capítulo 29

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Tommas Dix

Consigo llevarlas a casa y que Mía se vaya al cuarto de invitados a descansar.
Con Melissa no sé qué hacer. Sé que va a intentar por todos los medios vengar a su padre, pero es de noche y no quiero que salga ahora. Tiene que descansar.

Le preparo una tortilla y se la llevo al salón, donde está pegada al móvil, espero que no sea porque está hablando con Dom o alguien así.

Cuando me acerco le quito el móvil y lo dejo en la mesita de café, donde me siento, ella me mira con sus ojos grises, ahora más oscuros de lo normal. Son como una tormenta en el mar.
-Dix dame el móvil.

-ahora vamos a cenar, mañana ya te dejaré contactar con tu familia.

-Dix, devuélveme el puto móvil.

Niego con la cabeza, ella se levanta con los puños en alto, se los paro serio, y como puedo la siento en mi regazo, me mira y sé que va a llorar.

Le abrazo, ella se agarra fuerte a mí, no soporto verla así.
-nena ya está, mañana empezaremos a buscar al hijo de puta ese.

-pero matar a ese tipo no me va a devolver a mi padre.

-lo sé, pero sabes que no hay nada que lo haga volver, es triste, pero es así.

Se incorpora un poco y me deja ver sus ojos llenos de lágrimas.
-por qué siento que todas las personas a las que quiero me abandonan, por qué todas se van Tommas?

-cariño no todas te abandonan, yo estoy aquí.

Me besa, sus labios están salados.
-no te vayas nunca Dix, promételo.

-lo prometo mi amor, después de vengar a tu padre nos casaremos, no quiero esperar más.

-yo tampoco.

La cojo en brazos y la llevo a la cama, la dejo suavemente y ella se acomoda.
Me voy al baño y me lavo la cara, esto me supera, nadie debería ver a alguien que ama morir, y ella ya lleva a dos personas.

Me pongo el pijama y salgo, mi pequeña esta recostada y también se ha puesto el pijama, me tumbo a su lado y me abraza.
-Dix.

-mmm...

-necesito un poco de amor...

La miro y ella me mira seria.
-me tienes aquí para darte todo el amor que quieras.

Ella me besa, sus labios están rígidos pero poco a poco profundizo el beso y ella se relaja, la tengo debajo de mí.
Enrolla sus piernas en mi cadera y me empuja hacia su cuerpo, nuestras caderas chocan y gruño, pero se separa y le dejo hacerlo, hoy no es el día.

Ella se gira para darme la espalda y yo le abrazo por detrás y le acaricio la tripa, ella suspira y me besa, esta vez es un beso dulce.
Después cierra los ojos y se duerme. Yo le sigo minutos después, ha sido un día largo.

Melissa O'Conner

Estoy en una carretera solitaria, a mi alrededor no hay nada, solo un coche negro. La curiosidad me recorre las venas y me acerco al coche.
Todavía no he llegado cuando un hombre sale del coche, me mira y se ríe, es una risa amarga, no me gusta.

Después saca unos documentos y me los tira a los pies, los miro pero no consigo ver nada, incluso si me acerco, no distingo nada.

Miro al hombre confundida, el sólo se mete en el coche y acelera.
Siento el miedo apoderarse de mí al ver al coche acercarse. Me pongo de cuclillas en el asfalto, que de repente quema como una hoguera encendida, me estoy asfixiando, intento coger aire pero el coche se acerca, lo tengo a menos de dos pasos...

mi policíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora