Capítulo 26: Luz de luna y sol

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Cayo al suelo, alguien lo había empujado para dejarlo tirado, sintió como se mojó su ropa, había caído en un charco de agua sucia. Apenas se puso de pie cuando logro persuadir que alguien estaba bien parado en frente de él. Se sentía algo aturdido, eran acciones que nadie se esperaría en media oscuridad. No le importo, de una vez se puso de pies como pudo, de forma rápida llego a la conclusión que últimamente iba mucho a parar al suelo. ¿Mala suerte?

La verdad no veía muy bien a quien tenía en frente de él, apenas podía persuadir la presencia de alguien ahí, sentía como la mirada de esa sombra estaba puesta sobre él. No duro mucho ese silencio cuando el castaño soltó un pequeño grito de dolor ante el golpe que recibe en la boca del estómago, quedo sin aire cuando siente como esa sombra empezó a sujetarlo del cuello, volvía a golpearlo una y otra vez, no tenía oportunidad de tomar un respiro y defenderse.

Cayo al suelo, en medio de un charlo, sintió como lo pateaba cada vez con más fuerza. Como si tuviera una gran ira por dentro. Tirado en medio de un callejón, totalmente golpeado y moribundo, Sebastián estando bocarriba apenas podía ver la luz. La luz las estrellas, era la primera vez que las observaba, esta vez admiraba el brillo de algo que no era él.

Escucho los pasos del desconocido sin rostro como se marchaba, no sin antes de lanzar a un lado del cuerpo del castaño su billetera. Fue solo un "robo", aunque bastante agresivo. El castaño estaba sin fuerzas, no tenía como defenderse, como levantarse, no había energías en él, simplemente estaba mirando el oscuro y resplandeciente firmemente. Apenas audible y muy lejos se podía distinguir la música del bar. Eso ya no importaba, Sebastián observaba las estrellas.

Se podría decir que el castaño paso toda la noche tirado en medio de la nada, en efecto fue así, pero como no hubo testigos no hay quien afirme que eso sea una realidad. Persuadió como la oscuridad empezaba a esfumarse por la presencia del sol y como pudo intentaba levantarse. Caminaba con dificultad lo bueno era que se movía, su cuerpo reaccionaba, de forma lenta pero respondía.

Arrastraba sus pasos, quería dirigirse a donde había dejado el auto parqueado, pero antes de eso fue arroyado por una bicicleta. De forma silenciosa y nada vista, Sebastián fue a parar al suelo seguido de la bicicleta y quien la concedía. Sacudió su cabeza y elevo la mirada, fue ahí donde llego lo que se le podía decir un ángel.

Christopher levanto su bicicleta, la preparo para echarse andar pero antes tendió su mano al castaño. No había caído en cuenta que tenía ante sus ojos a quien le quito el brillo de sus días justo en frente, en el fondo la bondad que lo hacía cautivador existía. Le ayudo, notaba que estaba lastimado y desorientado. No vacilo, le ayudo a montar en la bicicleta y echo andar.

No llego a muy lejos, solo a un pequeño café. Pidió a Sebastián que se bajara para enganchar la bicicleta e ir junto con él a una mesa para poder brindarle algo y preguntar a donde lo podía dejar, o llamar a alguien que le fuera a buscar. Sebastián apenas digería donde estaba, que estaba ocurriendo, y quien era el hombre que en primero lo había tirado al suelo para luego brindarle el desayuno y ayuda. Nuevamente tenia la mirada perdida, ya se le estaba haciendo costumbre.

L'instinct animal → Stucky / EvanstanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora