Suspiró antes de entrar nuevamente al comedor. Mark estaba platicando animadamente con su padre. Al observar que ella había entrado a la habitación, sonrió amistoso. De alguna manera, se alegró de que volviera.
El tiempo transcurrió. La carne con la ensalada estaban en la mesa y todos sentados a su alrededor.
-Y cuéntanos, Mark. ¿Cómo fue que llegaste al pueblo?-primera pregunta de la cena.
-Bueno, resulta que Ethan, el nieto de la señora, venía un mes para despejarse un poco.-Jul rodó los ojos y por increíble que fuese, el chico lo notó-En realidad para ver a Thania.-Diane comprendió al instante lo que decía y asintió divertida, mientras que Roger frunció el ceño. Él era el último en enterarse de todo y su esposa lo supuso.
-Thania y Ethan son novios.-explicó.
-¡Ah! Como crecen los jóvenes-exclamó sorprendido-Continúa.
-Y...hum, supuse que también sería una buena idea para despejarme también. Mi padre se resistió un poco a la idea pero, ¡vamos! Ya tengo casi veintidós-eso último lo dijo con voz ronca, fingiendo ser mayor, para la diversión de los demás.
-¿Y tu madre? Me imagino que si tu padre quería mantenerte en casa, tu madre igual-dijo Diane, luego de tragar su bocado.
-Ella falleció.
Todos los presentes se quedaron sin habla, y Juliette quiso matar a su madre. Aunque en realidad, no hubiese hecho nada malo. ¿Cómo iba a saber eso? Mark respiró de forma profunda y Juliette notó cuanto le dolía. ¿Habría sido hace mucho tiempo?
-Lo lamento muchísimo, querido.-dijo la avergonzada mujer-No creí...-el chico le sonrió tristemente y ella calló.
-No se preocupe.-hubo un silencio en la mesa que fue tan solo de unos cortos cinco segundos, pero parecieron eternos. Gerard habló.
-Y...¿te gusta? O, ¿es demasiado tranquilo?-esa pregunta hizo que retomaran la conversación.
-¡Me encanta! Nathan no parece muy feliz con no tener muchos lugares a donde ir, pero yo creo que podría acostumbrarme fácilmente a vivir en Sapo Muerto.-risas en la mesa quitaron la poca incomodidad que restaba-¿Sabían que mi padre es amigo del alcalde?
La castaña lo observaba hablar cómodamente, al igual que a sus padres escucharlo y reír con cada cosa que decía. Vio a Simón de reojo y dormía plácidamente, en la silla que se hallaba a su lado. Y comprendió que las cosas iban perfectamente en ese momento de su vida. Nada estaba mal, triste, o siquiera incómodo. Y pudo con eso, quedarse tranquila el resto de la noche.
Cuando todo hubo terminado y ya eran pasadas las doce, Juliette fue con Mark afuera, para poder culminar con ese maravilloso día. Su madre había insistido en que lo despidiera y por muy extraño, Gerard no había dicho nada. Salieron y los grillos parecieron recibirlos.
-Bueno...creo que superé la prueba. ¿No?-dijo soltando aire exageradamente, haciendo que la chica riera-Tus padres son fantásticos, Jul.
¿Le había dicho Jul? Su estómago se revolvió y creyó que todo el mundo la había oído.
-Gracias. Por cierto...lamento lo de tu madre...-Mark levantó su dedo y la hizo callar.
-No importa, además, ¿cómo iban a saberlo? Son cosas que suceden.-culminó, encogiéndose de hombros.
-¿Eras muy pequeño?-automáticamente se arrepintió de haberlo preguntado y negó-No, no tienes que decirme...mejor me voy...-el chico mordió su labio, conteniendo una risa. Aunque la tristeza se volvía a hacer presente y dolía, como siempre que tocaba el tema.
-Hace ocho meses.
Se quedó de piedra. Su mirada seguía clavada en sus tristes ojos oscuros y comprendió muchas cosas. Comprendió porqué lloraba. Y se sintió estúpida por no saber que hacer y por haber traído ese dolor nuevamente a su corazón. Mark cerró los ojos lentamente y quiso irse, quiso correr hasta debajo de un frondoso árbol, porque sentía lágrimas acumulándose en sus ojos. ¿Por qué no podía aceptar que ya no estaba? ¿Por qué la seguía llorando como desde el primer día? Parpadeó y comenzó a irse, forzando una sonrisa. Juliette supo que no lo dejaría solo. Ella había provocado eso y ella intentaría lo que fuera para hacerlo sentir mejor. Corrió hacia su casa y dijo a sus padres que acompañaría a Mark hasta su casa, y luego volvería en su bici. Gerard insistió en llevarlos, pero Diane le clavó la peor de sus miradas.
-¡Espera! ¡Mark!-gritó, mientras tomaba su bicicleta y corría tras él. Por la mente del chico pasó una pregunta. ¿Ella en serio iba a acompañarlo?
-No hace falta, ya es tarde Jul, me sé el camino muy bien.-su voz había sonado bastante apagada, más de lo que hubiera querido.
-Si hace. Creo que...-y no sabía que demonios estaba haciendo-Creo que necesitas un amigo.-y enrojeció instantáneamente al escucharse decir eso. Mark la miró confundido-Bueno, creo que yo también...-y luego estaba tartamudeando como siempre le sucedía-No importa...pero voy a acompañarte.
-Gracias.-le dijo él, enternecido con la chica más tierna que había aparecido en su vida-Pero no quiero que sientas lástima por mí, por favor.
-No te preocupes. Solamente creo que te hará bien un poco de compañía.
Ambos chicos comenzaron la caminata por el camino polvoriento, iluminado por débiles farolas y brillantes luciérnagas. Jul le preguntó un poco más y le dijo que si no deseaba hablar, no tenía porque hacerlo. Sin embargo, él de alguna manera sintió alivio al poder hablar aquello con alguien. Poder expresarse, e incluso lagrimear, ya que la luz era casi escasa. Juliette, no pudo aguantarse las lágrimas por mucho tiempo, así que ambos estaban a la misma altura.
-Supongo que la extraño muchísimo y por eso me encuentro llorando ridículamente, frente a una simpática chica que teme por mi salud mental.
¿Le había dicho un cumplido? Jul lo tomó así y no pudo menos que sentirse tímida nuevamente. Mark, por su parte, seguía con ese temblor en la voz, esa tristeza profunda que lo embargaba desde aquel día.
-No digas eso. Si bien no puedo entender lo que se siente perder a uno de mis padres, puedo comprender que te encuentres tan triste y dolido. Cuando falleció mi tío, lloré durante meses enteros. Simplemente no podía entender como ya no iba a poder verlo. Nos visitaban muy seguido.
-Siento lo de tu tío.-suspiró el chico-Y agradezco tu compañía. Creo que nunca me sentí tan cómodo con alguien. ¿Qué tienes de especial, Jul? Me hiciste contarte algo de lo cual no hablé con nadie mas que mi padre.-le dijo, clavando su mirada agradecida en el rostro de la chica. Creyó que apartaría su mirada, como hacía desde que la había conocido, pero aquella vez, simplemente le sonrió.
-Supongo que se lo que se siente necesitar un amigo.
...
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Mi querido Mark ©
Teen FictionDesde su pequeño negocio, lo vio llorar, y no supo que le pasaría. Él creyó que nadie lo estaba viendo. Una novela en la que al igual que la realidad, el amor, la felicidad y la muerte, conviven juntos. ... ¡Tenemos un hermoso booktrailer creado por...