Soy Padre...

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Narrador omnisciente.

El castaño ya se había ido mientras que Joe tenía aún a una débil Ignacia sobre sus brazos.
Por otra parte un desconcertada castaña estaba en un completo silencio, no hablaba ni reaccionaba ante una palabra solo estaba perdida en un profundo vacío emocional el cual acaba de haber sido provocado por su encantador castaño.

Los demás muchachos apenados, siguieron con la fiesta, y es que no podía terminar todo allí, ya que eran miles de invitados los cuales no tenían la culpa, sin embargo Catalina no podía seguir haciendo como si nada hubiera pasado, no cuando Colbyn decidió alejarse de ella por un momento. Ya habían pasado veinte minutos aproximadamente y Catalina rastro de Rollins no tenía, por lo que decidió buscarlo, encontrándolo junto a Joe y el hijo de Dean quienes sonrientes lo estaban conociendo.

-Es idéntico a Dean. - hablaba un orgulloso y sonriente Joe mientras sostenía al pequeño con ambas manos.
-Lo es. - sonrió dulcemente Rollins mientras sobaba de la cabecita de el pequeño quien solo les sonreía.
Apenas te conozco y ya te adoro mi pequeño sobrinito... Aunque la madre no se queda atrás, se parece mucho a ti. - observó dulcemente a Ignacia quien le sonrió educadamente con sus ojos aún hinchados de tantas lágrimas que derramó hace un momento.
De pronto sintió como Catalina le tocaba de su espalda.
-¿Podemos conversar?
Colbyn en tanto se giró indiferentemente mientras pedía permiso a los que estaban allí, algo que ellos notaron.
Caminaron unos cuantos pasos más, para encontrar un lugar acorde para conversar a solas.
-¿Te paso algo? - preguntó una confundida Catalina.
Colbyn por su parte negó con su cabeza y a secas le respondió.
-Nada.
-¿Cómo que nada?... Solo mírate como me respondes.
-Bueno, sabes que sí me pasa algo contigo, pasa que estoy harto de que no confíes en mi, de tu vida tan llena de secretos, de que intentes verme la cara de idiota...
Catalina al oír aquel duro tono de voz de su chico supo de inmediato que el no estaba enojado más bien estaba dolido.
-Bebé... Yo nunca...
-Ese el el problema Cata, tu nunca nada, nunca me dijiste que tus amigas habían llegado, nunca me mencionaste que seguías manteniendo contacto con ellas ni siquiera que Ignacia había traído un hijo de Dean al mundo.
-No lo hice porque... - sus ojos ya estaban humedecidos.
Entiéndeme ellos son tus hermanos, no te hubieras quedado en silencio ante eso.
Rollins por su parte bufó molesto.
-Catalina se trata de confianza, entre nosotros dos.
-Pero si yo confío en ti bebé. - tomo sus manos desesperada.
-No... - suspiró apenado. Cata yo te amo, eres mi vida pero ahora estoy muy molesto, no quiero decir cosas de las que después me arrepienta.
-¿Me estás dejando?
-No nena... Solo que quiero estar solo por ahora, luego hablamos. - beso delicadamente sus labios para dejarla allí, sola y con millón de lágrimas las cuales salían por sus ojos, y es que sentía rabia y pena a la vez puesto a que nunca pensó que por cubrir a sus amigas terminaría sufriendo ella también.
Rápidamente seco sus lágrimas y decidió largarse de aquel lugar, no era un buen momento para celebrar.

Mientras esto ocurría Joe se encontraba junto a Ignacia y con su bebé en sus brazos.

Ambos observaban la escena que ocurría entre Rollins y Catalina quienes parecían discutir ya que luego de eso tomaron caminos distintos.
-Todo a sido mi culpa. - espetó una triste morena.
No tienes idea de cuantas veces me dijieron que lo haga, que le dijera sobre mi embarazo a Dean.
-¿Desde hace cuanto lo sabían?
-Ninoska lo supo desde que dejé un test de embarazo en su casa sin querer, ya sabes como es ella, terca hasta que se aburre con tal de decirle la verdad. - rodó sus ojos ocasionando lo mismo en el moreno.
Y a Catalina se lo confesé en el Hospital...
Nunca pensé en que todo acabaría así.
El moreno en tanto se le acercó y tomó de su mentón para juntar sus miradas.

-Él sospechaba que algo te pasaba, siempre me lo dijo, tus repentinos cambios de humor, el repentino cambio de tu cuerpo... Algo que le fascinó. - sonrió.
Pensó en reiteradas ocasiones que tenías a alguien más a tu lado, algo que le negé siempre, diciéndole que solo eran tonteras de él.
La morena lo observaba con nuevamente lágrimas en sus ojos, estaba arrepentida de todo lo que había hecho, de desconfiar de su chico, de no decirle la verdad, y lo peor era que no sabía en donde estuviera en estos momentos.
-Ella... Joe. - observó al moreno, quien mecía a Dean entre sus brazos.
Ellas llegaron ese día a la banca en donde estábamos sentadas con Ninoska, recuerdo que ella lloraba porque te acababas de enterar que ella sabía quien eras tú. De pronto mientras intentabamos encontrar una solución a esa situación, llegaron ellas una mujer rubia junto a tu... A tu novia.
Dentro de todas las horribles cosas que nos dijeron, la que más me dolió fue que me dijo que Dean se alejó de ella al pedirle un hijo... Un hijo que yo llevaba en su vientre Joe y que podría ser de gran distracción para su carrera... Tu sabes estaba recién comenzando, tenía mucho futuro por delante y no quería parecer una aprovechadora que lo amarró con un hijo. - terminó de decir con sus ojos derramando miles de lágrimas y con la respiración entrecortada.
El moreno en tanto solo desvío su mirada al suelo mientras que de forma indiferente le respondió.
-Pues no debieron tomarlas en cuenta... Debieron preguntarnos o al menos pedir una buena explicación.
Suavizó su tono de voz al notar como Ignacia se sentía cada vez peor.
-Lo sé Joe.
-Un hijo jamás será una distracción Ignacia, solo mírame. - sonrió. Fui padre a los apenas veintitrés años, Joelle no fue planeada, pero te aseguro que con Galina fuimos los padres más afortunados de el mundo, ya sabes, dicen que los hijos eligen a sus padres y si me preguntaran si volvería a tener a Jojo, lo haría una vez más, porque es mi orgullo.
No te negaré que fue difícil cuando inicie mi carrera en la WWE y sobretodo pasar poco tiempo con ella debido a los giras, y sobre todo ... - sus ojos comenzaron a humedecerse mientras que observaba a Dean.
Sobre todo luego de la muerte de Galina. Pero con Dean es distinto, él ya está en consolidado en la empresa y créeme, siempre ha querido ser padre... Solo observalo cuando esta junto a Jojo, pareciera que ambos fueran mis hijos.
Sonrió burlón para intentar calmar a una angustiada y arrepentida morena quien solo quería hablar con su castaño en estos momentos.
Mientras lo hacía  comenzó a acariciar y a jugar con el pequeño en brazos.
-Eres mi precioso sobrino. - beso su mejilla.
Sé que papi ya te ama y volverá pronto por ti, solo hay que darle tiempo.
De pronto el niño se puso intranquilo, comenzando a moverse de lado a lado como si buscará algo, mientras tenía su vista fija en algo, en eso el moreno comenzó a mecerlo suavemente sin embargo no lograba tranquilizarce.
-¿Tienes hambre amiguito? O tal vez necesitas un cambio de pañal. - Se burló mientras la morena le sonrió dulcemente a un lado.
-¿Qué le pasa?
-Es por Ninoska.
-¿Ninoska? - rodo sus ojos, haciendo aumentar la sonrisa de Ignacia.
-Sí, quiere ir por ella, solo observa hacia donde está mirando. - Joe de inmediato alzó su vista encontrándose con una triste castaña quien solo llevaba sus manos a su nunca, no evitó sentirse mal, sabía lo mucho que ella adoraba a Dean, por lo que estaba muy mal en estos momentos, trago espeso y pensó en si ir o no, quería hacerlo, quería darle al menos un abrazo y decirle que intentaría hablar con Dean para arreglar las cosas, para que vuelva a ser todo como antes, pero no, se decidió en no ir, y es que las cosas entre ellos estaban muy complejas.
-Parece que la adora...
La morena sonrió burlona.
-La ama, lo ha cuidado desde que nació, ella estuvo hasta en mi parto, incluso... - Se detuvo un momento.
Le mostraba fotos de su padre y en veces junto a ti con Rollins, diciéndole a Dean que eran sus tíos, los cuales al conocerlo lo amarían como locos.

Pídeme Que Te Quiera II. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora