41|La Propuesta de Cedric Diggory.

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Capítulo 41:

"La Propuesta de Cedric Diggory".




Desde el momento en que el sauce boxeador golpeó el Ford Anglia de Arthur y destruyó a medias la varita de Ron, el chico se deprimía cada vez que no podía hacer un solo hechizo bien o a la sola mención de ello. Por eso, habría dado lo que sea por ver su rostro cuando Molly le dijo que le comprarían una nueva en Ollivanders con parte del dinero que ganaron.

Ron tenía una expresión de ilusión en el rostro, parecía feliz y sus ojos echaban las mismas chispas que lanzó la varita que Ollivander le entregó de una estantería luego de varios hechizos fallidos y vidrios rotos.

-- Treinta y cinco centímetros, madera de sauce con un pelo de unicornio --informa el fabricante de varitas, con una sonrisa al observar el rostro del pelirrojo.

-- Es perfecta --dice él en un susurro, y sin prestar mucha atención le entrega unos galeones a hombre y sale de la tienda. Hermione y yo lo seguimos.

Los magos y brujas iban y venían por las calles del callejón Diagon. Los más pequeños observaban entusiasmados la vidriera de la tienda de bromas de Gambol y Japes, los amantes del Quidditch abarrotaban la tienda de Artículos de Calidad para el Juego de Quidditch, mientras que más allá, en las esquina donde se situaba un gran edificio de mármol blanco, gente entraba para sacar un poco de su dinero de Gringotts. Al final de la calle, Fred y George hablaban con dos gemelas rubias que juraba no haber visto nunca en Hogwarts.

-- Los gemelos conocieron a dos hermanas allá en Egipto --cuenta Ron cuando empezamos a caminar hacia la librería Flourish y Blotts-- Mamá se puso furiosa cuando los descubrió en la madrugada intentando escapar para ir a una fiesta con ellas. Estuvo dos noches enteras vigilando la puerta para que no salieran.

-- ¿Y lograron salir? --pregunta Hermione con reproche.

-- Cuando mamá no pudo más y se quedó dormida mientras se duchaba, los gemelos aprovecharon y se escaparon. Nunca ví a papá tan enojado.

Flourish y Blotts no estaba tan lleno como la última vez que entramos, puesto que ningún Gilderoy Lockhart se ofrecía para firmar sus propios libros con logros robados de otros magos este día.

-- Déjame veeeer.. --dice Ron consultando la lista de libros cuando el vendedor se nos acercó-- Necesitamos El monstruoso libro de los monstruos, Disip.. espera, ¿qué sucede?

El vendedor se había puesto a llorar de repente, parecía cansado y aterrado a la vez. Miro a Hermione, que tampoco tiene idea de lo que sucedía, y entonces el vendedor pregunta:

-- ¿Tres ejemplares de El monstruoso libro de los monstruos? --Ron asiente y el vendedor larga otro sollozo-- Sabía que no debía pedirlos. ¡Ayer uno me sacó un dedo!

A continuación, se puso unos gruesos guantes, tomó un bastón grande y se dirigió a una jaula donde había una montaña de libros de tapa verde con letras doradas. Me estaba preguntando porqué estaban en una jaula, cuando entonces y sin previo aviso, el vendedor se acercó con temor y todos los libros comenzaron a levantarse sobre el lomo, mordiendo y rompiendo sus propias hojas mientras trataban de arrastrarse y escapar de allí.
Hermione parecía espantada.

-- Disipar las nieblas del futuro de Cassandra Vablatsky --continua Ron mientras trataba de esconder inultimente la pequeña sonrisa de su rostro.

Seguimos al vendedor a la parte trasera del local, donde había una sección dedicada a la predicción del futuro. Hermione miraba todos los libros con una mueca.

Hannah Black En Hogwarts | Libro 1, 2 Y 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora