¡Y ODIO ESTA MALDITA CANCIÓN!

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Narrador omnisciente.

Ya habían pasado unos cuantos minutos desde todo lo sucedido y una triste y melancólica mujer de melena castaña oscura, ya se encontraba ingresando a su casa, de vuelta de lo que iba a ser una amena tarde; sin embargo todo se desplomó de la nada gracias a aquella idiota pelea producto de la defensa de su eterno enamorado. Divisó con una vista panorámica el interior de su casa, notándola una vez más sola, por lo que sin ánimos subió rápidamente a su habitación para ir por su pijama pero en su trayecto fue acompañada por una peculiar acción que captaba la atención de el cálido silencio y de la apasiguadora luz de la luna que envolvían su casa, eran sus labios, sus delineados y rosados labios quienes no evitaban frotarse entre sí las veces que podían, pareciendo en no querer detenerse, ya que inconscientemente revivían una y otra vez el increíble sabor que el moreno había dejado en ellos.

Se acostó y acomodó mejor en su cama, mientras miles de pensamientos inundaban su mente, estaba tan enojada con el bobo de su actual novio, por no acompañarla, por no protegerla y por no estar allí junto a ella impidiendo que ese estúpido cretino se acercara a molestarla, pero todo eso se esfumó rápidamente al una vez más instalarse en su mente la imagen de un territorial y molesto moreno defendendiéndola en frente de todos. Sonrió amarga y es que de pronto comenzó a recordar todos y cada uno de los momentos que vivió con él, cuando la abrazaba, besaba y amaba, cuando jugaban junto a su pequeña hija o las tantas veces cuando le decía "burbujas" imitando el típico sobrenombre que sus amigas y hermano le decían por ser casi siempre explosiva en carácter.

-Querido cerebro, no comiences a pensar tanto esta noche, necesito descansar. - se susurro para sí misma mientras volvía a acomodarse en la cama usando esto como un pretexto para dispersar sus pensamientos o quizás cambiarlos, sin embargo aquello de nada sirvió, su mente seguía sumergida en el pasado teniendo ella control ninguno en poder evitarlo.
Comenzó a preguntar una y otra vez por qué cerrar el cielo podía llegar a ser tan difícil. Era increíble la sensación de dolor que sentía al intentar desprenderse de esa persona que amó tanto para seguir con su vida. Encontraba estúpido y a la vez lógico, que el moreno sabiendo de que ella se estaba alejando no hiciera nada por detenerlo, pero le dolía y se le rompía el corazón al pensar una y otra vez que para Eva, él no significaba lo mismo que para ella. Estaba tan cansada, tan agobiada de sentirse así, tan harta de tener una y otra vez esas peleas internas para saber que era lo mejor, estaba aburrida de ese puto insomnio y de tener su bendito recuerdo atravesado en su cabeza y corazón.
Había llorado hasta no poder, gritado para sacar ese sentimiento de pérdida y desesperación, pero su partida había robado su tranquilidad por completo, no podía ir a ningún lugar sin que su recuerdo no estuviera con ella, sin imaginar todas esas tardes que pasaron juntos en casi todo ese estado... Era todo tan despreciable, ya que aunque pasara todo el tiempo del mundo, sentía que no podía olvidarlo. ¿Por qué diablos no dejaba de pensarlo? ¿Por qué diablos lo seguía observando desde su casa en cada capítulo de "Monday Night Raw"?¿Por qué era tan estúpida al esperar algo que no iba a llegar? ¿Por qué cuando sentía que ya debía olvidarlo y mantenerse firme en su idea el volvía a aparecerse? Sería ¿Karma? ¿Mala suerte? No lo entendía, pero sí sabía que todo tenía su tiempo, mas ya no lo soportaba más, ya no podía con eso, sabía que él ya no la esperaba, que estaba dolido con ella, que intentaría formar un futuro con la madre de su nuevo hijo, lo sabía, pero ¿por qué no la dejaba ir? Si ya nada los unía. ¿Por qué darle falsas esperanzas de que "quizás" habría un "nosotros" de nuevo? ¿Por qué era tan egoísta? ¿Por qué tenía que ir justo a los lugares en donde ella estaba? No lo culpaba de seguirla eso sería un pensamiento sumamente egocéntrico, pero no entendía el ¿por qué, no la soltaba para poder seguir con su vida? Esta vez lloraba, pero lloraba por la ira de sentirse anclada a alguien que no tenía, que no le pertenecía. Una vez más sonrió pero lo hizo entre llantos, todavía recordaba esas noches con sabor a "te quiero", recordaba lo feliz que le hacía estar junto a él, lo feliz que le hacía tenerlo no solo a él sino que a Joelle junto a ella. Anhelaba que todo le siguiera haciendo bien como antes, pero de pronto y de la nada rápidamente las cosas cambiaron, todos también lo hicieron; la relación terminó sin siquiera haber vuelto a empezar, el ciclo se cerró e intentó imponerse la típica frase de que la vida seguía, puesto a que era parte de crecer y no todo podía ser para siempre, aunque aquello se aprendiera de la peor forma.
A su corta edad, de apenas veintisiete años se había equivocado demasiado, sin embargo no le guardaba rencor, jamás lo haría, ese alto y musculoso engreído pero a la vez más dulce hombre había sido alguien importante en su vida, y siempre ocuparía un lugar en su corazón. ¿Había hecho las cosas mal? Tal vez, pero de lo que sí estaba segura, era de que nunca se había enamorado de verdad, ni habría sufrido tanto como ahora, sin embargo, esperaba superar aquello pronto, esa era su idea y en unos cuantos años más tomarlo como nuevo sabiendo que solo fue algo pasajero.

Pídeme Que Te Quiera II. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora