Piénsalo

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Narrador omnisciente.

Ya habían pasado dos meses, al fin era noviembre, la castaña por su parte seguía un poco mejor, sobretodo luego de aquel episodio vivido con Joe, en donde lo pudo al menos sentir cerca por un momento.

La morena por su parte seguía con su relación con Sebastián, intentaba dar lo mejor de ella pese a no sentir más que un cariño por su actual pareja, y es que por más que intentará olvidarse de aquel bobo castaño no podía, ya que su hijo cada día era la copia exacta de él, algo que la torturaba por dentro.
Día a día pensaba en él y en cómo estaría, recordándo su vez todas tonteras que él solía decirle, hechandolo mucho más de menos.

Ninoska por su parte cada día se enamoraba más de aquel niño y día a día compartía más con él, acostumbrándose tanto él como ella de sus compañías.

Era domingo, día de descanso tanto para la castaña como para la morena, por lo que decidieron estar en casa de la Ignacia para así estar junto a Dean, sin embargo, Sebastián una vez más quiso inmiscuirse entre ellas invitando a Ignacia a cenar, algo que la morena aceptó.
Mientras la castaña disfrutaba la compañía del pequeño a solas, se le ocurrió una genial idea, mostrarle fotos de su padre, sabía que el niño no le entendería en lo absoluto pero eso le hacía sentir bien, ya que aunque sea por fotos lo miraría, por lo que rápidamente tomo a su iPhone y se dispuso a buscar en el navegador el nombre de Dean Ambrose apareciendo de inmediato las típicas fotos de él en la WWE, intentó buscar la más coherente y se la mostró.

-Mira Dean, el es tu papi su nombre es Jonathan... Jonathan Good, pero en su trabajo es más conocido como Dean Ambrose. - volteo su mirada al pequeño niño, hablando como una bebé con tal de hacerle gracia.
-Se llama igual a ti en su trabajo... Dean.
El niño por su parte solo reía por las locuras de su loca y castaña tía, sin embargo en un pequeño movimiento que dio tocó sin querer la pantalla del iPhone de la castaña, apretando una imagen, un tanto nostálgica para ella... Eran Dean y Roman abrazados.

El niño inocentemente comenzó a balbucear al ver aquella imagen, como si le estuviera preguntando a la castaña quién era el hombre al lado de su padre, ella en tanto melancólica y con los ojos humedecidos suspiró profundamente

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El niño inocentemente comenzó a balbucear al ver aquella imagen, como si le estuviera preguntando a la castaña quién era el hombre al lado de su padre, ella en tanto melancólica y con los ojos humedecidos suspiró profundamente.
-Él... Él es tu tío, el mejor amigo de tu padre, es casi su hermano.
Sé que al saber de ti, te querrá mucho como si fueras su propio sobrino, mientras la pequeña hija de él. - sonrió orgullosa. Una increíble y preciosa niña, te amará tanto como yo a ti. - volvió a sonreír y rápidamente cerró todas las pestañas abiertas.
¿Lo ves? - miro al pequeño quien solo sonreía. Tienes a mucha gente que te ama en Estados Unidos, y eso que aún falta que conozcas a otras personas, como Colbyn... - recordó cuando casi lo atropelló, sonriendo al instante.
A Catalina, Camila mi prima a Dwayne... Así es bebé a la mismísima Roca ¡Jajaja! - río mientras que el niño reía al verla reír.

De pronto la castaña le preguntó.
-¿Y si vemos una película? Mientras esperamos a mami.
El niño solo reía, definitivamente adoraba tenerla cerca, algo que la castaña tomo como un sí, haciendo un rápido zapping en la programación, buscaba y buscaba y al parecer ninguna película le llamaba la atención, salvo hasta llegar a un canal encontrándose con el siguiente título: 12 rounds 3 lockdown.
De inmediato abrió la información de aquella película, se trataba básicamente de un detective el cual luego de un terrible episodio volvió a la comisaría en donde trabajaba la cual estaba llena de corruptos.
-Se ve bastante buena... Es de acción algo que necesito en mi vida. - se irónizo y río para si misma.
De inmediato se enganchó de la película se veía bastante entretenida, mientras que el pequeño Dean a su lado le hacía compañía y reía por todo lo que ella hacía. De pronto decidió beber un poco de agua, sin embargo lo escupió de inmediato y es que la emoción fue mayor, mayor al ver lo que ella no podía creer, mientras que al pequeño le dio un pequeño ataque de risa al ver lo que ella había hecho.
La castaña de inmediato se sentó de mejor manera en el sofá mientras pestañeaba rápidamente para ver si era verdad lo que veía.
De inmediato volvió a aparecer aquel mismo hombre, está vez vestido de forma normal, no como solía verlo en el ring, recordó todas las veces en que lo vio de la misma forma peinada a las afuera de la que era su casa, esos ojos azules, esos mismos ojos azules que recordaba a la perfección cuando la miraban antes de decir alguna tontería y ese cabello castaño, el mismo que recordó ver cada noche en su casa cuando vivía con las chicas en sus típicos paseos nocturnos a la cocina.

Pídeme Que Te Quiera II. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora