Hannah Black En Hogwarts | Libro 1, 2 Y 3

21|Mes Weasley 1/2.

Capítulo 21:

"Mes Weasley", primera parte.

-- Así que novia, ¿eh?

Los músculos de mi cara no pueden con tanta presión y sin embargo esfuerzo más la sonrisa.
Tyler está un poco sonrojado, pero la mirada llena de orgullo no se va de su rostro y eso sólo hace que yo apriete más mis dientes (si es eso posible).

-- ¿Y cómo se llama? --indagó Christine inclinándose sobre sus brazos-- ¿Hace mucho que salen?

-- No tanto. Desde que empezó el verano más o menos --hizo una mueca-- No lo recuerdo.

-- Oh, genial y..

Pero antes de terminar la frase, una lechuza marrón apareció en el margen de la ventana, piconteandola hasta entrar.

-- ¿De quién es? --preguntó Tyler.

-- No lo sé --Christine desató la carta de las patas de la lechuza, mientras ésta picoteaba la comida de Ara-- Creo que..

De un segundo a otro su rostro se paralizó, y dándonos una mirada rápida, salió disparada a su habitación.

-- Está loca --rió Tyler-- ¿Qué dices, Hannah? ¿Una partida de Quidditch? --el rápido cambio de tema de Tyler no hace más que sorprenderme. Rodé los ojos-- Vamos, no seas tonta. Sé que te pones nerviosa.. pero no sabía que le tenías miedo.

-- Por supuesto que no soy miedosa --mi tono de voz fue algo (bastante) agudo-- Bien. Bien. Vamos.

-- Bien. Practicaremos como lo hicimos el otro día. Ya sabes volar, así que solo haremos algo rápido antes de jugar.

Después de dejarle una nota a tía diciendo que iríamos a las colinas por una hora, Tyler y yo agarramos nuestras respectivas escobas (en mi caso, la de tía Christine que era bastante vieja).
El camino fue silencioso, y no fue hasta que salimos del pueblo cuando hicimos una carrera hasta pasar una pequeña colina.

-- Bien, ya sabes. Subimos en picada unos metros y vamos derecho hasta el árbol de allá --dijo Tyler.

Hice exactamente lo que él mandó. Dimos unas vueltas de calentamiento para que yo le agarre un poco la mano y cuando terminé por aburrirme, Tyler dijo de hacer una última vuelta.

-- Vamos derecho hasta el segundo árbol --volamos lentamente y cuando estuvimos ahí, agregó-- Ahora un poco más rápido. Inclina la escoba y tómala con fuerza, no te bajes por más vértigo que sientas. Cuando le agarres la mano esto de estar volando en una escoba te va a encantar.

-- ¿Qué? ¡No, no! --Tyler me hizo una seña de que lo siga y aumentó la velocidad-- ¡Tyler!

No me quedó otra que seguirlo. Era exactamente lo que él dijo. El vértigo no me dejaba pensar con claridad ni disfrutar el viento contra mi cara, pero al cabo de unos minutos de tratar de alcanzarlo yendo derecho con la escoba, empecé a pensar que no era tan malo como pensaba.
Claro, eso fue antes de que Tyler diera la vuelta y empiece a andar en círculos.

Unos veinte minutos después, llegué a tierra firme con la risa del chico de fondo. Caí de rodillas y casi (casi) se me sale una lágrima.