capitulo 26

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Tommas Dix

Me despierto por la luz entrando por la ventana, miro a mi alrededor,estoy sólo con los pantalones de pijama puestos.
Me acuerdo de Melissa ayer,
borracha perdida. No está a mi lado,se habrá arrepentido y se habrá ido,no la culpo, yo también estoy confundido.

Me vuelvo a acostar y cierro los ojos, lo de ayer fue demasiado perfecto,la echo de menos y ella no me lo pone fácil, se supone que está enfada conmigo pero después me llama borracha y pide que me acueste con ella,tengo que aclarar mis ideas.

Mis pensamientos se interrumpen por unos pasos y el hundimiento del colchón. Abro los ojos y me encuentro a Melissa con un vaso de agua,lleva una camiseta mía y siento un alivio inmenso al saber que sigue aquí.
-pensé que te habías ido.

-sólo he ido a por una aspirina,la cabeza me está matando.

Me incorporo,necesito preguntárselo.
-te arrepientes de lo que pasó anoche?

Me mira y tras sus ojos grises veo su lucha interior.
-no, me ha hecho pensar pero no precisamente en que lo que hice estuvo mal,si no en que alomejor no podemos vivir el uno sin el otro. Borracha o sobria sólo puedo pensar en ti,el alcohol ayer me ayudó a volver a ti. Siempre vuelvo,eres como un imán.

Sonrío y me atrevo a besarle, me corresponde al instante. Es un beso dulce y tierno, pero mi entrepierna empieza a despertar y la erección mañanera hace acto de presencia, menos mal que con el pantalón no se nota mucho.

Nos separamos y sonríe, me siento afortunado.
-tienes hambre?

-estoy que me comería una vaca.

-es lo que tiene beber,anda, vamos a desayunar algo.

Asiente y le cojo la mano para bajar, siento que en cualquier momento se va a desvanecer,que es sólo un sueño como los que llevo teniendo desde que rompimos. Pero esta vez es ella la que ha vuelto, es ella la que me ha llamado, quiere estar conmigo.

Bajamos y pone beicon en la sartén para freírlo, pone mucho beicon, demasiado,me río de su hambre,cojo salchichas y pan y empiezo a preparar tostadas, coge las salchichas y las hace a la sartén también.

Terminamos de preparar el desayuno-banquete y nos sentamos a comer en silencio, no es incómodo pero me pone nervioso porque sé que estamos volviendo a la realidad,está pensando que hacer conmigo.
-Tommas yo...

Le miro y suspira.
-no me mires,si me miras no puedo pensar.

Me río y bajo la cabeza para no mirarla.
-siento haberte puesto en un compromiso ayer, pero como te he dicho antes,creo que no puedo vivir sin ti. Sabes que no te culpo del accidente,por lo que estaba enfadada era por la mentira, y como creo que todos cometemos errores,creo que esto ha sido...no un error,pero necesito tiempo.

Le miro y veo lágrimas nublando sus ojos. No sé que hacer,está rompiendo conmigo pero sé que no es definitivo, es solo un tiempo, estamos en la cruda realidad pero hay esperanza.
-Melissa lo entiendo, me encantaría que no te sintieras así, pero lo respeto.
Sin embargo quiero que te quedes el anillo,me lo diste en un momento de furia pero es tuyo,para que no se te olvide que estoy y voy a estar siempre a tu lado.

Voy a por el anillo y se lo coloco en su precioso dedo,ella lo mira y suelta un suspiro.
-a veces eres demasiado cursi.

Me río -lo sé,sacas mi lado vomitivo.

-pero gracias,no te lo tenía que haber devuelto. Ahora sé que no es sólo un objeto caro,también es un símbolo, te quiero Tommas,pero debo irme.

Asiento triste mientras veo como va a vestirse. Recojo los platos para distraerme mientras ella se ducha y se cambia. Baja a los diez minutos,la miro.
-necesito que me lleves a casa,no tengo coche.

mi policíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora