ¿Qué hay de tus secretos?

—¿Acaso crees que estoy por gusto en este lugar? —ironiza.

—Te fascinan las jaulas de oro —bromeo.

—Con tal de estar alejada de mi madre —masculla.

—Todo saldrá bien.

—Ojalá —rie con amargura— deja de llamarme Karen, sabes que lo detesto.

—Ese es tú nombre —digo para fastidiar— no me importa que te lo hayas cambiado.

—Con que guardes el secreto todo está bien.

☁☁☁☁☁☁☁

—Pongamos las cartas sobre la mesa Cameron— dice George —para empezar ¿Por qué me pediste el mentirle a Alicia? Ella se a convertido en una buena amiga desde que llegué a la ciudad y no me gustaría perderla.

—Sé que es una cirugía muy arriesgada y quería que ella estuviese tranquila, y no quiero que ella sufra más de lo que ya ha sufrido —le recuerdo— no la alejaré de mi otra vez, solo necesito estar seguro.

—Tendrás que decirle, porque sino lo haces sufrirá mucho más y no me gusta verla llorar —dice— pero pasando a otras cosas, la cirugía es muy arriesgada así que una enfermera te checara para ver que tu presión este bien, y tengas los glóbulos rojos necesarios para proceder con la primera sesión.

—De acuerdo —le respondo— ¿Cuántas cirugías has hecho de este tipo?

Suelta un gran suspiro, se que es muy arriesgado pero quiero hacerlo quiero hacerlo por ella.—Seré sincero, lo he hecho solo cinco veces...

— ¿Cuántos han muerto?— pregunto con el miedo de saber la respuesta, pero estoy listo para afrontarlo.

—Dos, uno falleció durante la cirugía y el otro paciente falleció una semana después de hacerle la cirugía — explica —es una cirugía muy arriesgada, tienes que tener eso en cuenta, si quieres dar marcha atrás podemos encontrar otro procedimiento que no afecte el hemisferio de los recuerdos.