Jul caminó hasta su amiga, y el contacto visual entre ellos se rompió. La castaña percibió la incomodidad. Notó cuanto la conocía, porque sabía cada cosa que estaba pasando por su cabeza, y quizás, por un segundo, quiso no saberlo. Más, en cuanto escuchó la risa de Nathan a unos metros de distancia. Maddie se bajó y fue a ver que había pasado con la mesa.
—Risitos. —La voz de Matt se escuchó baja. Su voz estaba casi rota.
Thania, sin embargo solo levantó sus comisuras, intentando sonreír, pero fue una triste mueca. Se dieron dos besos rápidos, casi en el aire, y para ese entonces, los otros dos chicos ya estaban ahí. Jul se había olvidado de Mark durante todo ese tiempo, pero al tenerlo a su lado, las mariposas dormidas le hicieron cosquillas. Ah, ellas nunca desaparecían.
—Él es Matthew, mi primo. —El atontado joven saludó a los dos chicos y ellos, sin saber siquiera que estaba pasando, miraron a Jul, esperando para irse.
—Hum, ¿pueden esperar aquí? Tengo algo en la habitación de Jul y debo buscarlo... —Thania tomó a su amiga de la mano y comenzó a llevársela adentro. Ambas subieron las escaleras trotando, en pleno silencio, y en cuanto cerraron la puerta, ella habló—. ¿Me quieres decir por qué no me avisaste que él iba a estar aquí? —Sonaba enojada.
—A ver, primero, yo no sabía que iban a venir. O sea, tenían la idea de mudarse, pero no me dijeron nada, ¡acabo de enterarme! Y segundo, ¿qué tiene que esté aquí? Iremos a pasar el día lejos...
Jul confirmó todo en cuanto la vio sentarse en su cama y esconder su rostro entre las manos. Thania estaba mal, muy mal. Ella no solía actuar así de la nada. Se sentó a su lado, y sin más, la escuchó llorar.
—Oh, dios, soy una perra. No puedo creer esto. Yo...no puedo creer que... —sollozó, Jul buscó su rostro, que estaba escondido entre su cabello, pero ella no quería que la viera—. ¿Qué voy a hacer? Dime por favor que no van a mudarse aquí...
Ella la miró, y no supo que decirle. Quiso decirle que se iría, que no volvería, pero estaría mintiéndole. Su rosto enrojeció más de lo que estaba, y la abrazó, volviendo a sollozar.
—Soy una completa basura. Quisiera morirme en este mismo momento.
De un momento al otro, la castaña tomó el rostro de su amiga entre las manos.
—A ver, tienes que tranquilizarte. —Ella seguía llorando, pero al menos no apartaba su rostro—. Debes repetir conmigo que Matthew no te importará para nada, tu seguirás con Nathan, feliz como estás hace un mes... —Las lagrimas que seguían brotando de sus ojos no eran buenas-Repite conmigo, yo antepongo mi amor por Nathan y el estúpido de Matthew ya no me importa...
Las lagrimas la estaban ahogando. Ella en ningún momento repitió nada y Juliette supo que su amiga estaba con el corazón destruido. Odio a su primo en esos momentos. Después de cinco minutos, pudo calmarse un poco. Su madre vino a tocar la puerta, pero le dijo que después salían, que esperaran un poco más.
—Tienes que ser sincera conmigo. Ya tengo mis suposiciones casi cerradas, pero quiero que me las confirmes, por favor. No podre ayudarte si no me hablas —le dijo, con tono tranquilizador.
Se sentía psicóloga, así como muchas veces antes, de más pequeñas. Pero la cosa era diferente ahora. Ya estaban grandes, y sus relaciones no eran simples tonterías de niños, que te gustaba Jaime un día, y al otro te sentías volar por Lucio.
—Estoy tan avergonzada. ¿Puedes creerlo? ¿Puedo ser tan tonta, Juliette? En serio creí que lo amaba, creí que estaba sintiendo lo mismo que sentía con este maldito, pero no. Porque esa fue la única vez que estuve enamorada en serio. ¿Cómo voy a seguir con esto? Odio sentir que luego de desaparecerse por tres años, puede venir y destruir mi corazón con solo mirarme. Cuando volvió a decirme así... —Su voz comenzó a quebrarse y ella negó, diciéndole que debía seguir sincerándose—. ¿Qué voy a hacer? Nathan... él, oh por dios... —Y ahí estaba llorando de nuevo.
—Bueno, ahora es mi turno de hablar. —Thania la miró, al escucharla con voz firme.
La puerta se abrió de forma brusca, y Diane asomó la cabeza.
—¡Que necesitamos maldita privacidad! —Jul gritó, asustando a su madre, que cerró la puerta rápido. Después de un segundo, siguió hablando—. Puedo entender que estés completamente destruida y todo eso, pero ya no eres una niña. Ese sujeto que está allá abajo, es tu novio, y tu tienes un compromiso con él, quieras o no. Ahora, si sientes que tu corazón está dividido, creo que si sentiste aunque sea cariño por él, en algún momento de todos estos treinta días, debes tener respeto e irle con la verdad... —Los ojos de su amiga se abrieron de par en par, mostrando lo horrorizada que estaba con eso—. No puedes mentirle así, y fingir que lo amas, eso es raro, horrible.
—Pero... —la interrumpió, levantándose de la cama.
—Iré a suspender esa salida, y cuando vuelva, quiero que tengas tus ideas más acomodadas. No seas un chica ruin, por favor.
Y la dejó, cerrando la puerta tras de ella. Ahora debía deshacerse de esos chicos, antes de que toda la familia fuera a irrumpir en su habitación y vieran la demacrada cara de Thania. En cuanto bajó, vio a Mark, Nathan, Maddie, y su madre platicando animadamente, mientras tomaban una limonada. Que poco drama había en esa habitación. Carraspeó para llamar la atención. Todos los ojos se enfocaron en ella y dijo lo primero que se le cruzó por la cabeza.
—Perdón por el retraso chicos, pero cuando estábamos buscando el vestido de Thania, ella se descompensó y vomito toda su desayuno. —En cuanto se escuchó lo que había dicho, creyó que era demasiado exagerada, pero ya estaba dicho. Tan solo rogaba que su madre no subiera corriendo arriba, porque al no ver vomito en el piso, su mentira saldría a la luz.
Diane tapó su boca, preocupada. Nathan se levantó de la silla, horrorizado, como si ella se hubiera muerto.
—No, no, no se preocupen, ahora acaba de acostarse y se siente mejor, pero no quiere que nadie la vea... —Intentó sonar triste, pero se alegró un poco al ver que todos se la habían creído.
—Oh, pero deberías llevarle algo, espera, te preparare una pastilla para que tome. —La mujer se puso a buscar entre los medicamentos.
—Lo lamento chicos, otro día será.
Después de que Nathan insistiera para subir a verla, y Jul negara, los dos chicos se fueron. Se lamentó un poco de no poder siquiera haber charlado con Mark, pero luego se ocuparía de eso. Ahora debía rescatar a su amiga de la depresión emocional.
...
Thania se había calmado y ya estaba un poco más tranquila. El vaso con agua estaba en la mesa, así como la pastilla para el estomago, así que Jul terminó lanzandola por la ventana, y Thania se encargo de beberse el liquido. El único asunto por resolver era el más grande. Y ni siquiera ella sabía ya que recomendarle. Era fácil decirlo, pero no hacerlo.
—Yo lo quiero, Jul, lo quiero muchísimo, pero no estoy enamorada de él. Cuando lo vi, y... —Sus mejillas enrojecieron y sus dientes crujieron, pasando del dolor a la furia—. ¡Seguía siendo tan perfecto como siempre! Y ahora, está más alto, más fuerte... —Su amiga la paró, pellizcándole la pierna, la otra tapó su rostro, por décima vez—. No puedo tener novio y querer besar a tu primo. Dios, ¿escuchas lo que estoy diciendo?
Y Juliette solo pudo preguntarse, como ayudaría a su amiga ahora.
...
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Mi querido Mark ©
Novela JuvenilDesde su pequeño negocio, lo vio llorar, y no supo que le pasaría. Él creyó que nadie lo estaba viendo. Una novela en la que al igual que la realidad, el amor, la felicidad y la muerte, conviven juntos. ... ¡Tenemos un hermoso booktrailer creado por...