Día Dos

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Toronto- Canadá 28 de Enero de 2016

Era sábado por la mañana y definitivamente no saldré de mi cama hasta dentro de unas horas.

El día de ayer fue agotador, perseguí al imbécil de Roger por todo el parque y no logré alcanzarlo, traté mal a una niña y para rematar mamá quería asesinarme por traer a Candy a casa. Mi nueva mascota no ha dado problemas, cuando llegué a casa ayer ella se portó muy educada, no se movió de donde la dejé y cuando quería hacer sus necesidades rascaba la puerta hasta que le hicieran caso.

— ¡Emily! ¡Si no bajas en este momento yo misma iré y te sacaré de las sábanas! — cuánta violencia.

Maldije entre dientes.

— ¡Voy! — grité en respuesta.

Bajé hasta la cocina donde me esperaba un desayuno muy colorido, mamá se había esforzado.
Tomé mi plato con un sándwich de jamón y queso junto a un jugo de fresas, rico.

— ¿Cómo te fue en la preparatoria ayer cariño? — no le dije a mamá que faltaría, mala decisión.

— Bien, como siempre — sonreí — fue un día... Cansado se podría decir, vaya que corrí mucho — le di una mordida al sándwich.

— ¿Corriste? — maldición ¿Por qué tuve que mencionar eso?

— Em, sí, quiero decir que... Tuve clases de cultura física y... Corrí — seguí comiendo esperando a que se lo haya creído.

— Claro... Saldré al centro comercial hoy, el almuerzo queda en el microondas, volveré para la cena.

— ¿Con quién irás? — mamá no solía salir los fines de semana.

— Pues... Ya sabes... Sólo saldré — estaba nerviosa, esta mujer me oculta algo.

— ¿Y qué? ¿Irás al cine a ver Diario de una pasión mientras comes un litro de helado tú sola?

— No vamos a ver esa película, hija. — sentí mi boca por el suelo.

— ¡¿Qué?! — me atoré con la comida, me tomó un poco de tiempo volver a respirar con normalidad. — ¿Vamos? Especifica eso. ¿Con quién irás, mamá?

— En primera, no me grites, la mamá aquí soy yo y en segunda iré con alguien que... Conocí en internet — tomó su plato y lo llevó al fregadero.

— Espera, ¿Qué? — fui con mi plato junto a ella. — ¿Qué hay sobre la charla de "No hables con desconocidos en internet bajo ningún concepto"?

— Eso... No es de tu incumbencia.

— ¿Ok? Entonces dime, ¿Quién es el afortunado? — pregunté entre risas.

— Pues, se llama Roger y es muy lindo Emily.

La sonrisa en mi rostro desapareció por completo, escucharla decir su nombre era algo que te producía náuseas, imaginar a mamá junto a ese psicópata me producía náuseas. Mamá debió notar mi expresión de asco.

— ¿Algún problema hija?

— Sí, no puedes ir a esa cita o como sea que se llame lo que van a tener — mi voz era firme, no iba a permitir que Roger lastime a mi madre. Ella era muy bella, delgada, una cabellera larga con un rostro muy hermoso, ningún hombre, mucho menos alguien como Roger iba a ponerle un dedo encima.

— ¿Qué? ¿Por qué no? — mamá lucía entre molesta y preocupada.

— Mamá, no irás, y eso es todo. — mamá soltó una risa sarcástica.

— ¿De cuándo acá debo obedecerte? Hasta donde recuerdo yo soy la madre — se señaló a ella misma — y tú la hija — señaló en mi dirección — desde que tu padre decidió que ya no nos quería en su vida no he hecho nada más que velar por este hogar. — su voz empezaba a quebrarse — Soy una mujer aparte de madre, cuando tú te vayas yo... Yo no quiero quedarme sola, y te guste o no yo saldré con aquel idiota al que conocí en internet y además, puedo hacerlo cuántas veces se me dé la gana.

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