capitulo 26

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Ariel: papá, mamá perdónenme pero lo amo tanto, lo necesito y quiero creer en él. Necesito hablar con él. Lo siento, lo siento tanto. Decía entre llanto. Después de pensarlo tanto tomó dudosa la decisión y salió del baño. Caminó temblorosa hacia la cubierta.

Heo se encontraba de espaldas mirando las profundas aguas con lágrimas en los ojos cuando sintió que alguien lo rodeó por la cintura. Abrió los ojos de par en par.

Ariel: tengo algo que decir. Toma mis manos. Le dijo ella. (Apretó su cara contra la ancha espalda de él... Esas pequeñas manos lo habían tomado por sorpresa. Miró que Ariel había entrelazado sus antebrazos a su cintura, y las manos que él tenía en el interior de los bolsillos de su pantalón las sacó y las colocó sobre las manos de Ariel. Quiso darse vuelta pero Ariel lo apretó más dándole a entender que no lo hiciera).

Ariel: Él cerró sus ojos y unas lágrimas retenidas salieron, esperó a que Ariel decidiera hablar.

Ariel: te... necesito. Quiero creerte, necesito hacerlo, me estoy muriendo por dentro. Él aprieta sus manos para darle confianza y seguridad para que siguiera hablando al tiempo que mira hacia las estrellas y sus lágrimas caen igual que las de ella. Yo era feliz hasta que te cruzaste en mi camino y pude conocer la mentira, todo dentro de mí se derrumbó...

Heo: Ariel mi vida...

Ariel: déjame hablar.

Heo comprendió que lo mejor sería dejarla hablar para que se desahogara, pudiera sacar todo lo que tenía dentro, todo su dolor y rencor, y pudieran arreglar las cosas.

Ariel: después de lo que pasó solía encerrarme y veía pasar detrás de la ventana mi desgracia y se me iba la vida...sin mis padres, sin ti... solo con mi madrina y salo. Suspiró fuerte y tomó mucho más valor al mirar el cielo estrellado que miraba Saeng... calló por un momento y pensó que si quería seguir adelante y quería creerle lo mejor sería no seguir hablando de algo que según parecía ser, no pasó. Así que luego le dijo: ya no más mentiras, es una locura el decir que no te quiero, no puedo engañar mi corazón, yo sé que te amo, el amor de mi vida has sido tú desde hace tiempo. En el pasado gracias a ti pude comer pasteles de arroz picante, gracias a ti quise verme más bonita y hasta el sol de hoy no he dejado de amarte. Te... amo. Aflojó sus manos y Saeng supo que podía darse vuelta, pero antes le dijo.

Heo: yo era un barco a la deriva buscándote por todas partes pero nunca me rendí. Te he encontrado. Fuiste como un hechizo para mí... y aquí estoy esperando por ti. Soltó una de sus manos mientras sostenía otra muy fuertemente y se dio vuelta para encontrarse con unos ojos muy húmedos y rojos de frente a él. Llevó su mano junto con la de ella a su espalda baja y dejó la mano de ella ahí, luego la abrazó y la llevó a su pecho. Sobaba su cabeza y ella llevó su otra mano a su cintura y lo abrazó con fuerza y mientras lloraba, Heo le volvió a hablar.

Heo: Mi corazón es donde tú vives y el tuyo es donde yo muero. La separó de él y le dijo: TE AMO, jamás te dejare, no te hare sufrir de nuevo lo juro! Eres mi vida. TE AMO mi pequeña. La volvió a abrazar y solo una lágrima cayó y un silencio abrazador se hizo presente mientras la apretaba fuerte en un abrazo. Así quedaron un rato. Aunque tenía muchísimas ganas de besarla se contuvo, no lo haría hasta que ella se sintiera completamente a gusto y segura de todo.

Después de un rato abrazándose, contemplándose y limpiándose lágrimas, él se da cuenta que Ariel con esas botas de tacones se tambaleaba por las corrientes del mar que golpean el yate.

Heo: cariño, mi vida son más de la media noche. No te gustaría ponerte algo más cómodo? Te veo con esos tacos y me siento algo incómodo, tal vez por el movimiento del yate te puedas lastimar. (Y Saeng pensaba que dado que traía falda no sería nada bueno que resbalara delante de él)

CUANDO TE ENCUENTRE. (la mujer que no soñé jamas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora