Roman

144 8 3
                                    

Narrador omnisciente.

Cierta castaña, ya se encontraba fuera de la piscina, buscaba a su hermano y es que ya no quería seguir en aquel lugar, sin embargo mientras lo hacía, lucía bastante extraña, ya que si bien estaba furiosa por lo recién sucedido, no evitaba esbozar una tonta sonrisa.
Camino y camino por aquel gran lugar, en busca de su hermano, sin embargo no logró verlo y es que una vez más él ya se había ido.
"Eres una maldita sabandija, de ésta no te salvas...". - espetó furiosa entre dientes, mientras se sobre exaltaba al sentir como un brusco movimiento por su brazo la giro.

-¿Por qué le has dicho a Sebastián que ya me había ido... - preguntó molesta, Ignacia, la cual al notar lo empapada que su amiga lucía cambió su expresión.
-Chica... ¿Pero qué te ha pasado? - fingió que nada sabía.
En tanto castaña la observó furiosa al notar aquel infantil comportamiento.
-¿Por qué no hiciste nada cuando ese idiota me tiro a la piscina?
-Fácil... - le esbozo una adorable sonrisa. Porque yo no me hago cargo de sus matrimoniales e infantiles pleitos.
Además... algunos chicos quisieron detenerlo, siendo golpeados por Dean y Seth...¿Tú no pretenderás pensar que yo querría recibir un golpe? - se burló haciendo a la castaña bufar.

-Tienes razón, así como también, tu no pretenderás que yo le dijera a Sebastián que fuera por ti, mientras tenía a Dean a mi lado. - le guiño un irónico ojo, mientras se disponía a irse, dejando a una sonriente morena, no sólo por lo dicho, sino que también por cómo se encontraba, toda mojada. Rió y rodó sus ojos al recordar la boba idea de Joe al lanzarla a la piscina y es que ambos parecían unos pequeños.

Ya pasados unos minutos, la castaña decidió irse a su casa, ya que había comenzado a sentir mucho frío y si no lo haría, fácilmente tomaría un resfriado.
Resignada decidió irse caminando, mientras lo hacía se abrazaba a sí misma para evitar que el frío penetrara más en ella, siendo esta una imagen muy adorable para Joe quien la estaba observando desde su auto, puesto a que la estaba esperando.

La castaña en tanto seguía caminando, mientras que éste comenzaba a seguirla sigilosamente con su auto, algo que detuvo al gritar su nombre, ya que preocupado vio como ella ingresaba a un camino sin luz.

-¡Ninoska!

Ella se volteo rápidamente con un fría expresión, mientras que por dentro agradecía a la vida saber que había alguien conocido a su lado quien pudiera protegerla, siendo nada más y nada menos que su fortachón con el cual independientemente de todo lo ocurrido siempre la hacía sentir protegida.

Sin embargo en su tonta terquedad y guiada por el enfado, le respondió a secas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sin embargo en su tonta terquedad y guiada por el enfado, le respondió a secas.
-¿Qué quieres?
El moreno en tanto le sonrió burlón.
-¡Que va! - se le acercó. ¿No me dirás que aún sigues enojada?
Ninoska por su parte al ver lo tan cerca que lo tenía, dio dos pasos hacia atrás.
-¿Perdona?
-¿Perdona por qué? ¿Por ser tan altanera o tan impulsiva?
Emociones que te guían a cometer acciones indebidas. - le ironizó.
-¿A qué has venido? ¿No te ha bastado con humillarme frente a todos?
-¡Jajajaja! - rió burlón y mientras lo hacía se le acercó tomándola por su cintura, acto que recordaba hacer acostumbradamente antes, la castaña por su parte sintió como un enorme temblor se apoderaba de su cuerpo, siendo la zona de su cintura el epicentro, mientras que intentaba por todos sus esfuerzos luchar con aquel gigantesco tornado de emociones que sólo Joe podía provocarle.
De inmediato hizo su cabeza más atrás y trago espeso, haciendo sonreír al moreno.
-Mira haremos las cosas más simple, repite después de mi.

Pídeme Que Te Quiera II. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora