Ya Ví Lo Que Tenía Que Ver

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Narrador omnisciente.

Cierta castaña, se encontraba rápidamente caminando por los pasillos de la clínica en la que trabajaba, y es que hoy era lunes, lo que implicaba que era una día muy agotador, pues la cantidad de actividades de enfermería que debía hacer era infinita. Apresurada se disponía a ir por un café, pero en su trayecto una astuta morena se incorporó trayendo consigo una sonrisa de oreja a oreja.

-¡Hey! Tan apurada que vas, pareciera como si evitarás a alguien.

Palmó el hombro de su mejor amiga y ésta enarco una ceja visiblemente burlona.

-¿A quién podría estar evitando?... solo voy por un café. - ladeó levemente su rostro para encontrarse con la mirada mordaz de Ignacia y sin preámbulos la invito. - ¿Vas?
La morena asintió con su cabeza de inmediato y la siguió hasta la cafetería, y vez con ambos cafés en sus manos, la castaña inició la conversación con una bufona ironía.

-Bendito café, sin ti la medicina no existiría.

-¡Jajaja!- río a carcajadas la morena.
-Es cierto, con lo poco que todos aquí dormimos, no seríamos capaz de salvar a nadie.
Ambas rieron y tomaron un sorbo de su café, pero de la nada un incómodo y acostumbrado silencio se hizo presente entre ambas, siendo la magistrada en neonatología quien decidió romper el hielo.

-Ya... ¿lo sabes? - titubeó y la curvilínea por su parte se levantó rápidamente de aquella mesita en que estaban.

-Olvídalo... - espetó a secas sin querer seguir conversando, pero Ignacia era muy terca cuando se lo proponía y no la tomó en cuenta.

-¿Ah? Veo que ya lo sabes. - se burló llevando sus brazos a su pecho mientras que Ninoska solo rodó sus ojos en una actitud agotadora.

-¿Qué harás?

-¿Qué debería hacer?... No puedo impedir su llegada. - finalizó en un débil susurro a lo que la morena sonrió.

-Ya lo sé tonta, me refiero a si... ¿Lo irás a ver?
La pregunta fue inminente y rápida y no le dio más tiempo a la castaña para reaccionar en una amplia pero claramente nerviosa risa, que advertía lo frustrada que se sentía.

¿Estás de broma verdad? - reprimió una mueca de enfado. - ¿Como veré a un tipo que... - se detuvo abrupta pues no valía la pena seguir según ella.
-No lo iré a ver Ignacia, ni de loca.

-Nino... - intento hacerla cambiar de parecer pero detuvo al ver como la su amiga la fulminaba con su mirada entendiendo con ello que la había fastidiado.
-Bien, me callare.

Y así pasaron los segundos, en un tema completamente distinto, olvidando hasta los quehaceres que tenían, sin embargo ambas fueron llamadas a cirugía por el amistoso alta parlante.

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Ya habían pasado varias semanas, llegando al fin el día martes cuatro de octubre, día en que el moreno iría por última vez antes de comenzar la gira por Latinoámerica, a la empresa.
Iría a revisar aspectos generales para luego tomar rumbo a Chile, algo que le pesaba.
De pronto por los pasillos se encuentra con un indiferente Ambrose el cual caminaba en sentido contrario a su dirección, animadamente decidió saludarlo.

-¡Dean! ¿Cómo estás? - se acerco a su lado, sin embargo él no le contesto de la misma forma.
-Joseph, ¿cómo te ha ido?

-Vamos Dean, deja la indiferencia, soy yo Joe, tu gran amigo...

El castaño al escuchar lo decir la palabras  "amigo" sonrió amargamente.

-Tu perfectamente sabes que entre nosotros las cosas ya no son como antes.

Pídeme Que Te Quiera II. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora