capitulo 38

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Heo: tranquilízate y sal. Hablemos, ya te dije que nada que no quieras, pasara. Está bien? Iremos con calma si eso quieres. Eso quieres?

Ariel: sss.... Ssiii. Perdóname dame tiempo. Estas, t-tu... tu estas bien?

Heo: está bien, todo está perfecto, no te preocupes por mí, tu estas bien? Anda sal de ahí déjame ver que estas bien. No llores más.

Él sintió que ella quitó el seguro y se echó para atrás, ella abrió y salió tomando con fuerza la levantadora y aferrándola con los puños de su mano a su cuerpo para que Heo no la viera. Estaba apenada.

Heo sonríe al ver tal acción y solo la abraza. Tranquila no veré nada que no quieras que vea. Estas bien? Quieres algo para taparte más?.

Ariel: solo vallamos a la cama. Él la rodea por los hombros mientras caminan pero discretamente echa un ojo a los pechos de Ariel que no se ven, pero al no rener brasier para él eso era suficiente, para él se ven tan provocadores, tan llamativos, tan perfectos debajo de esa tela de satín blanca que siente que en su entrepierna empieza a doler nuevamente, cierra sus ojos y pasa saliva en seco, muy trabajosamente. Pero él sería paciente. Esperaría a que Ariel estuviera lista para dejarse amar.

Ella entró a la cama y él la arropó para que nada se le viera. Todavía estaba un tanto asustada, que él le pregunto si quería los calmantes.

Ariel: no los quiero. Si quiero acostumbrarme a ti debo dejar de tomarlos no crees?

Heo: estas segura? Será nuestra primera noche durmiendo juntos y no quiero que te alteres si sientes algo raro debajo de las cobijas.

Ariel: Young Saeng... mmm debo superar este miedo al tacto, quiero que tú me ayudes a superarlo. Puedes hacerlo? Puedes esperar por mí. Yo hare mi mayor esfuerzo para lograrlo. Quiero estar contigo, quiero complacerte, quiero ser tu mujer y, y...y que me hagas tuya, tu mujer. Le dijo con la mirada agachada.

Heo: no agaches tu mirada pequeña, nunca me hables con la mirada al suelo mi amor, no sientas pena ni vergüenza conmigo. Está bien? (Se metió a la cama y se arropó también). Yo más que nadie lo deseo con toda mi alma mi amor y si hay que esperar, esperare y lo superaremos juntos. Le da un beso en la frente. Anda, mejor durmamos, mañana veremos qué pasa. Le da un tierno beso y le pregunta si pueden dormir abrazados.

Ariel: por ahora solo puedes darme tu brazo de almohada, te parece?

Heo: está bien. Colocó su brazo debajo de la cabeza de Ariel y el otro solo lo colocó en su propio pecho. Ariel se movió toda la noche nerviosa de que los dos cuerpos hicieran contacto, y a él la ansiedad que tenía de aproximarse a ella lo hacían levantarse cada cierto tiempo para relajarse. Así pasaron hasta la mañana siguiente. Que crueldad esa abstinencia. No poder hacer nada con la persona que ama y teniéndola al costado.

Los días pasaban y era lo mismo, Ariel había intentado sin ganancia acercarse a Heo para entregar su cuerpo pero no era capaz de soportar un mínimo roce de Heo. Sin embargo se las arreglaban para salir y disfrutar su estancia en ITALIA. Pasearon en Venecia, Sicilia, Roma, Cerdeña y Rímini.

La semana pasó y tomaron rumbo para PARIS FRANCIA. A pesar de que nada había pasado, ellos estaban muy feliz. Cuando llegaron al aeropuerto de Francia Ariel enciende su celular e inmediatamente le llegaron los mensajes de las llamadas perdidas.

Ariel: amor. Creo que tengo que llamar a Corea, son muchas llamadas perdidas ha de haber pasado algo.

Heo: en serio Ariel? Decidimos que no nos preocuparíamos por los trabajos durante la luna de miel.

Ariel: lo sé amor, pero mira son muchas llamadas y son del arquitecto que deje a cargo del proyecto del hotel Gimpo que está en construcción. Ha de ser algo importante. Será corto, si?

CUANDO TE ENCUENTRE. (la mujer que no soñé jamas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora