Capítulo 20: Fuerzas

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El rubio jamás pensó que al conocer y jugar un buen rato con la pelirroja, obtendría una potente aliada que conocía a la perfección a Sebastián y todos sus oscuros secretos. Como Scarlett le había dicho "Compañeros de venganza" esa frase era difícil de olvidar al igual que la salvajada de parte de ese castaño desquiciado.

En lo que dieron las ocho y algo la pelirroja se levantó de la cama totalmente desnuda, no dudo en ver una vez más lo que Christopher estaba planeando y en su rostro se dibujó una diabólica sonrisa. Ese rubio sería su vengador, Scarlett sabía que ya era hora de irse, a su que empezó a vestirse. Ni dudo en darle un beso al rubio antes de partir, pero lo que no espero que este despertara justo cuando ella le besaba, el no dudo corresponderle. Christopher la abraza, trayendo el cuerpo de Scarlett hacia él, arrastrando a la cama.

Ambos se besaban como si nada. El rubio había amanecido deseoso así que mientras la besaba no se detuvo a tocarla. La acariciaba definiendo el cuerpo de la pelirroja a lo cual ella no se opuso, pero el sabía que debía irse antes que algunos de sus amigos llegará así que apresuro el paso, deslizó su mano derecha por entre la ropa de la chica acariciándola hasta llegar a su vientre, descendía de manera lenta quería que ella empezara bien su día, así que en pocos segundos toco el clítoris de la pelirroja para juguetear un ratito y brindarle placer.

Scarlett adoraba las manos de rubio, porque sabían cómo excitar a alguien. Era una pena que solo fueran compañeros de placer y le daba tristeza saber que Christopher sufrió a manos del patán de Sebastián. Después de tanto jadeo la pelirroja se vino y el rubio no espero y le dijo que amaba sentirla mojada a lo cual ella rió. Ambos se despidieron y Chris quedó solo de nuevo. Solo pasaron unos doce minutos para que sus amigos llegaran y lo bombardean de preguntas sobre la pelirroja. El solo se burlaba internamente de ellos y su fiebre.

Los chicos cuadraron en salir a desayunar afuera. En efecto era mejor así para distraerse un poco, ya sentados y degustando la comida Anthony pidió disculpa a Chris y Jeremy porque no odia estar un rato más con ellos porque había recibido una lama y debía irse, así que el rubio se quedó desayunando con el extravagante de Jeremy, quién quería decirle que anoche mientras el se fue con la pelirroja. El rubio no se sorprendió él sabía que Jeremy cada vez salía con distintas chicas y con ninguna se ataba, solo pasaba un buen rato y después solo cuadra verse con ellas cuando el necesitará ayuda a liberar su tensión.

Terminaron de comer para separarse ya que al rubio-castaño le estaba empezando a enviar mensajes de textos a la chica que anoche conoció. Lo que si le extraño a Chris fue que el hecho que Jeremy le comento que ella era una persona que conocía  cosas que el no pero que esperara a que el la tuviera totalmente a sus pies para que ella cantará como un pajarito.

Le resto importancia y empezó a caminar sin un rumbo fijo, solo quería poner su mente en orden. Las calles se encontraban repletas de personas, tantas caras y colores de piel, vidas y sucesos comunes y a la vez no. Para el era imposible  olvidar su vida de antes, aquel chico que solo se dedicaba a estudiar y que jamás prestó atención a alguna persona en el ámbito romántico, pero por conocer y probar algo distinto una noche ahora su alma se encontraba destrozada y sin modo de hallar la paz y armonía de nuevo, solo el anhelo de ver a Sebastián pedir y arrodillarse ante el suplicando piedad era lo que podía mejorar un poco su desgracia.

Aún estaba fresco los besos del castaño esa noche en ese bar, recordaba la voz de el como como una mala melodía sin sentido, y los golpes que el le había los podía sentir en todo su cuerpo. Ahora Chris era una triste y amarga alma caminando en el mundo de los vivos.

L'instinct animal → Stucky / EvanstanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora