Desde su pequeño negocio, lo vio llorar, y no supo que le pasaría. Él creyó que nadie lo estaba viendo.
Una novela en la que al igual que la realidad, el amor, la felicidad y la muerte, conviven juntos.
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¡Tenemos un hermoso booktrailer creado por...
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Vieron a Diane asomarse por la ventana, la mujer salió disparada hacia ellos y tenía toda su cara de preocupación y enojo. Claro, le habían dicho que volverían para mas tardar la una, y ya eran las tres de la mañana. Gerard enarcó la cejas hacia Jul, antes de bajar, y le hizo un ademán de que estaban en problemas.
-Querida mía...-Diane lo fulminó con la mirada y él calló.
-¿Cómo se les ocurre ni siquiera avisarme que se quedarían más tiempo? ¡Ni siquiera se hubieran molestado en regresar a esta hora! ¡Son las tres de la mañana! Pensé que les había pasado algo.-Juliette caminó hasta su madre y comenzó a hablar.
-No fue culpa de papá. Nos quedamos varados en la carretera, por culpa de veinte vacas que se negaban a moverse. De hecho, creo que si ese señor no aparecía, aun seguiríamos allí.-la mujer frunció el ceño sin comprender. Había estado tan molesta que su cerebro tenía una especie de bloqueo-Resulta que el hermano del alcalde...-Gerard la interrumpió al colocarle una mano en su hombro, agradeciéndole por dentro que lo haya salvado de su madre hecha una fiera.
-¿Te parece si te lo explico ya acostados? Gracias a dios que mañana es domingo y podemos dormir un poco más.-Jul suspiró, sabiendo que no habría descanso para ella, mas bien, más trabajo que todos los demás días. Los domingos eran esos momentos en los que todos querían comer algo delicioso y romper la dieta aunque sea un poco.
-Si bueno, suertudos.-ella se colgó de los hombros de sus dos padres y los tres caminaron juntos hasta la casa. Después de todo, no tenían energías ni para bajar las cosas.
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El cacharro viejo volvió a sonar y ella se extrañó de que lo hiciera. El reloj decidía cuando despertarla. Para colmo, no dejaba de sonar y ya se estaba hartando. Todo culminó en cuanto Simón subió a la mesilla de noche y lo empujó con su patita al suelo. Rin. Esas fueron sus últimas palabras, debía comprar otro. La chica lo tomó en brazos y le dio un tronado beso en la cabeza, a lo que el gato movió la cola. Él tan solo quería su atún.
Dispuesta a comenzar un nuevo día, fresca como una lechuga, se metió a la ducha. El agua tibia, comenzó a caerle, ocasionando que un escalosfrío la recorriera. Sus poros comenzaron a abrirse, con el contacto del agua, y ella se comenzó a poner el shampoo. Su celular dio alerta de mensaje, y luego otro, y un tercero. Sacó su mano de la regadera, y tomó la toalla, para secarse los ojos, y tomar el teléfono. Claro, evitando que se mojara. Dos eran de Thania, y uno de Mark. Un aleteo en su estomago, y eso no era por la ducha. Abrió primero el de su amiga.
>Una chica nueva. ¿Amiga de Nelly? No lo creo, vino con su familia...<
>Ups, siempre creo que esto es Whatsapp y te mando los mensajes separados -.- Te espero para chismorrear un poco. Espero tengas info.<
Juliette sonrió, extrañando esos mensajes de la rubia. Ella si que la extrañaba mucho. Tecleo.
>Si. Tengo info recién salida del horno, pero...no me parece demasiado jugosa, tú me dirás.<